Homenaje y descolonización

Por Rogelio M. Díaz Moreno

La mentalidad racista se alimenta de un complejo de colonización, que conduce a las personas a asimilarse a los llamados cánones occidentales de prosperidad y lucimiento. Frente a esta tendencia, las voces de la dignidad elevan el orgullo por los valores, la belleza y la riqueza de las culturas no hegemónicas, y no cesan en su empeño de defender el derecho a coexistir en igualdad.

Este sábado 27 de abril tuvo lugar, en la habanera esquina de Morro y Colón, una acción de homenaje a Gregorio Hernández, el Goyo. Integrantes de la Cofradía de la Negritud, de la cátedra Haydeé Santamaría, de la fraternidad Abakuá, amistades y personas del vecindario, se sumaron en un sencillo y emocionante recordatorio a la relevante figura de nuestra cultura, fallecido el año pasado.

El hermano y ambia Goyo llegó a la capital cubana, procedente de Pinar del Río y, con una formación básicamente autodidacta, se tornó en toda una cátedra de la musicología y los ritmos de origen africano, altamente respetado en los círculos artísticos e intelectuales cubanos, especialmente en los predios del Instituto Superior de Arte. Investigador y compositor, le debemos valiosos estudios teóricos, además de un buen número de rumbas, guaguancós y otras piezas que se escuchan con placer hoy día.

Varios hermanos Abakuás destacaron los valores humanos y patrióticos del Goyo. El escritor y sacerdote de Ifá, Tato Quiñones, se congratuló porque, después de tanto tiempo, los leones estén empezando también a escribir sus propias historias de cacería, rompiendo de esta forma con el monopolio de los cazadores. Se ofrecieron, con emotiva espontaneidad, canciones, poemas y bailes que vibraban de corazón, chekendeke.

La sede de la actividad fue un espacio sencillo y hermoso, al amparo de la sombra de un majestuoso jagüey, donde también se recuerda anualmente, desde hace algunos años, a los cinco negros abakuás, caídos el 27 de noviembre de 1871 en el intento de rescatar a los estudiantes de Medicina asesinados por las hordas españolas durante la primera guerra de independencia. Allí se ha aprecian ahora una placa conmemorativa, y símbolos y frases de homenaje y unidad de los abakuás y de la nación cubana en general. En esta esquina se gesta, con actividades de tal género, un verdadero Rincón para la Descolonización.

Gregorio Hernández, el Goyo

Tato Quiñones

Integrantes de la Cofradía de la Negritud, de la cátedra Haydeé Santamaría, de la fraternidad Abakuá, amistades y personas del vecindario, se sumaron.

Morro y Colón, Habana Vieja: Rincón para la Descolonización.

A qué no se dedica Noel Manzanares Blanco

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Se cuenta en la calle que el día que Pepito tuvo la prueba de biología, le salió el tema del elefante, pero el travieso protagonista solo se había estudiado a la pulga. ¿Cómo resolvió el problema? Pues bien, mencionó que el elefante tenía poco pelo, por lo tanto no tendría pulgas y ahí soltó todo lo que sabía sobre la pulga.

Este chiste me viene a la mente leyendo el artículo de Noel Manzanares Blanco, ¿A qué se dedica el Observatorio Crítico de Cuba? Por el título, se diría que el periodista va a hablar de nosotros, sin embargo, en un texto de once párrafos, apenas tenemos el honor de ser mencionados (para mal, por supuesto) en los últimos dos.

Y no es que yo subestime el tema de la necesaria y humana atención a los dolientes de enfermedades tan graves como el Síndrome de Inmunodeficiencia, sida, ni que pretenda restarle un ápice del altísimo valor que tiene la labor del sistema cubano de salud con estas personas. Simplemente sugeriría, con toda la humildad necesaria, que el periodista que considere oportuno tratar de ese tema, le de el peso que se merece y que haga de ello el centro y el título de su artículo.

Digo esto porque, salvando el encabezamiento, ese sería el tema al que Manzanares Blanco le dedicó la mayor parte de su texto. Cosa muy loable, hasta ahí. El periodista demuestra, hasta ese punto, que se sabe muy bien esa lección. Sin embargo, a continuación, Manzanares Blanco hace un par de malabares de los que, por cierto, no se le ve salir muy bien parado.

Con un par de piruetas y excusas de las del tipo yo no me dedico a hacerle apologías al gobierno, yo también critico lo malo, para perfeccionar lo bueno dentro de la revolución, nuestro nuevo antagonista dedica el puñado exiguo de líneas que cierran su trabajo para decir, en resumen, que le hacemos (el OC) el juego a la contrarrevolución y a la sección de intereses de los Estados Unidos (SINA) en nuestra Habana. Que sobredimensionamos las manchas del sol y que ¿desconocemos? los principios de la lucha de clases. (Los signos de interrogación son de él) Continue reading

¿Quién traiciona a quien?

Por Jose Daniel Suárez Salazar

El día 27 de noviembre, día del aniversario 141 del injusto fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina, el director nos informaba, oficialmente al colectivo, la traición de su jefe de servicio, al quedarse en un viaje de trabajo que realizaba no sabemos bien ¿por qué? habitualmente a los EEUU, en principio lo admitía como una traición a su confianza, a la confianza depositada en él por su colectivo, por la comisión de cuadros y por todo el que de alguna forma tuvo que ver con sus reiteradas autorizaciones para viajar. Luego de algunas opiniones hacia ambos extremos, ratificaba la traición a la patria, por supuesto y como siempre, de las causas que generan este tipo de acción nada de qué hablar, como tampoco se habló de los traidores que desde dentro, no hacen lo que tienen que hacer para garantizar el trabajo como medio de dignificar al hombre, los que esconden sus deficiencias en informes triunfalistas y carentes de objetividad, honestidad y omiten las deficiencias conocidas por todos, a los que se dejan engañar para no tener la responsabilidad de resolver los problemas, pero de este análisis se me ocurre pensar en ¿cuán traicionados se sienten los cubanos?, sobre todo los profesionales que dejan su tierra, su familia, sus costumbres y su cultura, para irse a vivir a un país cualquiera (porque no solo se quedan en EEUU, ya lo hacen hasta en Haití) y recomenzar su vida, en ocasiones cuando ya no tienen ni siquiera fuerza suficiente, y ser tratado mejor como un emigrante allá, que como un trabajador honrado en su propia patria. Continue reading

Ese rígido sentido de obra perfecta que se proclama…

Por Félix Sautié Mederos

Crónicas cubanas

Hace algunos días decidí retar a las dificultades de mi andadura y me fui caminando hasta el jagüey que se alza en la esquina de las calles Morro y Colón, junto al parque en donde se encuentra el Memorial del Yate Granma, al fondo del Museo de La Revolución, antiguo Palacio Presidencial en La Habana Vieja, para participar en un sentido acto y una muy característica marcha desde allí hasta la explanada de la Punta frente a la entrada del Puerto, en donde en 1871 fueron fusilados los 8 Estudiantes de Medicina mártires criollos en época del Gobierno Colonial de España en Cuba.

En aquel lugar histórico de donde partió la sui géneris marcha con ritmos y participantes investidos de “diablitos” representativos de la tradición afro cubana, fueron masacrados hace 140 años cinco héroes anónimos negros y por demás ñáñigos, que trataron de rescatar a sus jóvenes hermanos blancos de la furia desatada entonces por los voluntarios integristas que en aquella época salían a las calles de La Habana para reprimir cualquier manifestación a favor de la libertad y la Independencia de Cuba.

Los iniciadores de esta convocatoria reivindicativa, reiterada desde hace algunos años, han sido y son un conjunto de asociaciones y entidades de nuevo tipo surgidas en las mismas entrañas del pueblo de a pie sin contar con el favor oficial, pero toleradas en su existencia institucional; además de la Sociedad Abakúa de Cuba que es una entidad de carácter religioso.

Me refiero muy en especial a la Cofradía de la Negritud, la Cátedra Haydeé Santamaría y la Red Protagónica Observatorio Crítico en las que se agrupan inquietudes, anhelos, ansias de justicia, proyectos comunitarios, reivindicaciones de género, de razas y de preferencias preteridas y subestimadas, que de conjunto han tomado la palabra sin pedir permiso a nadie en específico para plantear públicamente su pensamiento con el uso de los medios a su alcance y la complicidad de las nuevas tecnologías de la información. Continue reading

Homenaje a héroes afrodescendientes de Cuba

Redacción IPS

Desde 2006, cada año la gente de la Habana Vieja recuerda a los cinco héroes negros

La Habana, 28 nov.- El homenaje para reivindicar en la historia de Cuba a los cinco héroes negros que encauzaron una protesta armada en 1871 tuvo lugar el 27 de noviembre. Estos hombres salieron en defensa de los ocho estudiantes de Medicina, fusilados por la metrópoli española el mismo día, un hecho histórico conmemorado oficialmente cada año.

Participaron en la cita más de 300 personas, entre abakuás (integrantes de una hermandad de la religión afrocubana) habaneros y de la provincia occidental de Matanzas, historiadores, antropólogos, activistas, miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y la población vecina a la esquina de Morro y Colón, en la Habana Vieja.

En el parque de ese lugar de la capital cubana, cayó el más joven de estos hombres negros, cuando contaba apenas 14 años de edad. Allí, se celebra desde 2006 el recordatorio y organizaciones civiles cubanas erigieron un monumento a su memoria, con dibujos abakuá sobre un muro, una tarja, una escultura y frases alegóricas.

Este año organizaron el homenaje tres instituciones diferentes, tanto civiles como estatales: la no gubernamental Cátedra Haydée Santamaría –fundadora de la iniciativa-, el Buró Nacional Abakuá y la UNEAC, para otorgarle la justa dimensión a los sucesos de 1871. También participó la ciudadana Red Protagónica Observatorio Crítico, que lanzó una convocatoria donde calificó a la fecha como el “Día de la Descolonización Histórica”.

El Observatorio Crítico marchó con una tela que decía: "Mucho podemos lograr con organización obrera, barrial, popular. CDR Nº1 (Comité de Desarrollo de la Revolución)"

El homenaje consistió en una peregrinación desde la histórica esquina, atravesando el capitalino paseo del Prado, hasta culminar en el monumento a los ocho estudiantes de Medicina, cerca de la avenida Malecón. En el trayecto, danzaron los íremes o diablitos –íconos abakuá-, al compás de un coro de clave, típico de la hermandad religiosa.

Previamente, en la sede de la estatal Editora Abril fue recordado Andrés Petit, activo reformador de la Sociedad Abakuá, por cuya gestión esta cofradía aceptó la incorporación de hombres blancos, y se convirtió en uno de los primeros espacios cubanos de integración popular y confraternización interracial.

En el acto, Orlando Gutiérrez, miembro del Buró Provincial Abakuá de La Habana, narró su reciente encuentro con un descendiente de los estudiantes de Medicina fusilados hace 140 años. Según Gutiérrez, el familiar consideró insuficiente la divulgación y valoración en el país de los afrodescendientes que participaron en los sucesos de 1871.

Aunque el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, refirió los hechos en un artículo publicado el 26 de noviembre de este año, el tema continúa ausente en los medios de comunicación del país y en los currículos de Historia de Cuba que se imparten en los diferentes niveles de enseñanza.

Publicado en IPS.

Los caminos encontrados el 27 de noviembre

Pedro de la Hoz

Aun cuando no culpables del delito que se les imputó —la profanación .de la tumba de un furibundo vocero del poder colonial—, los ocho estudiantes de Medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871 no eran inocentes. No podían serlo a los ojos de un régimen periclitado y sus obcecados sostenedores —las autoridades de la metrópoli y sus fuerzas represivas, con el Cuerpo de Voluntarios en primera fila, antecedente de las bandas paramilitares de nuestros días—, que veían a los jóvenes criollos como potenciales e irreconciliables enemigos de sus intereses e ideología.

No importaba su condición de blancos, nacidos en el seno de familias de holgadas economías —a la diversidad no accedían, desde luego, los sectores populares—, ni la ascendencia peninsular. Los iniciadores de la gesta que se libraba en el oriente de la Isla desde tres años atrás también eran blancos y poseían propiedades —por supuesto, no en el monto de los grandes hacendados de occidente, ni detentaban los cuantiosos capitales amasados por los traficantes de esclavos ni recibían las canonjías derivadas de la corrupción administrativa del funcionariato colonial—; y el principal de ellos, Carlos Manuel de Céspedes, había tenido la osadía de liberar a sus esclavos e invitarlos a que se sumaran a la rebelión. Y en el Camagüey, campeaba por sus respetos Ignacio Agramonte, salido de las aulas universitarias.

Definitivamente, no podían ser inocentes ni esos ni otros jóvenes en los que se observaba el desarrollo de un sentido de pertenencia a la tierra que los vio nacer y encarnaban la fragua de una identidad propia. A los ocho condenados sumariamente a la muerte y a los restantes encartados, todos alumnos de primer año de Medicina, había que tenerlos como parte de una generación portadora de las señales inequívocas del nacimiento de una nación.

Esa connotación simbólica fue advertida tempranamente por José Martí. En un primer momento, desde el exilio español al conocer la atrocidad cometida, se duele hasta la rabia en memorables versos. Pero aun así, enarbola una razón sustantiva para fundamentar la respuesta de su alma herida: “¡Y yo juré! ¡Fue tal un juramento / Que si el fervor patriótico muriera, / Si Dios puede morir, nuevo surgiera / Al soplo arrebatado de su aliento!”. Esa razón es la de la Patria, concepto que se abre paso en el pensamiento de un joven llamado a encabezar la vanguardia política en la lucha por la independencia. Continue reading