Let it be

Por The Beatles

Lei it be. Grafitti en heladería Coppelia. La Habana. Foto: Isbel Díaz Torres

Lei it be. Grafitti en heladería Coppelia. La Habana. Foto: Isbel Díaz Torres

When I find myself in times of trouble,
Mother Mary comes to me,
Speaking words of wisdom,
Let it be.

And in the hour of darkness,
She is standing right in front of me,
Speaking words of wisdom,
Let it be.

Let it be, let it be,
Let it be, let it be,
Whisper words of wisdom,
Let it be.

And when the broken-hearted people,
Living in the world agree,
There will be an answer,
Let it be.

For though they may be parted,
There is still a chance that they will see,
There will be an answer,
Let it be.

Let it be, let it be,
Let it be, let it be,
There will be an answer,
Let it be.

Let it be, let it be,
Let it be, let it be,
Whisper words of wisdom,
Let it be.

And when the night is cloudy,
There is still a light that shines on me,
Shine until tomorrow,
Let it be.

I wake up to sound of music,
Mother Mary comes to me,
Speaking words of wisdom,
Let it be.

Let it be, let it be,
Let it be, let it be,
There will be an answer,
Let it be.

Let it be, let it be,
Let it be, let it be,
Whisper words of wisdom,
Let it be.

La esperanza

Por Ramón Liarte Viu

Columna-Ascaso,-Abad-de-Santillán-i-Josep-Peiró

Columna-Ascaso,-Abad-de-Santillán-i-Josep-Peiró

Como en todas las épocas de decadencia, una fuerza sana y vigorosa se sitúa en el primer plano de los acontecimientos para forjar los hechos: la juventud. Si los jóvenes hacen más ruido que los demás es porque tienen más energías acumuladas, o lo que es mejor, mayores posibilidades de recuperación. ¿Cómo va a dar la nota más aguda un mudo, ni saltar el muro más alto el paralítico? El joven, por ser insatisfecho, no puede sentirse feliz. Los satisfechos son aquellos que lo han logrado todo. El hombre-harto no siente afán de luchar. Por contra, los desafortunados van a la conquista de todo porque no tienen nada. Creer en la victoria implica luchar por ella y hacer posible su advenimiento. Hay una manía constante en indicar los caminos que debe recorrer la juventud.

Se le quiere dictar normas de vida y métodos de acción. Perfectamente sabe el joven que es necesario salir del pasado para ganar el futuro. Sólo venciendo a la muerte se conquista la vida. Lo esencial en esta lucha de siempre es no desestimar las propias posibilidades. La juventud es la naturaleza viva que aprende en la historia las lecciones más fundamentales para sobrevivir. De la misma manera que la fidelidad no conoce hipocresías, la juventud está reñida con los prejuicios. Todo joven quiere ser, ante todo, él mismo. Parecerse como una gota de agua a otra. Anhela ser singular. Cuando nace una nueva vida, todo el mundo se reinicia para el recién nacido.

De la misma manera que los jóvenes crecen bien, los viejos envejecen mal. Las viejas sangres son portadoras de taras. Vinos añejos de ayer, convertidos por la fuerza de tiempo en vinagre que no puede mezclarse con caldos nuevos y generosos porque los estropea y deteriora. Continue reading

Las tensiones del proceso bolivariano: nacionalismo popular, conquistas sociales y capitalismo rentista

Por Franck Gaudichaud (Inprecor/Viento Sur)

Cuando se acercan las elecciones regionales en la República Bolivariana y después del importante discurso nacional y el reciente anuncio del presidente Chávez de cara a su nueva operación por cáncer (www.rebelion.org/noticia.php?id=160514), publicamos este análisis -crítico y fraternal- del proceso de cambio en Venezuela. Este texto, escrito a finales de noviembre (después de una estadía en Venezuela para las elecciones presidenciales), intenta subrayar algunos puntos para el debate, desde la izquierda, temas tal vez más aún vigentes frente a la nueva y difícil coyuntura que se avizora para el pueblo bolivariano.

El domingo 7 de octubre Hugo Chávez festejaba su tercera victoria en las elecciones presidenciales, con el 55,1% de los sufragios, frente al 44,3% a favor de su principal adversario, el candidato neoliberal Henrique Capriles Radonski. La polarización política fue tal que los otros cuatro candidatos en liza quedaron literalmente barridos 1 . La popularidad, la capacidad de movilización y el liderazgo carismático de Chávez permanecen sólidamente demostrados, anclados y mayoritarios entre las y los “de abajo”; con una participación electoral que ha alcanzado niveles superiores al 80% del censo electoral. La manifestación de centenares de miles de personas (tal vez más de un millón) ocupando las calles de Caracas el jueves 4 de octubre, constituyó una incontestable demostración de vitalidad de la “revolución bolivariana” y también la omnipresencia del presidente a la hora de levantar el entusiasmo de la muchedumbre. Todo ello bajo los auspicios de un slogan de campaña pasablemente alejado del socialismo: “¡Chávez, corazón de la patria!”. Encontramos aquí sin duda la fuerza del nacionalismo popular tal como se ha encarnado en Venezuela: un “cesarismo” progresista y antiimperialista (en el sentido de Gramsci) o incluso esa “razón populista” post-neoliberal, descrita por Ernesto Laclau 2 , que ha conseguido crear, reconstruyéndola por arriba y por abajo, una nueva comunidad política popular en Venezuela, a lo largo de esta última década. Pero si hay fervor, no es solo el fruto de una “irracionalidad” política, como se puede leer continuamente en la prensa dominante, o de la simple emergencia plebeya discursiva.

Esta mística popular existe también gracias al balance social, muy real y bien comprendido, del proceso bolivariano: “A diferencia de lo que pasaba bajo los anteriores gobiernos, una gran parte de la renta petrolera ha sido utilizada para financiar la política social. Los (muchisimos) humildes que gritan ‘viva Chávez’ son la expresión, sin duda, de los millones de personas que acuden cada día a los distintos programas –Mercal, Pdval, Bicentenario, Farmapatria– donde pueden comprar productos de primera necesidad a precios subvencionados. Los jóvenes que se entusiasman –‘Chávez va a ganar’– piensan indudablemente en la política de inclusión y de educación llevada a cabo en todos los niveles, en los libros y ordenadores (los canaimitas) gratuitos que se les han distribuido. Los viejos que visten sus camisetas rojas lo hacen probablemente porque los 200.000 jubilados que tenían una pensión al final de la IV República se han convertido hoy día en 2.300.000. Cuando las madres de familia hablan con emoción del ‘comandante’ es porque las distintas ‘misiones’ puestas en marcha les han dado acceso a la salud, porque dos millones de ellas y sus familiares gozan del régimen de seguridad social. Que las familias que vivían en alojamientos precarios tomen partido, tampoco tiene nada de sorprendente: la Gran Misión Vivienda Venezuela, aunque creada demasiado tarde, ha construido decenas de miles de viviendas desde su inicio hace dieciocho meses 3 .

Según la Comisión Económica para América Latina de la ONU (CEPAL), Venezuela es el país con el descenso más espectacular de la pobreza en América Latina: entre 2002 y 2010, ésta ha pasado del 48,6% al 27,8%, y del 22,2% al 10,7% en lo que se refiere a la extrema pobreza. Además, el país posee actualmente uno de los más reducidos niveles de desigualdad de la región, lo que no es poco en el continente menos igualitario del planeta. Los cambios son por tanto muy palpables, muy lejos de los años neoliberales de la IV República (1958-1998). Habría que añadir a todo ello la creación de espacios de participación popular, sobre todo a través de los miles de Consejos comunales o de cooperativas campesinas surgidas de la reforma agraria; la reciente reforma del Código del Trabajo, el más progresista del continente 4 ; la implantación de uno de los salarios mínimos más elevados de la región o incluso el regreso de la discusión sobre la soberanía del pueblo, el socialismo y el anti-capitalismo, mucho más allá de las simples esferas militantes. El programa de campaña de Chávez se orientaba claramente en torno a estas cuestiones estratégicas. Las elecciones del domingo tenían también un evidente carácter geopolítico. Una derrota del candidato del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) y de sus aliados del Gran Polo patriótico (incluyendo al Partido Comunista Venezolano) habría deteriorado en gran medida las relaciones de clases continentales, amenazando no sólo las conquistas sociales y democráticas de la última década, sino también la nueva autonomía relativa del Sur frente al imperialismo, la jovencísima Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), y acabando sobre todo con proyectos novedosos, aunque todavía balbuceantes o limitados, como el ALBA 5 o la Banca del Sur.

Sin embargo, esta nueva victoria electoral –muy clara e indiscutible- no puede esconder los múltiples problemas no resueltos después de 13 años de poder, los “dilemas” y las intensas contradicciones del proceso bolivariano, más allá de los discursos sobre “el socialismo del siglo XXI” (del que apenas se perciben unos contornos borrosos) 6 . Citemos algunos de los más flagrantes:

– La corrupción sigue siendo endémica, a todos los niveles institucionales (en particular al nivel de los gobernadores de los Estados federados), hasta el punto de que se puede hablar de un fenómeno estructural y enquistado, herencia de un Estado rentista y petro-depediente que no ha sido transformado.

– La burocracia, la ineficacia y la débil institucionalización de las políticas públicas, la falta de productividad de las empresas estatales, la rotación permanente de responsables en los ministerios y, como fue reconocido y repetido por el propio presidente durante la campaña, “la falta de seguimiento de los proyectos”, sobre todo de aquellos destinados a mejorar el acceso a la electricidad, a diversificar el modelo productivo o incluso a asegurar la soberanía alimentaria de un país que debe importar más del 75% de su alimentación.

– La inseguridad (sobre todo en las ciudades) y la amplitud de la criminalidad, que hace de Venezuela uno de los países con la mayor tasa de homicidios por arma de fuego ligera de todo el continente (excluyendo conflicto armado): una preocupación y un calvario cotidiano para los sectores populares, lo cual ha sido muy bien instrumentalizado por la derecha y la oligarquía, a pesar de algunos avances reales con la reciente reforma de la policía y el inicio de una toma en consideración del fenómeno.

– La debilidad de la estructuración del movimiento sindical, el fracaso –incluyendo la represión– de experiencias de control obrero y de cogestión (como en SIDOR o Sanitarios Maracay) 7 , el cuestionamiento de la independencia de la clase obrera, alimentada por la tentación permanente de un control por arriba del sindicalismo por parte del ejecutivo, verticalismo reforzado últimamente por las divisiones internas y la crisis de la UNETE (Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela) y la creación (en 2011) de la CSBT (Central Socialista Bolivariana de los Trabajadores), infeudada en el Ministerio de Trabajo.

– La cuestión de la omnipresencia de Hugo Chávez, calificada a veces como “hiperpresidencialismo”, y por tanto el nivel de personalización del poder, en un contexto –además– en que el presidente está gravemente enfermo de cáncer y considerablemente debilitado.

– El mantenimiento de un modelo de desarrollo (y de un Estado) rentista surgido de la paradójica “maldición” de la abundancia petrolera 8 : un modelo no duradero, basado esencialmente en la explotación de este recurso, y una economía capitalista mixta en la que más del 70% del PIB sigue en manos del sector privado 9 , mientras una casta –denominada “boli-burguesía”– se enriquece a la sombra de este maná y de una “derecha endógena” al gobierno, encarnada en algunos hombres fuertes (y riquísimos) como Diosdado Cabello (hoy día presidente de la Asamblea Nacional).

– La política exterior, particularmente hacia Oriente Medio, donde en nombre de una estrategia antiimperialista “campista”, Hugo Chávez ha decidido apoyar, contra viento y marea, a diversos gobiernos autócratas, cuando no sanguinarios, de la región; una estrategia renovada después de las elecciones, cuando el presidente en una conferencia de prensa renovó su amistad con Bachard El Assad frente a los “terroristas” y la OTAN.

Sin embargo, y así lo hemos podido constar en nuestra estancia en Caracas durante las últimas elecciones, cada vez hay más voces y colectivos provenientes del “chavismo crítico” que se hacen oír para renovar su apoyo consciente al proceso (y a sus conquistas) 10 , al mismo tiempo que denuncian su estancamiento y la falta de avances en muchos terrenos, explican también que si una parte del electorado popular ha decidido votar por Capriles lo ha hecho para expresar su descontento o su desconcierto. Como señala Patrick Guillaudat: “Observando de cerca los resultados, la victoria es frágil, a pesar del hecho de que Chávez haya ganado a Capriles en 22 de los 24 Estados del país. Entre las últimas elecciones presidenciales de 2006 y las de 2012, Chávez ha ganado 752.976 votos, mientras la oposición ganaba 2.175.984, o sea tres veces más. En los barrios populares de Caracas (Petare, 23 de Enero, La Vega…) el voto chavista ha bajado entre un 6% y un 9%. El mismo movimiento se da en las otras ciudades del país. Por otra parte, el recuento preciso de los votos de cada candidato, distribuidos partido a partido, muestra que más de una quinta parte de los votos obtenidos por Chávez se dirigen a partidos distintos al PSUV […] El descontento o las críticas se han expresado también en un voto dirigido a organizaciones distintas del PSUV, sobre todo el PCV. En los días siguientes a las elecciones se lanzaron señales contradictorias. Por un lado, Chávez predica el diálogo y la apertura hacia la oposición. Por otro, militantes del PSUV piden una “rectificación” en el sentido de una profundización del proceso11 .

Es importante también señalar que el panorama de la oposición ha evolucionado mucho: se puede afirmar incluso, como hace el marxista Manuel Sutherland, que Capriles Radonski, candidato de la oligarquía y del imperialismo, es en cierta manera un “perdedor vencedor12 . El candidato de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), amplia coalición de una treintena de organizaciones (desde grupúsculos ex–maoístas a la extrema derecha), consiguió imponerse en las primarias frente a los grandes partidos históricos del “antiguo régimen”: COPEI (demócrata-cristiano) y Acción Democrática(socialdemócrata). Treintañero, procedente de la gran burguesía, dirigente de Primero Justicia (nuevo partido creado en 2000 con el apoyo de ultraconservadores estadounidenses) y muy activo durante el golpe de Estado de 2002, Capriles ganó en buena medida su desafío: imponiendo su estrategia, ha conseguido también rejuvenecer y dinamizar la imagen de la oposición, ha triunfado con brío en muchos mítines en todo el país. Todo esto lejos de la histeria semi-fascista de los años anteriores, llegando a hacer una campaña de propaganda con tonalidades de centro-izquierda, “humanista”, proclamándose cercano a Lula y vinculado al progreso social… al mismo tiempo que proponía un programa violentamente neoliberal 13 . Conclusión de Sutherland: “Capriles Radonski ha dado claramente la impresión de ser un rival que se prepara para tomar el poder a mediano plazo (2018), en un contexto electoral más favorable, esto es, en el momento en que el deterioro de la popularidad del chavismo como consecuencia del aumento de los problemas de la sociedad venezolana (inseguridad, elevado coste de la vida, paro, etc.) será determinante. Si las actuales tendencias electorales continúan evolucionando en estas direcciones por los dos campos, Capriles bien podría ser el próximo y más neoliberal presidente de Venezuela”.

Las elecciones regionales (elección de gobernadores y de parlamentos federados) de mediados de diciembre serán sin duda una nueva prueba para el campo bolivariano. Ya se siente cierto malestar en el seno del chavismo militante, frente a los candidatos escogidos, todos nombrados “por arriba”, y frente a los representantes de la dirección burocrática de un PSUV cada vez más alejado de su base, que proceden directamente del poder militar que rodea al presidente. Por ejemplo, en el Estado de Bolívar se encuentra Francisco Rangel Gómez, que aspira a una segunda reelección, a pesar de ser conocido por su feroz oposición feroz contra los obreros de SIDOR en el 2008; y en el Estado de Lara, el ex–gobernador y militar Luís Reyes Reyes sigue llevando los colores bolivarianos, aunque ha sido acusado por muchos movimientos sociales de ser responsable, en el pasado de violaciones a los derechos humanos.

A pesar de todo, y a pesar de este panorama abiertamente crítico (que nos parece indispensable a la hora de expresar nuestro internacionalismo tanto frente a la intensa campaña mediática antichavista 14 como frente a las oligarquías del sur y del norte), el pueblo bolivariano (y sus luchas) sigue vivo, dinámico, rebelde, dispuesto a sublevarse. El proceso no está muerto, ni mucho menos. Basta con recorrer los “ranchos” de las grandes ciudades, las calles de Caracas, las fábricas de Ciudad Guyana o el interior del país para darse cuenta. El “proyecto alternativo en tensión”, según denominación del politólogo y altermundista Edgardo Lander, sigue siendo un dato central de las coordenadas políticas de la actual Venezuela. Este proyecto, atravesado por una “tensión entre el control desde arriba y la autonomía por la base”, ha cristalizado en torno a la noción medular del conjunto del discurso político bolivariano: el “pueblo soberano15 . De éste dependerán precisamente los próximos meses. Según el editorialista de La Jornada, Guillermo Almeyra: “Quienes votan por Chávez no están ciegos frente a los problemas de la corrupción, del verticalismo, del burocratismo, de la dirección militar de un proceso que exige, por el contrario, la más amplia participación decisiva de la población, la discusión abierta de las distintas opciones posibles para resolver los grandes problemas, el control popular de las realizaciones y de las instituciones gubernamentales”. Y añade: “En lugar de presentar una candidatura independiente y antichavista, como la del combativo sindicalista Orlando Chirino, separando a los socialistas de los chavistas, la izquierda revolucionaria habría debido trabajar junto a los chavistas partidarios del socialismo para reforzar la autoorganización de los trabajadores y, tras la derrota de la derecha, librar batalla en mejores condiciones contra el verticalismo y los burócratas-tecnócratas que esperan la desaparición de Hugo Chávez para controlar el aparato de Estado. Porque las grandes batallas se librarán después del mes de octubre”.

Esta opción es compartida, en particular, por Marea Socialista, corriente anticapitalista del PSUV, de quien presentamos una entrevista aquí debajo. Durante las elecciones presidenciales, sus militantes –muy implicados en el movimiento sindical y en una parte del movimiento de jóvenes- lanzaron una campaña en base a las consignas “7 octubre: Chávez presidente; 8 octubre: liberar a la revolución de sus burócratas” y “¡Por un gobierno del pueblo trabajador sin capitalistas!”. Se habían reagrupado, en mayo de 2012, en el seno de la APR (Alianza Popular Revolucionaria) intentando construir una movilización bolivariana autónoma, no infeudada en las estructuras del Estado o del PSUV, junto a la organización campesina “Corriente Revolucionaria Bolivar y Zamora”, el Movimiento de Pobladores, la Asociación Nacional de Medios de Comunicación Comunitarios Libres y Alternativos (ANMCLA), Surco (colectivo de educación universitaria), organizaciones feministas, etc. Frente a las veleidades, de una parte del gobierno, de conciliación con la oposición o la oligarquía, que parece despuntar en las últimas semanas, estos sectores críticos subrayan que sólo las luchas sociales y la profundización de las conquistas democráticas, de las formas de participación autónoma y un control sobre la economía y sobre el funcionamiento del Estado, la creación de formas de poder popular real, podrán dar un contenido concreto a los llamamientos al “socialismo del siglo XXI”. Y comenzar a superar así los obstáculos y contradicciones del proceso bolivariano, sin permitir el retorno de los neoliberales y de los agentes de Washington al país. Se trata de la última oportunidad dentro de esta nueva secuencia política abierta, luego de 13 años en el poder. Y nada indica por ahora que sea la más probable, aunque sea la más deseable desde el punto de vista de los anti–neoliberales consecuentes y de los anticapitalistas.

NOTAS

(1) Orlando Chirino, sindicalista revolucionario, militante trotskysta y candidato del PSL (Partido Socialismo y Libertad), obtuvo solo 4140 votos (o sea 0,02% de los electores), sin lograr tener influencia alguna sobre el electorado popular. Ver los resultados: www.eleccionesvenezuela.com/resultados-elecciones-venezuela.php .

(2) E. Laclau, La razón populista, FCE, Buenos Aires, 2005.

(3) M. Lemoine, « Venezuela : les électeurs ont « confisqué » la démocratie », www.monde-diplomatique.fr , octubre 2012.

(4) Esta ley reconoce entre otras cosas amplios derechos para las mujeres trabajadoras; permite una importante reducción del tiempo legal de trabajo de 44 horas a 40 horas semanales (y 35 horas para el trabajo nocturno); el combate a la tercerización o el reforzamiento de la protección social y de los derechos laborales o a la huelga.

(5) Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos o ALBA-TCP: www.alianzabolivariana.org .

(6) Leer: F. Esteban, S. Brulez, « Le laboratoire du socialisme du XXIe siècle cherche toujours la formule qui marche », Inprecor, n° 564-565, agosto 2010 y P. Stefanoni, « El triunfo de Chávez y el socialismo petrolero », Viento Sur, octubre 2012, http://vientosur.info/spip/spip.php?article7271 .

(7) A. Acosta, La maldición de la abundancia, Quito, Abya Yala, 2010.

(8) Ver los escritos de Víctor Álvarez, economista y exministro de las industrias de base y de las minas: Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?, Caracas, Centro Internacional Miranda, 2009.

(9) Incluso colectivos y militantes libertarios, como el intelectual crítico Roland Denis, llamaron a votar para Hugo Ch á vez, concientes del peligro que representaban Capriles y la MUD.

(10) Tout est à nous ! La Revue, diciembre 2012. Ver también: P. Guillaudat et P. Mouterde, Hugo Chávez et la révolution bolivarienne, M Editeur, Québec, 2012.

(11) M. Sutherland, « Retour sur la victoire de Chavez : radicalité vs. conciliation droitière », Apporea.org, octubre 2012 (consultado en francés en: www.avanti4.be ).

(12) Ver el análisis, muy difundido durante la campaña por el PSUV, del sociólogo Romain Mingus: El Nuevo Paquetazo, www.comandocarabobo.org.ve/el-nuevo-paquetazo .

(13) Leer el informe « Venezuela » del colectivo ACRIMED (Acción Crítica Medios) – Paris: www.acrimed.org/rubrique179.html .

Fuente: Revista Inprecor – www.orta.dynalias.org/inprecor/ – noviembre de 2012 – Traducción de Viento Sur (www.vientosur.info/spip/spip.php?article7478)

¿Y después de Chávez, qué?

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Ayer estaba yo en una sala de espera de mi hospital donde hay un televisor, casualmente, a la hora que comienza el espacio noticioso de la una pasado meridiano. El noticiero abrió, entonces, con informaciones sobre el tema del momento en Cuba: el tratamiento contra el cáncer que siguió, en nuestro país, el presidente venezolano Hugo Chávez Frías.

Normalmente, los pacientes en ese salón no le suelen prestar mucha atención al aparato audiovisual, y menos al noticiero. Yo me acerqué, entonces, con la intención de poder escuchar al locutor por encima del murmullo subyacente, pero me percaté inmediatamente de que mi movimiento había sido innecesario. El local enmudeció; como por encanto, todas las personas se enfocaron en el televisor con una fijeza poco común.

Terminado el reportaje, una señora cerca de mí rompió el silencio, diciendo algo así como pobre hombre, denotando compasión, tristeza, duelo. Yo seguí mi camino mientras le daba vueltas a un par de pensamientos.

Me vino a la mente, por ejemplo, la descripción de mi padre sobre cómo se manifestaban las familias pobres del campo, en los tiempos de su infancia, ante la muerte de un familiar, cuando este era el que desempeñaba el papel de trabajador-productor-proveedor: una zozobra tremenda, un llanto desesperante, un luto desmesurado en comparación con el que causaba el fallecimiento de otro ser humano como una mujer o un niño aunque estos también fueran llorados. Y la amarga desigualdad, aparentemente reprochable, tenía sin embargo un profundo, innegable sentido: cuando el fallecido era el que sostenía económicamente al resto, pésimos tiempos se abrían por delante.

Para nadie es un secreto que la supervivencia del sistema cubano, hasta hoy, le debe mucho a la ayuda económica, los acuerdos firmados con la Venezuela chavista, y la posibilidad de adquirir en aquella nación combustibles de primera necesidad a cambio de servicios de nuestros profesionales. Por muy poco cariño que le tengan algunos a los regímenes que enarbolan banderas socialistas, nadie puede ignorar que, en medio de la pobreza y la incertidumbre, muchas personas sencillas se alegran y se aferran al escaso trozo de seguridad, de oxígeno, de sostén vital, que todavía emana de los últimos y menguantes subsidios socioeconómicos administrados por nuestro gobierno, posibles aún en no pequeña medida gracias a la ventajosa conexión venezolana. Cuando se considera que el proyecto bolivariano ha descansado en exceso desde mi humilde punto de vista sobre el carisma y la personalidad de Hugo Chávez, se comprende entonces que la desgracia que amenaza con ocurrirle a su persona, proyecte negros nubarrones sobre el ánimo de tanta gente.

En realidad, no es insensato que elucubremos un poco sobre lo que se puede esperar, la influencia que tendrá este giro en los acontecimientos por venir. Yo, particularmente, espero que ahora las reformas económicas que aplica el gobierno cambien un poco de ritmo. No es que vayan a acelerarse mucho, más bien que se sucedan un poco menos lentamente. Sobre todo, aquellas que abren el espacio a los esquemas de economías de mercado. Igualmente, no me extrañaría que se intentara reforzar el control político y mediático sobre la población, aunque el éxito a largo plazo de este último objetivo sea menos seguro que el anterior.

Prácticamente todos los gobiernos cubanos ha sido criticado sobradamente por las dependencias establecidas respecto a poderes extranjeros, ya fuera con los Estados Unidos, la Unión Soviética o, más recientemente, Venezuela. Una vez más, la incertidumbre planea por este campo, ante la posibilidad del fin de la última de estas etapas. Ante el país, se cierne una etapa donde se tendrá que probar la capacidad nacional de caminar autónomamente, por las fuerzas propias de la nación. Los decisores locales, dirigentes y políticos que controlan el poder real, han realizado una labor de resultados escandalosamente pobres, a la hora de convencer al resto de su capacidad para estar a la altura de las circunstancias. Liborio tendrá sobradas razones para desvelarse durante las próximas noches.

A propósito de la D para la próxima etapa de las elecciones en Cuba

Por Lourdes Rojas Terol

La propuesta publicada con el nombre de “UNA ACCIÓN AFIRMATIVA POR LA DEMOCRATIZACIÓN”, que, en esencia propone votar poniendo una D en las boletas, es una propuesta interesante como signo de las ansias que tenemos de construir un consenso para el cambio y, sobre todo, de hacerlo en paz. Pero tiene un defecto práctico que la hace poco viable: el conteo de votos. En efecto, toda cosa que se escriba en la boleta la anula, por lo que las boletas marcadas con la D serían contadas como voto nulo igual que las que tengan escrita cualquier otra cosa y, por otra parte, muchas personas tienen el temor de que escribir en la boleta, incluso una letra, los haga reconocibles. La intensión de los proponentes es que nadie quede “marcado”. Pero cualquier persona, sea de la comisión electoral o simple ciudadano observador del conteo, que manifieste la menor curiosidad por cuántas D hay en su colegio, quedará “marcado”.

Creo que hay otra manera, también dentro del marco legal, de usar las elecciones para empezar a construir nuestro consenso. Para ello es necesario distinguir entre las dos elecciones porque tienen objetivos diferentes y precisan tácticas diferentes.

PRIMERO: Las elecciones para la Asamblea Municipal, donde se elige al delegado, ya tienen un movimiento tácito de resistencia que se manifiesta por: baja asistencia a las asambleas de nominación, evidente falta de deseos de proponer candidatos y multiplicación de los pretextos de los propuestos para “declinar” el honor que se les hace. En este caso, a la hora de las elecciones, el VOTO EN BLANCO sería coherente con la apatía manifestada en el proceso de nominación, con la salvedad de que el voto en blanco sí se cuenta y significa algo entendible para todos, a saber: los delegados no pueden resolver los problemas, sintetizado por alguien del pueblo que dijo: “nosotros respetamos a los delegados, pero el gobierno no”. Los que han sido delegados conocen la experiencia: no son profesionales por lo que su trabajo, el más importante, el que expresa más directamente la voluntad popular, lo tienen que hacer en horario extra laboral, no tienen recursos y son peloteados de acá para allá por burócratas de toda laya, se agotan en gestiones que muchas veces terminan en nada. Y eso hablando de los problemas locales, en cuanto a la participación real en la toma de decisiones, tengo un ejemplo concreto: en una ocasión los electores de mi circunscripción tuvieron cuestionamientos sobre los equipos que se repartieron durante la “batalla energética”, como eran decisiones a nivel nacional, el delegado no tenía las respuestas, por lo que los electores solicitamos se reuniera con nosotros uno de los diputados a la Asamblea Nacional por los que nos tocaba votar cada 5 años, no era la propuesta de un elector, era la solicitud de la asamblea, no obstante, jamás se produjo ese encuentro. Si se le propone a la gente canalizar su inconformidad mediante el voto nulo, una parte, por temor, votará en blanco. En cambio, si la inconformidad se canaliza en torno al voto en blanco creo que el resultado sería estadísticamente más impactante, sobre todo, para nosotros mismos.

SEGUNDO: las elecciones para las Asambleas Provincial y Nacional. En este caso, la táctica debería ser diferente. Como el voto nulo y el voto en blanco no se cuentan como votos válidos, por grande que sea el impacto estadístico, el resultado no afecta a las elecciones en sí mismas. En este caso, la táctica más efectiva es el VOTO POR UNO. En efecto, para ser elegido, el candidato debe tener más del 50% de los votos válidos, por ejemplo: hay tres candidatos A, B y C, y hay 50 votos válidos, pero 20 votan por A, 20 por B y 10 por C; resultado: ninguno de los candidatos obtiene los 26 votos mínimos (50% más 1) para ser electos y quedan tres plazas vacantes. Sería un caso sin precedente que podría obligar, incluso, a la convocatoria a una nueva elección según el art. 125 inciso c), de la Ley Electoral. Esto no se podría lograr con el voto nulo.

El voto nulo, en cualquiera de los dos casos, tiene un significado relativo en cuanto a termómetro de inconformidad, por la sencilla razón de que un voto puede ser anulado por error, pero, estadísticamente todos, los intencionales y los accidentales, son parte de una sola cifra.

No creo que esto, en sí mismo, signifique la gran revolución ni mucho menos; incluso, la sola idea de que tenga éxito puede intimidar a muchos, es la mezcla de miedo y deseo que provoca cualquier cambio (de casa, de trabajo, de pareja, hasta el nacimiento de un hijo).

Pero lo cierto es que estamos ya, como cantara Serrat: “hartos ya de estar hartos” y esta sería una forma, tan válida como cualquier otra, de decirlo.

Por otra parte, todos los náufragos que se respetan, han comenzado a construir su vida isleña contando los recursos que han podido salvar del naufragio y, en primer lugar, a sí mismos. ¿No deberíamos nosotros hacer lo propio? Porque yo siento curiosidad por saber cuántos de los que nos montamos al mismo barco de ilusiones se hundieron con el barco y cuántos estamos en tierra, con lo que pudimos rescatar del barco, dispuestos a construir una nación donde la Constitución sea respetada, donde, efectivamente, “la Ley Primera de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad PLENA del hombre”.

Entretelones del Observatorio Crítico de Cuba

Llamativa es una invitación que le hizo Washington/ ¿Acaso es incierto que exhibe reflexiones coinciden con el Plan de la “disidencia” cubana?/ ¡Qué desmienta la subestimación de la Luz del Sol —obra de la Revolución en la Isla— y el sobredimensionamiento de sus manchas!

Por Noel Manzanares Blanco

Con mucho agrado leí A qué no se dedica Noel Manzanares Blanco, resultado de las meditaciones de Rogelio M. Díaz Moreno, del Observatorio Crítico de Cuba —“una colaboración para el diálogo”, dice la presentación.

El texto en cuestión, me resultó esclarecedor de la dinámica de ese Observatorio. Por ello, adelanto mi saludo a la positiva labor que puntualmente ha desarrollado. Pero también tengo consideraciones que compartir —siempre lo hago a título personal, por mi cuenta y riesgo, ¡y absolutamente nadie me paga por eso!—, a propósito de dichas meditaciones. Seré lo más sucinto que pueda.

Ante todo, confieso que con Díaz Moreno —ejemplo vivo de sobredimensionamiento por defecto de cualquier lance del Socialismo en Cuba, comprobable con visitar qué escribe él—“descubrí” mi ¿parecido? al “Pepito” que cubanas y cubanos escuchamos en múltiples cuentos desde que éramos infantes. En verdad, quizás por mis más de tres décadas como Profesor Universitario, me acompaña la convicción de la gran utilidad pedagógica que tiene el Método Deductivo en el abordaje de equis situación.

Así, en el rótulo ¿A qué se dedica el Observatorio Crítico de Cuba? , destaqué “Más enfermos de Sida sobreviven en la Cuba” —con independencia de su valor intrínseco—, porque estaba divulgado porel Nuevo Herald —a contrapelo de ser el diario miamense un acérrimo opositor-calumniador de las autoridades de la Isla— y con ello sentar base en el propósito fundamental de mi mensaje: sensibilizar al lector/a de lo que pasa por alto esa “izquierda” que, por lo menos, gusta de sobredimensionar las manchas del Sol —reitero.

Pero Rogelio M. no solo obvió ese dato evidente para un egresado promedio en una Universidad, sino que además ex profeso pasa por alto que en ¿A qué se dedica …? dejé el vínculo para saber qué pienso/manifiesto críticamente/propongo hacer para mejorar la compleja misión que construimos la mayoría de cubanas y cubanos en beneficio propio y de pobres de la Tierra —ver, por ejemplo, Cuba: crucial Congreso de Periodistas. Mas, ello es asunto que puedo asumir como intrascendente.

Por cierto, en la versión de mi rótulo de marras publicada por el sitio aludido, encontré comentarios que me eximen de la necesidad de insistir mucho en el porqué escribí/sostengo el contenido en él registrado.

No obstante, aclaro que no dije exactamente que esa ¿izquierda? le hace “el juego a la contrarrevolución y a la sección de intereses de los Estados Unidos (SINA) en nuestra Habana”, sino que “exhibe reflexiones coinciden con el Plan de la "disidencia" cubana fondeada [vuelvo a la palabra “imperdonable para con el idioma de Cervantes”] en la Oficina de Intereses Norteamericanos en La Habana”. ¿Acaso es incierta mi afirmación, más al recordar la Declaración contra detenciones arbitrarias en Cuba que expresa “preocupación y rechazo frente a los recientes actos de detención arbitraria, violencia y encarcelamiento” —asunto despejado en Los presos cubanos que no existen y la nueva “Ola represiva”?

También —como muestra de que, en efecto, me siento “seguro respecto a lo que [debo] demostrar”—, sí estoy en el deber de escribir que me resultó llamativo que representantes de Washington desde laSección de Intereses Norteamericanos en la Mayor de las Antillas y de la tristemente denominada Radio Martí Made in USA, se ¿molestaran? en comunicarse con el mismísimo ¿revolucionario? Observatorio —al margen que en ambos casos dieron respuestas positivas al Águila Imperial.

Llegado aquí, pregunto: ¿Qué motivación existió al Norte del Estrecho de la Florida para buscar contacto con el Observatorio Crítico de Cuba? Y al procurar la respuesta, lo menos que llega a mi memoria es mi desconocimiento acerca de algo similar ocurrido con consecuentes militantes revolucionarios, sean o no del Partido Comunista de Cuba.

Y en aras de cumplir con la promesa de ser sucinto para este trabajo, culmino con dos ideas indisolubles, a saber:

Una: pude constatar, ayer y hoy, cómo los integrantes de tal Observatorio prácticamente pasan por alto informaciones como las que ha llegado a publicar el Nuevo Heral y son reconocidas por Naciones Unidas —insisto, por ejemplo, en Cuba: datos que hablan por sí mismo .

Dos: entonces, le lanzo una convocatoria al Observatorio Crítico de Cuba: ¡Qué desmienta la subestimación a la Luz del Sol —obra de la Revolución en Cuba— y el sobredimensionamiento de sus manchas!

P.D.

No poseo Blog personal —al tiempo que sí me dedico a la defensa-enriquecimiento de todo lo que pueda hacer por Nuestra Revolución Cubana; amén de tributar, de acuerdo con mis posibilidades, a la armonía Persona-Sociedad-Naturaleza vs. lo facturado por el Capital en cualquier latitud—, porque no tengo tiempo de atenderlo por razones laborales. Esa es la misma causa que me lleva a dar por cerrado este diálogo con el citado Observatorio, en mi condición de su “nuevo antagonista”.

Reitero que redacto siempre a título personal, por mi cuenta y riesgo,¡y absolutamente nadie me paga por eso!

Para ver detrás del telón hay que bajar del palco

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Evidentemente, nuestro colectivo del Observatorio Crítico (OC) ha caído en la desafortunada posición de ser examinado por un profesor severo. Sin dudarlo dos veces, el docto letrado pronuncia su sentencia: ¡Desaprobados!, y pone de manifiesto nuestra incapacidad para comprender las profundidades de su sapiencia, tal y como puede resultar evidente para cualquier egresado promedio de una Universidad. Tal preocupante situación se desprende de la réplica de Noel Manzanares Blanco, Entretelones del Observatorio Crítico de Cuba, que a su vez sucede a mi respuesta a su primer trabajo.

Aún desde tan minimizada posición, intentaremos ofrecer respuesta a la continuación de los cuestionamientos que Manzanares nos hace. Tal vez podamos empezar por sugerir que, aquellos que pretendan conocer de entresijos y detalles, les vendrá bien bajar de los altos sitiales; aún a costa de mezclarse con la plebe, el polvo de la calle y el apretujón en los solares. Ocurre que a veces, desde las cátedras elevadas por sobre estas nimiedades, se torna difícil aprehender lo que se encuentra verdaderamente por detrás o entre los telones. En esos casos, ni la más honda erudición es capaz de evitar el error o la responsabilidad por las malas decisiones.

Tal vez debería agradecerle a nuestro antagonista el matiz esclarecedor, ya que nos concede que no le hacemos el juego al enemigo sino que, simplemente, resulta que coincidimos según él con los malos en alguna que otra significativa ocasión. De cualquier forma, urge aclarar un punto neurálgico en esta historia.

Como puede conocerse, el OC emitió una declaración en los días posteriores a la detención de una persona que recibió mucha atención mediática, el fundador del proyecto conocido como Estado de Satz, Antonio Rodiles. Esta declaración nuestra ha despertado un grave descontento en Manzanares Blanco y en otros sujetos que ahora no vienen al caso. Continue reading

Entretelones del Observatorio Crítico de Cuba

Por Noel Manzanares Blanco

Con mucho agrado leí A qué no se dedica Noel Manzanares Blanco, resultado de las meditaciones de Rogelio M. Díaz Moreno, del Observatorio Crítico de Cuba —“una colaboración para el diálogo”, dice la presentación.

El texto en cuestión, me resultó esclarecedor de la dinámica de ese Observatorio. Por ello, adelanto mi saludo a la positiva labor que puntualmente ha desarrollado. Pero también tengo consideraciones que compartir —siempre lo hago a título personal, por mi cuenta y riesgo, ¡y absolutamente nadie me paga por eso!—, a propósito de dichas meditaciones. Seré lo más sucinto que pueda.

Ante todo, confieso que con Díaz Moreno —ejemplo vivo de sobredimensionamiento por defecto de cualquier lance del Socialismo en Cuba, comprobable con visitar qué escribe él—“descubrí” mi ¿parecido? al “Pepito” que cubanas y cubanos escuchamos en múltiples cuentos desde que éramos infantes. En verdad, quizás por mis más de tres décadas como Profesor Universitario, me acompaña la convicción de la gran utilidad pedagógica que tiene el Método Deductivo en el abordaje de equis situación.

Así, en el rótulo ¿A qué se dedica el Observatorio Crítico de Cuba? , destaqué “Más enfermos de Sida sobreviven en la Cuba” —con independencia de su valor intrínseco—, porque estaba divulgado por el Nuevo Herald —a contrapelo de ser el diario miamense un acérrimo opositor-calumniador de las autoridades de la Isla— y con ello sentar base en el propósito fundamental de mi mensaje: sensibilizar al lector/a de lo que pasa por alto esa “izquierda” que, por lo menos, gusta de sobredimensionar las manchas del Sol —reitero. Continue reading