Los afrodescendientes y los movimientos sociales

Por Diógenes Díaz

Nadie debe poner en duda el papel jugado por los movimientos sociales como actor principal en los cambios políticos y transformaciones en América y particularmente en Venezuela. Las imposiciones de los paquetes neoliberales y sus agendas de pobreza encontraron un muro para avanzar en los movimientos sociales, principalmente en la década de los ochenta en adelante, la respuesta de los sectores populares aisladas, colectivas como nuestro 27 de febrero, forman parte de la contracorriente que la historia debe registrar como la recuperación de las derrotas recibidas en las décadas anteriores. El pesimismo y la dispersión encontrarían en los movimientos sociales otro enemigo, mientras algunos se pasaban para el enemigo porque ya no tena sentido esta lucha, tengo que terminar mis estudios, la familia no puede seguir pasando hambre, estoy mal de salud, argumentos desleales con el pueblo. Voluntariados de inquebrantables manteníamos en distintos espacios una lucha, cualquier lucha, claramente una lucha contra el orden social y sus desigualdades. Movimientos culturales populares, cantores comprometidos, cooperativistas, campesinos, sindicalistas revolucionarios y hasta militares nacionalistas, caso MBR-200, bases estudiantiles con autonomía, fueron evidencias del tema que hablamos. La legitimidad de ellos reconocidas por sus comunidades y despreciada por los partidos políticos del status con la comparsa de los partidos ortodoxos de izquierda, aferrados a solo ver la lucha social en la rígida lucha de clases. Continue reading

Picadillo de soya… ¿transgénica?

Por Isbel Díaz Torres

Bolsa de yogur de soya que reciben los menores de 7 a 14 años

Un gran reportaje en la TV cubana despierta comentarios en la gente. La Unión Agropecuaria Militar dirige un intenso y extenso programa de producción de soya con tecnología brasileña.

En Cuba la soya se hizo famosa durante la crisis de los 90. Con este grano, de gran contenido en proteína vegetal, se intentó suplir las necesidades nutricionales de una población duramente afectada por la falta de alimentos.

De ese modo, la soya fue incorporada al picadillo de carne, y al yogurt que reciben los niños de siete a catorce años. También el aceite a partir del grano apareció en nuestra dieta. Continue reading

Statement by the Critical Observatory Activist Network on the popular rebellions in the Arab world

Versión en inglés de la declaración del Observatorio Crítico.

For weeks we have been witness to popular rebellions in countries of North Africa and the Middle East as they have simultaneously demanded political freedom, social justice, economic development, popular and national sovereignty, and integral democracy.

They have exposed authoritarian caudillos (old pals of the globalized North or old anti-imperialists) and they have confronted them demanding universal rights and institutions that are open to participation – without turning to false solutions of religious fundamentalism or pacts between elites.

In Egypt and Tunisia the citizenry remain on a war footing in the face of the new military and bourgeois “transitional” governments since popular demands are not satisfied with simple changes in political regimes. Moreover, these same masses of people are tackling key social questions such as control over the means of production and life. Continue reading

Declaración del Observatorio Crítico sobre las rebeliones populares en los países árabes

Desde hace semanas somos testigos de las rebeliones populares en países del Norte de África y Medio Oriente, que reivindican simultáneamente libertad política, justicia social, desarrollo económico, soberanía popular y nacional, y democracia integral. Han desenmascarado a caudillos autoritarios (viejos amigos del Norte global o antiguos antimperialistas) y los han enfrentado demandando instituciones abiertas a la participación y derechos universales, sin acudir a las falsas soluciones del fundamentalismo o los pactos de élites.
En Egipto y Túnez, la ciudadanía se mantiene en pie de guerra ante los nuevos gobiernos militares y burgueses “de transición”, pues las exigencias populares no se contentan con el simple cambio de régimen político y van al asalto de cuestiones sociales clave como el control de los medios de producción y de vida. En Libia, el masivo involucramiento en una guerra civil desmonta el idílico cuadro de supuesto Estado popular que goza de las bondades de un exitoso desarrollo económico. En otros países, la gente también ha exigido mucho más que simples cambios de ministros y salidas de gobernantes corruptos.
Estos acontecimientos desmontan las lecturas colonizadoras y racistas de “pueblos bárbaros”, pues muestran los rostros de sociedades modernas, laicas y defensoras de sus mejores tradiciones, de gentes que han copado las plazas, las fábricas y el ciberespacio, combinado la firmeza con la creatividad. Personas que han tomado el control de sus vidas con asombrosa y emocionante capacidad autoorganizativa y han devuelto a la cotidianidad global la palabra REVOLUCIÓN, que parecía desterrada.
Mientras ello sucede, las “grandes potencias” amenazan con intervenciones militares, con su mira puesta en las riquezas y la privilegiada posición geopolítica de la zona. Y algunos gobiernos de Latinoamérica ofrecen una solidaridad injustificable que pretende confundir la defensa de la soberanía de los pueblos con la impunidad para aquellos que los oprimen, en una clara, patética y perversa muestra de “razón de estado”.
Por todo ello, por la trascendencia para la humanidad de estos hechos y en consonancia con nuestras sostenidas posturas de compromiso cívico, l@s activistas del OC expresamos nuestra solidaridad con los movimientos revolucionarios en los países de la Nación Árabe y rechazamos cualquier maniobra que fortalezca los intereses del imperialismo, la perpetuación de la opresión dictatorial sobre esos pueblos, o el retorno de la dominación bajo ropajes “liberadores”. También reclamamos el respeto a las demandas históricas de autodeterminación de los pueblos de Palestina, Sahara Occidental y el Sur de Sudán así como a las reivindicaciones laborales en los propios EE.UU., exigencias que no deben quedar eclipsadas por las recientes rebeliones árabes.
Pero no dejamos de estar conscientes de que ni una estatalidad “propia” (para quienes no la tienen aún) ni el cambio de un gobierno resuelven el problema de la emancipación humana. En cualquier parte del mundo, como hoy en Cuba y en Nuestra América, la lucha contra la dominación capitalista, burocrática y patriarcal sólo será culminada con la expansión de una sociedad radicalmente libre, bajo los principios de la solidaridad, la autogestión y la autonomía. Rechazamos que otros se repartan el derecho a decidir en la vida de la gente, pues creemos que solo la fuerza colectiva con claridad en la denuncia y la acción solidaria internacional les permitirá a los pueblos labrarse un camino de soberanía, liberación y justicia.
¡Por vuestra libertad, y por la nuestra!
En solidaridad,

Red Protagónica Observatorio Crítico (OC) de la Revolución Cubana.

Y la promesa para las personas vulnerables, ¿para cuándo es?

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Hace algún tiempo, cuando empezó todo este asunto de las transformaciones económicas, se decía con cierto grado de plausibilidad que no era necesario, ni conveniente, subvencionar todos los productos alimenticios de la cartilla de racionamiento (libreta) a todas las personas. Que era más práctico subvencionar solo a aquellas personas que no tuvieran la capacidad de solventar sus necesidades mediante su trabajo. La teoría podía resultar, como dijimos, plausible, pero en la práctica yo diría que han aparecido los huecos que los pesimistas hubieran podido prever.

En la práctica, habría que haber definido primero cuáles eran los grupos vulnerables. Por ejemplo, los jubilados, los impedidos físicos y todos aquellos cuyo salario no resultara suficiente para adquirir la canasta básica, sobre todo si tienen familiares a su cargo, hijos, padres ancianos, u otros. Habría que ver si no se está hablando de la mayoría de la población, pero el que quería quitar la libreta YA no era yo, y alguien bien importante reconoció en discurso publicado en los medios nacionales, que el salario promedio no alcanzaba para las necesidades básicas –ni con la libreta completa.

Y de contra que la libreta del año 2009 no tenía mucho que ver con la de 20 significativos años atrás, ya le entraron a cuchillazos sin esperar la sanción autorizadora del sexto congreso del Partido, ni que el pueblo termine de opinar sobre el proyecto de Lineamientos. Fíjese que se liquidó la repartición subvencionada de la papa, de algunos granos, café, productos de higiene, entre otros. Y da la impresión de que lo próximo que perderemos será el azúcar, a raíz del anuncio del inicio de su venta liberada. Sin embargo, nadie ha definido todavía lo de los grupos de riesgo; nadie ha orientado, por tirar ejemplos rápidos, conservar el café para los jubilados; la papa, para los discapacitados; los artículos de higiene, para los que tienen niños pequeños –sin entrar a analizar el dramático caso de que retiren en algún futuro la leche de la cuota de estos pequeños–, y así sucesivamente. Con eso de la necesidad de promover la productividad a toda costa, nadie se acuerda de la promesa de “subvencionar personas, no productos”. Aunque, díganme qué productividad se aumenta machacando a los viejitos de menguante chequera, o retirándole cualquier cuota a la persona ¡a la que se le acaba de despedir de su centro de trabajo por reordenamiento laboral!

En fin, que hace falta que ciertos salvavidas no se ponchen por completo.

Publicado en http://bubusopia.blogspot.com/2011/02/y-la-promesa-de-las-personas-para.html

Claude Lefort: la democracia, negación del totalitarismo

Por Sergio Ortiz Leroux

En octubre de 2010 murió el filósofo francés Claude Lefort. Por desgracia, su obra filosófica-política no ha sido suficientemente divulgada en nuestras tradiciones académicas e intelectuales. Salvo honrosas excepciones –como las revistasMetapolítica en su primera época y Casa del Tiempo–, su pensamiento político se ha discutido, hasta ahora, en reducidos círculos académicos de México. Quizá este olvido se deba, entre otras razones, a que el filósofo cofundador, junto con Cornelius Castoriadis, de la mítica revistaSocialisme ou Barbarie, pertenece a una especie política en peligro de extinción: la de los pensadores.

En su prolífica obra (en castellano Las formas de la historia. Ensayos de antropología política, México, FCE, 1988; Ensayos sobre lo político, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1991; La invención democrática, Buenos Aires, Nueva Visión, 1990; La incertidumbre democrática. Ensayos sobre lo político, Barcelona, Anthropos, 2004; El arte de escribir y lo político, Barcelona, Herder, 2007; y Maquiavelo. Lecturas de lo político, Madrid, Trotta, 2010), Lefort hace del pensamiento un motivo para reconciliarse –y de paso reconciliarnos– con el acontecimiento clave que marcó a su tiempo y generación: el totalitarismo. Para el pensador nacido en 1924, el fenómeno totalitario no surgió del vacío; no es fruto de seres malignos o mentes sádicas con complejos de inferioridad, ni tampoco es una forma velada que asume el Gran Capital o una casta burocrática para reafirmar su dominación sobre el proletariado. El totalitarismo, por el contrario, es la experiencia sociopolítica que define al siglo XX. No existe, según Lefort, otro acontecimiento que haya puesto a prueba de manera más palpable el sentido de lo humano y de lo inhumano, de lo justo y de lo injusto, como el totalitarismo. Todo es posible en la sociedad totalitaria. Nada del más acá le resulta ajeno. Continue reading

Haití, la acción revolucionaria y el imperativo existencial de seguir en combate.

Yasmín S. Portales Machado entrevista a Dmitri Prieto Samsónov

Dmitri Prieto Samsónov es un bioquímico y abogado bastante popular en estos días de Feria por su libro Transdominación de Haití (1791-1826), premio Pinos Nuevos 2010, que editó el sello Ciencias Sociales. El volumen es muy comprado, supongo que por el interés que genera esta hermana nación desde el trágico terremoto de 2010.

En efecto, los reportajes de Puerto Príncipe destruida nos hicieron recordar las imágenes de sangre y sueño del El Reino de este mundo, esa historia de la Revolución de Haití donde Carpentier funde historia y mito, lectura recomendada por los maestros en el bachillerato. Nos recordaron también que esa pequeña colonia francesa fue la primera en conquistar la independencia por la fuerza de las armas, armas que blandieron hombres y mujeres sometidos a la esclavitud y explotación intensiva para poner en las mesas de Europa azúcar y café. Nos recordó por último, con algo de vergüenza, que nunca hemos entendido por qué es Haití tan pobre, más allá de la vaga y poco dialéctica idea de fatum trágico en el destino de una nación o, peor, la solapadamente racista percepción de que un país “de negros” la tiene más difícil en la arena internacional. Continue reading