Un convento desbordado de futuro

Por Félix Sautié Mederos

Crónicas cubanas

Hace algunos días visité el Convento San Juan de Letrán de los dominicos del Vedado habanero para asistir a una conferencia con el título “Los Frailes Dominicos y la Universidad de La Habana”, que como parte del ciclo “500 Años de compasión con pasión”, fue impartida en su prestigiosa “Aula Fray Bartolomé de las Casas” que es uno de los primeros espacios de diálogo y debate creados por la Iglesia Católica Cubana después del denominado Período Especial en Tiempo de Paz. El tema que nos convocó en esta ocasión lo expuso brillantemente, como es su costumbre, la destacada investigadora histórica y profesora universitaria Dra. Ana Cairo, a quien me unen estrechos lazos de amistad.

No puedo obviar el calificativo brillante, ni siquiera como recurso de sencillez periodística porque en realidad Ana Cairo con su natural modestia característica, sin afectaciones personales de ninguna índole, descubrió ante los que disfrutamos de su disertación, los resultados de acuciosas búsquedas en los archivos y testimonios sobre la fundación de la Universidad de La Habana, que es uno de los más antiguos centros universitarios en América, así como un espacio de iluminación, debate y vida de nuestra identidad, idiosincrasia y cultura nacional. Quiero reiterar que quizás lo más interesante de lo que allí se expresó, en mi opinión, fue la virtud científica de describirnos imparcialmente el tema en sus aspectos esenciales y diversidad investigativa, sin ubicarse en un primer plano con sus artículos y libro publicado “Historia de la universidad de La Habana”. En su disertación, durante el corto tiempo de que dispuso, relacionó lo esencial de los trabajos realizados así como de los testimonios sumergidos en el tiempo de quienes han estudiado meticulosamente los orígenes de nuestra Universidad: sus características iniciales y las contingencias afrontadas en su surgimiento.

El encuentro, en definitiva, tal y como expuso la coordinadora y anfitriona de las actividades del Aula Fray Bartolomé de las Casas en su agradecimiento final a la conferencista y a los participantes, resultó ser una expresión de la memoria histórica, muy importante porque un pueblo sin memoria deja de ser pueblo. No puedo reseñar en el espacio de una crónica el contenido específico de la Conferencia impartida por la doctora Cairo; pero me anima la esperanza de que como es costumbre de los dominicos habaneros, se publicará un folleto que habrá de enriquecer la historia escrita de nuestra más importante universidad cubana. Continue reading

Alan Gross: Por una solucion negociada

Por Arturo López-Levy, Profesor Adjunto, Josef Korbel School of International Studies, University of Denver.

En la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el pasado año, el representante David Rivera (R-FL) exigió que Wendy Sherman, subsecretaria de Estado para asuntos políticos, revelara si Estados Unidos trató de negociar con La Habana, de alguna manera, una liberación de Alan Gross. Rivera dijo: “Es indignante que la Administración Obama podría estar negociando con un régimen terrorista para liberar a un rehén estadounidense”.

Esa política es correcta: Estados Unidos no debe ceder a las demandas de los terroristas pues solo incentivaría a los mismos a secuestrar otros rehenes. Pero nada de esto tiene que ver con Gross o con Cuba.

Si hubiese una lista de países no democráticos, Cuba debería figurar, pero las referencias de Rivera al terrorismo son una manipulación. El Departamento de Estado no ha registrado una sola acción terrorista patrocinada por Cuba en dos décadas. La semana pasada, La Habana fue sede de otra ronda de negociaciones entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos, quien no solo agradeció la facilitación sino también demandó la inclusión cubana en la próxima Cumbre de las Américas. En España, el otro país supuestamente víctima de grupos protegidos por Cuba, ETA se ha desmovilizado y los sucesivos gobiernos socialistas y populares han agradecido a La Habana por recibir a comandos liberados de la organización vasca.

Gross fue detenido en Cuba, no secuestrado. Trabajaba bajo los auspicios de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) bajo la sección 109 de la ley Helms-Burton, una ley que ha sido condenada por las Naciones Unidas por violar la soberanía cubana. No es un rehén; Gross es una víctima de cinco décadas de conflicto, atrapado debido a nuestra política de cambio de régimen. Si Washington accediera a negociar con Cuba la libertad de Alan Gross, tal acción no crearía ningún riesgo de secuestro de otros estadounidenses. Cuba no secuestra a turistas norteamericanos, como Hamas y Hezbolá hacen con ciudadanos israelíes con el fin de provocar nuevas negociaciones.

La administración de Obama, repitiendo públicamente que la única opción para resolver el caso Gross es que Cuba le otorgue la libertad “incondicionalmente”, ha rendido la iniciativa política a la derecha cubana. Esas fuerzas, a las que el presidente Obama no les debe nada, pues trataron de evitar su reelección al presentarlo como asociado con Hugo Chávez y Mariela Castro, siguen sin reconocer su propia responsabilidad en el calvario de Gross. La detención de Gross fue una tragedia anunciada en la larga historia de conflictos de Washington con la soberanía cubana, provocada en gran medida por la insistencia de algunos grupos exiliados en mantener la política estadounidense de embargo contra Cuba e imposición de cambio de régimen desde el exterior.

Después de su reelección, el presidente tiene la flexibilidad de la que carecía antes de noviembre. Es tiempo de exigir una negociación que traiga a Alan Gross de vuelta. La acusación de Judy y Alan Gross contra el gobierno estadounidense es una interpelación contra los programas mal diseñados de USAID en Cuba. Si Gross fue desinformado sobre los riesgos que corrió y no se le preparó para enfrentarlos, ¿qué podría decirse de la irresponsabilidad de USAID al imponer riesgos a ciudadanos cubanos, que son usados en esos programas sin dar su consentimiento informado? Es importante pensar con creatividad posibles alternativas, como la transferencia de esos fondos millonarios de la USAID hacia iniciativas menos provocadoras e intrusivas. ¿No sería mejor brindar becas universitarias, o programas orientados al desarrollo económico y la ayuda humanitaria, fuera de toda conexión con la ley Helms-Burton?

Toda solución negociada tiene sus costos pero lo lógico es compararla con las alternativas. En Washington y Miami, el debate es incompleto si los intransigentes no asumen el costo de proponer que el gobierno estadounidense abdique de sus responsabilidades morales y legales con alguien que trabajaba para sus programas de la USAID bajo la ley Helms-Burton. Los sectores opuestos a una negociación han prevalecido sin siquiera explicar los beneficios, costos e incertidumbres del curso de acción que proponen. Es tiempo que expliquen a Judy Gross que su propuesta equivale a dejar a su marido tras las rejas por cuatro años y más.

El día que exista voluntad política en Washington y La Habana para resolver los problemas estructurales de la relación bilateral entre los dos países, resolverán con creatividad el caso Gross. Por eso el peor escenario es la ausencia de conversaciones sobre temas de interés mutuo. En La Habana también deben pensar. Nada sería peor que perder cuatro años de un segundo mandato de Obama, sin promover una relación menos conflictiva de Cuba con EEUU. No ayudaría al interés nacional cubano ni a la situación de los agentes que queden sin expirar sus condenas en 2016.

Tomado de El Nuevo Herald

La nueva Legislatura debe ser "empujada"

Por Yasmín S. Portales Machado

A propósito de la noticia de que no tendremos nuevo Código de la Familia, Lirians Gordillo me hizo unas preguntas, acá las comparto.

¿Qué consecuencias puede tener la no discusión del nuevo código de familia para la comunidad LGBTI en Cuba, y en general para la sociedad cubana?

Para la Comunidad LGBT los efectos ya son evidentes: cuando un activista tan respetuoso de nuestras estructuras estatales como Paquito muestra semejante amargura, puedes imaginar lo que sentimos el resto, militantes del PCC o no.

La discusión del Código de la Familia era la gran carta ganadora del CENESEX, y tras esta cancelación su credibilidad política debilita mucho. Como el movimiento LGBT más cercano a la institucionalidad estatal cubano tiene a Mariela Castro Espín y su institución como referente organizativo básico, en la práctica el movimiento ha perdido la cabeza. ¿Qué va a decir Mariela en mayo que de esperanzas? Ni idea.

¿Qué condiciones deberían darse, o qué debería cambiar para que en la próxima legislatura se llevara a cabo la discusión del Anteproyecto de Código de Familia?

Tenemos que lograr que la Asamblea Nacional y el Gobierno sientan presión de parte de la población cubana para discutir el nuevo Código, como lo sintió para dar paso a la Reforma Migratoria y a la liberación para la compra venta de casas y autos. Por supuesto, es muy difícil poner al centro del debate un asunto social cuando el desastre económico urge nuevas medidas, pero al menos hay que intentarlo. Mientras sigamos repitiendo que el Código de la Familia solo interesa a la comunidad LGBT no avanzaremos. Ese es el recurso discursivo que usa la homofobia, a sabiendas de que es falso. Hay que imponer nuevas reglas de juego, sacar el asunto a la calle y mostrar cómo el nuevo Código de la Familia afecta a toda la sociedad. A ver cómo van a negar su pertinencia entonces.

¿Cuáles pueden ser las iniciativas, o estrategias a seguir, para en el futuro ejercer mayor presión pública?

Es evidente, para mí, que la estrategia educativa seguida hasta ahora, de amabilidad y súplicas, ha demostrado sus limitaciones.

Se impone cambiar las reglas del juego:

1) Escapar de la retórica homofóbica que ha limitado la percepción del alcance de este proyecto legislativo, pues no es cierto que el Código de la Familia solo beneficiará a las personas LGBT y sus familias.
2) Siguiendo las recomendaciones de Raúl Castro, dejar el secretismo (ya hemos visto de qué valió) y revelar el contenido de este anteproyecto del Código de la Familia, de modo que quienes deseamos impulsar su aprobación podamos defender su validez en cualquier espacio con argumentaciones claras. Quienes estamos involucrados en esta lucha merecemos participar en igualdad de condiciones, que en este caso significa en igualdad de conocimientos.
3) Sacar texto y debate a la calle, a los espacios públicos de la nación y la emigración, para poner a las personas frente a frente con sus dudas y sus conceptos de la legislación que necesita la Cuba de ahora respecto a sus familias.
4) Crear condiciones para apelar al recurso de la Iniciativa Legislativa Popular (10 000 firmas notariadas) en caso de que la nueva Asamblea Legislativa no discuta el Código de la Familia en 2013, para garantizar su inclusión en el cronograma de 2014.

¿Apoya los criterios de que la ausencia del debate en esta legislatura parlamentaria se deba a la poca preparación del pueblo cubano para aceptar la diversidad sexual?

La que obviamente no está preparada es la Asamblea Nacional. No está preparada para defender a su nación en lugar de su tranquilidad. Quienes integran la Asamblea han dado más de una vez muestras fehacientes de su absoluta sumisión al brazo ejecutivo de Cuba y a pactos políticos coyunturales, antes que en la defensa a largo plazo de las necesidades normativas de una nación que se sueña independiente, socialista y con dignidad para cada habitante.

Lo único en que no le hacen caso al Presidente de la República es en que discutan en serio, pero con estos bueyes tenemos que arar.

Como las circunstancias no han cambiado, no cambiaré mi argumento en este caso: ¿Estaba lista Cuba para la abolición de la esclavitud, el sufragio universal, el divorcio o la nacionalización de las empresas? No. Claro que todo un país nunca está listo para saltar hacia delante, porque hay mucha gente miserable que medra de la desigualdad, o que se siente mejor al saber que hay personas con menos derechos que los suyos. ¿Qué clase se argumento es ese para negar el amparo legal?

Cuba no puede retroceder en su gloriosa tradición de saltar hacia delante, de poner la dignidad nacional y la autodeterminación por delante de los prejuicios y el neocolonialismo. Las personas electas para la nueva legislatura deberían recordar eso cuando gentes bien intencionadas les recuerden la sensibilidad de las iglesias o las tradiciones del pueblo respecto a los cambios que traerá el Código de la Familia.

Cuba es laica, Cuba defiende los derechos de TODA la infancia, Cuba es independiente y soberana, Cuba es socialista.

La Asamblea Nacional del Poder Popular podría dar una evidencia de todo eso en 2013, pero no lo hará sin nuestra ayuda.