Nuevas contradicciones en Cuba con el desarrollo de las cooperativas

Por Vicente Morín Aguado

El cooperativismo en actividades de los servicios, incluyendo el transporte, además de algunos sectores productivos como la pesca y la construcción–la a agricultura era algo tradicional, ahora con mayor autonomía–originará contradicciones, especialmente con las pequeñas empresas privadas, creadas meses atrás en el área de la gastronomía y otras actividades del comercio minorista.

Se avizora una evidente disputa por el mercado popular entre Cooperativas y Pequeñas Empresas Privadas.

Los trabajadores por cuenta propia viven hoy la aventura de sus cafeterías, restaurantes, pequeñas tiendas de variados artículos al por menor, tarimas donde se comercia al detalle una variedad de artículos difícil de imaginar y hasta los numerosos vendedores ambulantes, atrincherados tras sus carretillas.

Los arriesgados comerciantes anteriormente citados pagan altos impuestos, incluidos los relacionados con el salario y fondos para la jubilación propia, junto a la de sus empleados si los tienen. Ellos improvisan porque su único patrimonio son sus propios hogares, los sitios habilitados por las autoridades municipales para la venta o su persona junto al transporte que usan en el diario deambular por la ciudad.

Ahora el sistema cooperativo partirá del arrendamiento de locales que antes eran comercios estatales, generalmente ineficientes en lo económico, además de muy criticados en cuanto a la calidad de los servicios.

La diferencia es que son construcciones con larga data, la mayoría de las cuales fueron creadas antes de la Revolución, bien ubicadas, y aunque muchas tienen mal aspecto a primera vista, su construcción responde a los patrones comerciales. Continue reading

Actualización económica, relaciones trabajo-capital-Estado y perspectivas de la construcción de una sociedad socialista colaborativa y democrática

Por Ovidio D´Angelo Hernández

Las nuevas realidades, sus cursos necesarios y sus lados contradictorios.-

La aplicación de una parte de los Lineamientos para la Actualización del Modelo Económico ha ido creando nuevos espacios de flexibilización y funcionamiento de los actores económicos y está creando una nueva institucionalidad al respecto.

El panorama podría parecer alentador; sin embargo, no todo es un camino de rosas. Algunas de las medidas, inspiradas en lograr un rápido incremento de la producción y la productividad, con generación de autoempleo y descarga financiera del Estado, entre otras razones, parecería que no toman en cuenta, más allá de las urgencias, situaciones que pudieran crear problemas sociales a largo plazo o, al menos, desaprovechan la oportunidad de dar pasos de avance decisivos en la construcción de relaciones sociales verdaderamente socialistas.

Analicemos algunas de las posibles dificultades:

–          A) La profusión del cuentapropismo, una vía aceptable de flexibilización y gestión económica autónoma de las personas, se apostó como la vía sustitutiva de empleo estatal (asignatura no resuelta, como veremos). En sí misma no es una medida cuestionable, todo lo contrario. Sin embargo, por sus proporciones y sobre todo, por el grado de individualismo con que se concibió podría estar generando sentimientos desconectados de los intereses sociales y centrados sólo en el aquí y ahora individuales. Continue reading

Al paso, la Constitución

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Ahora que ya pasó el acto del 26 de julio, resulta que yo todavía no me he terminado de desconectar de la pasada sesión del Parlamento cubano, celebrada hasta el 23 del presente mes. Y es que yo no quería pasar por alto un último punto del discurso del compañero general en jefe, Raúl Castro, allí al finalizar prácticamente su discurso de la clausura, cuando hace la apología del compañero Jaime Crombet.

Dijo Raúl, según la versión que descargué del sitio oficial Cubadebate, En consideración a sus relevantes méritos, […], el compañero Jaime trabajará conmigo en la atención a la comisión que elaborará el proyecto de modificaciones a introducir en la Constitución de la República, en cumplimiento de los acuerdos del Sexto Congreso del Partido

Así que, de pronto, nos enteramos de un par de cosas importantes: Se ha conformado o conformará una comisión para proponer modificaciones a la Constitución.

Era algo que muchos veíamos venir, si bien no todos estaban convencidos de que fuera lo más conveniente. Algunos amigos versados en cuestiones de Derecho, por ejemplo, me han explicado que la Constitución actualmente vigente no ha sido nunca aprovechada por completo pues, para empezar, le faltaron algunos complementos jurídicos que se suponía se elaboraran para definir detalles en temas como ciudadanía, el ejercicio de derechos de asociación, etc.; lagunas que resultaban en que las autoridades actuaban a discreción en esas cuestiones para disgusto digamos que de aquellos a los que no les gustaba su actuación. Eso, cuando no se cometía un burdo y abierto desacato como con la prohibición, derogada no hace tanto, de entrada de los cubanos a establecimientos hoteleros.

Por otra parte, las conocidas reformas realizadas al modelo cubano o actualizaciones, como prefiere llamarles el discurso oficial ya dieron al traste, según mi humilde opinión, con un par de preceptos constitucionales como aquel de proscripción de la explotación de unas personas por otras, insostenible frente a la existencia de la contratación de fuerza asalariada por parte de algunos de los pequeños empresarios autorizados a ello con el auge, legalmente promovido, del llamado trabajo por cuenta propia. En todo caso, con tanta actualización o reforma o renuncia del Estado a garantizar trabajo, planes vacacionales y el resto de la filosofía de eliminar subsidios y subvenciones a la población, las sacudidas experimentadas por la Carta Magna cubana han sido tantas que lo más práctico, para poder hablar de un documento que todos consideren digno de alguna atención, es reformarla.

Lo que quiero subrayar es, de nuevo, que ya se decidió crear una comisión para redactar el proyecto de modificaciones de la Constitución. ¿En qué momento, tengan la bondad de decirnos? ¿Quiénes tomaron la decisión? ¿Cómo se va a elegir a los integrantes de la misma? ¡Fíjense que no es una comisión cualquiera, para elegir el color de un estadio de pelota, es para cambiar la Constitución! Una cosa se sabe, que Raúl y Crombet la van a atender. ¿De la manera en que un anfitrión atiende a unos huéspedes? ¿Cómo un archivador atiende a personas que requieren información? ¿O de otra manera?

Además, me parece que hay otras contradicciones. Dice Raúl, en cumplimiento de los acuerdos del Sexto Congreso del Partido. Pero en la versión que yo descargué, también de Cubadebate, de la versión final de los Lineamientos aprobados en el VI Congreso, no aparece la propuesta de reformar (o actualizar) la Constitución. Lo que es más, el PCC no tiene la potestad para cambiar la Constitución de Cuba, derecho que solo posee la Asamblea Nacional del Poder Popular, según el artículo 137 de la misma Constitución. Tampoco se encuentra el PCC entre las personas naturales o jurídicas con Iniciativa Legislativa, o sea, que puedan proponer leyes en la Asamblea, según el artículo 88 del documento en cuestión. Si alguien tiene una información mejor que la mía, por favor compártala.

Ante esta situación, me vienen a la mente ciertas palabras de José Martí, en una carta a Máximo Gómez. En esa misiva Martí, sin ocultar el cariño y admiración que siente por el Generalísimo, le expresa su opinión de que

entiendo que usted procede de buena fe en todo lo que emprende, y cree de veras, que lo que hace, como que se siente inspirado de un motivo puro, es el único modo bueno de hacer que hay en sus empresas. Pero con la mayor sinceridad, se pueden cometer los más grandes errores; y es preciso que, a despecho de toda consideración de orden secundario, la verdad adusta, que no debe conocer amigos, salga al paso de todo lo que considere un peligro, y ponga en su puesto las cosas graves, antes de que lleven ya un camino tan adelantado que no tengan remedio.

La escribió Martí, a raíz de un desacuerdo con la manera, de Gómez y Maceo, de planificar la próxima y definitiva contienda para liberar a Cuba del colonialismo español. Martí que contaba con la independencia de Cuba para revertir la expansión del imperialismo yanqui sobre Latinoamérica le expresó al Generalísimo que, no obstante su amor ciego a una idea en la que me está yendo la vida; a pesar de desbordar por él esta fatal abundancia de corazón que me dañaría tanto en mi vida, si necesitase yo de andar ocultando mis propósitos para satisfacer ambicioncillas; que, no obstante dudar que se hubieran acercado a aquel alguien más con un afecto más caluroso que aquel con que lo apreté en mis brazos desde el primer día en que le vi; en fin, que con todo ello, no iba a contribuir con los planes esbozados en la discusión que provocó esta misiva, pues hay algo que está por encima de toda la simpatía personal que usted pueda inspirarme, y hasta de toda razón de oportunidad aparente.

Yo espero que a nadie le moleste que un humilde servidor sienta tanta admiración por las ideas de Martí que trate de hacerlas suyas, derecho que, por demás, nos asiste a todos los cubanos. Pienso que hay que tratar de meditar en lo que estaría pensando Martí al escribirle a Gómez en este mismo mensaje, que

un pueblo no se funda […] como se manda un campamento; y cuando en los trabajos preparativos de una revolución más delicada y compleja que otra alguna, no se muestra el deseo sincero de conocer y conciliar todas las labores, voluntades y elementos que han de hacer posible la lucha armada, mera forma del espíritu de independencia […] ¿qué garantías puede haber de que las libertades públicas, único objeto digno de lanzar un país a la lucha, sean mejor respetadas mañana? […] Si la guerra es posible, y los nobles y legítimos prestigios que vienen de ella, es porque antes existe, trabajado con mucho dolor, el espíritu que la reclama y la hace necesaria: y a ese espíritu hay que atender, y a ese espíritu hay que mostrar, en todo acto público y privado, el más profundo respeto.

Lo que me parece muy a tono con el propósito de redactar una nueva Constitución para el país o para modificar la vieja. Sobre todo, teniendo en cuenta que Martí la tenía mucho más difícil que nosotros hoy, pues el país que los mambises todavía tenían por liberar de una potencia colonial, hoy ya cuenta con la soberanía necesaria para desarrollarse y mejorar las condiciones para que su pueblo trabaje por una felicidad posible, sin olvidar hacer frente a los apetitos imperiales de otra potencia que conocemos bien.

Resulta totalmente improcedente que las propuestas de modificaciones a la Ley de Leyes provengan, como ya ocurrió en el caso de los documentos del Congreso y la Conferencia del PCC, del trabajo de una comisión desconocida, trabajando en secreto. Me resulta inconcebible. Este pueblo, llamado a construir en el umbral mismo del imperialismo yanqui el proyecto liberador, emancipador, antiimperialista, del socialismo; que efectuó una Revolución inédita que ha conmocionado al mundo más de una vez, y lo seguirá conmocionando, no puede sino efectuar en la más abierta y democrática asamblea las discusiones que deriven en una nueva Constitución. La única manera de rechazar indefectiblemente las embestidas del enemigo y derrotar para siempre sus esperanzas de fragmentarnos para borrar nuestro ejemplo de la faz de la tierra, consiste en la unidad basada en la igualdad y el respeto a cada compatriota, la participación universal y plena de los talentos de todos los cubanos y cubanas, militantes o no, con sinceridad y transparencia, con libertad y compromiso, en los hitos de la sociedad que forjamos.

Qué juntamenta es esa y qué contenta está

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Chapoleteando en las páginas a las que da acceso nuestra humilde Intranet, me tropecé con una nota de lo más interesante.

Aparece en la página web de Prensa Latina y en la de la estación Radio Rebelde, y en la del periódico La Demajagua, y relata cómo los empresarios españoles están de lo más contentos con la evolución de la economía de nuestro verde caimán.

Literalmente se enuncia: “Empresarios españoles alaban actualización de economía cubana”. En el contenido, se cuenta someramente que Alberto Betancourt, asesor de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC), dio una charla en Madrid sobre el proceso de actualización iniciado por Cuba en 2011, tras la aprobación por el Partido Comunista de los lineamientos de la política económica y social. El economista cubano, al parecer, disertó respecto al programa de reformas sustanciosas, no cosméticas que se llevan a cabo por acá, para miembros del Consejo Superior de Cámaras de Comercio del país ibérico. El ponente se aseguró, eso sí, de repetir aquel mantra de que estas son reformas puramente económicas, no políticas, que buscan una actualización del modelo económico de la isla para garantizar la continuidad del socialismo y elevar el nivel de vida de su población.

El reportero que cubrió la ocasión parece haber encontrado muy halagüeña la respuesta de los empresarios españoles. Comienza su artículo nada más y nada menos que destacando cómo aquellos encomiaron el proceso de acá. Los capitalistas españoles, podemos apreciar, parecen estar muy felices con este proceso y las autoridades nuestras, muy felices de que ellos estén felices. Como se lo cuento a ustedes.

Betancourt no se quedó ahí, sino que repitió la invitación a estos hombres de negocio a dirigir sus esfuerzos para estar presentes y desarrollar más las relaciones económicas y comerciales con Cuba.

A mí, insoportable que soy, me pasan por la cabeza un par de cuestionamientos. El primero, medio que ingenuo, es que no creo que los empresarios españoles sean los mejores consejeros justamente por estos días. Quiero decir, España está inmersa en una de esas crisis económicas, sonada entre las sonadas, a causa del afán de lucro desmedido e irresponsable de que hicieron gala los rectores de su economía. El desempleo allá pasó del veinte por ciento, necesitaron al fin de un rescate megamillonario con los dineros de la Unión Europea y su deuda se disparó y pasaron muchas otras cosas desastrosas que han salido en nuestro noticiero y que los economistas también los cubanos pueden explicar mucho mejor que yo.

Las siguientes interrogantes son un poco menos pueriles. Todo el mundo sabe que nuestra propia economía estaba muy enferma y necesitaba transformaciones radicales para salir del hueco, pero las direcciones de salida pueden conducir a destinos muy distintos. Yo y muchos compañeros quisiéramos que fuera en una dirección hacia mayores productividad y eficiencia, con democracia, ecología, empoderamiento de los trabajadores, participación de la comunidad, o sea, más socialista, pero estamos conscientes de que también existen direcciones hacia mayores productividad y eficiencia con menos democracia, menos empoderamiento de los trabajadores, más exclusión de la comunidad, o sea, más capitalismo, y por eso me preocupa la felicidad de los empresarios españoles. Estos capitalistas gallegos je je, como se le dice a todos los españoles por acá pueden haber equivocado unos tiros y haber metido a su país en un callejón accidentado por cuestiones técnicas, errores de cálculo; pero nunca fallan, como capitalistas al fin, en cuestiones de principio. Estos no son los españoles solidarios con el Tercer Mundo, ni las personas conscientes, críticas de la globalización neoliberal, o miembros de grupos sindicalistas o ecologistas, ni los indignados que flagelan la filosofía del despojo y la explotación; estos, que elogiaron el contenido de la charla de Betancourt, son los explotadores.

¿Se imaginan que ellos pudieran estar alabando nuestras reformas, si nos estuvieran conduciendo efectivamente en la dirección de mayor socialismo? ¿Alguien cree que los hombres de negocio españoles son menos imperialistas, menos inescrupulosos, más solidarios, etc., que sus pares norteamericanos por el hecho de ser menos poderosos? ¿Está este periodista bien informado sobre todos los conflictos que han vivido recientemente los países de América Latina que han tratado de recuperar los patrimonios económicos que las trasnacionales españolas han enajenado en nuestro continente?

Me pregunto cuáles serán los aspectos más favorables que verán los capitalistas españoles en las reformas de por acá. Si serán los despidos masivos con la cooperación de la central sindical; si será el fin de los subsidios a los productos básicos a las familias de trabajadores sin subirles el sueldo; o si serán los recortes presupuestarios a los ministerios de educación, salud y cultura los que son vistos más favorablemente. Tal vez pudieran ser las mayores facilidades que ahora disfrutan las empresas extranjeras para instalar sus maquilas en esta latitud y explotar una mano de obra altamente preparada y baratísima; si estarán contentos de que en Cuba se prefiera cerrar una fábrica ineficiente antes que cederla en autogestión a sus trabajadores; si esos elogios del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España se deben a que por aquí se promueva hoy más al empresario privado, que a la cooperativa socialista o tal vez estén alabando, sobre todo, la manera en que todas esas medidas logran ser presentadas por el gobierno como éxitos, gracias a su gran dominio sobre los medios masivos de comunicación, con la complicidad voluntaria o no de los profesionales de la prensa oficialista.

Esta alegría de los capitalistas españoles, y su eco en los medios de prensa del gobierno cubano, confirma las preocupaciones que muchos compañeros hemos intentado compartir por los medios a nuestro alcance, esto es, la posibilidad de que, como alertó Fidel Castro, se reviertan los logros y alcances obtenidos por la Revolución o, mejor dicho, por el sacrificio y el trabajo abnegado del pueblo revolucionario. Para evitar esta funesta posibilidad, se debe trabajar mucho, y muy duro, divulgar las realidades y verdades que atraviesa nuestra sociedad sin temores ni ocultamientos cobardes o interesados. Encima de esto, resulta aconsejable tener mucho, pero mucho cuidado, con los elogios de aquellos que pueden tener interés en hacer negocios con nosotros, pero nunca, jamás, les interesará que construyamos un socialismo como el que soñamos.

Los nuevos decretos y el viejo pecado original

Por Pedro Campos

Pedro Campos

Pedro Campos durante el IV Foro Social Observatorio Crítico 2010

“Para evitar improvisaciones, en tan complejo desafío, antes de escribir una ley o adoptar una política sobre determinado asunto, es imprescindible investigar todas sus aristas con el más sólido rigor científico, ofreciendo no solo un mero diagnóstico del problema, sino también propuestas y pronósticos bien fundamentados. Tampoco puede olvidarse que en el centro de las transformaciones en marcha debe primar siempre el bienestar del hombre.”

En este último mes de noviembre han sido emitidos nuevos decretos presidenciales, que no leyes, destinados a  brindar un nuevo impulso a la implementación del programa de la “actualización” que intentan el presidente Raúl Castro y su equipo.

Se esperan otros para el entrante mes de diciembre, como el relativo  a cambios en las leyes migratorias y nuevas modificaciones a los ya aprobados, como el permiso de construcción de inmuebles en las tierras distribuidas de acuerdo con el decreto 259.

Las recientes disposiciones permiten la venta de automóviles y viviendas; venir a residir en la capital, a muchos no habaneros si tienen acá parientes cercanos; vender directamente al turismo a los productores agrícolas; y abrir líneas de créditos a cuentapropistas y a particulares en general.

Un decreto de gran significación, el 294, elimina el Ministerio de la Industria Azucarera y crea el Grupo Empresarial Azucarero, cesando a buena parte de su improductivo aparato burocrático; pero todo concebido a partir de la superestructura y  de los intereses mercantiles de la alta burocracia y sin consultar a los trabajadores del sector, los cuales son movidos o echados a un lado, como fichas de dominó.

Estas regulaciones vienen a modificar, sin eliminar totalmente, algunas de las más obsoletas y absurdas reglamentaciones impuestas anteriormente, buscan reparar algunas injusticias, estimular una mejor la circulación monetaria, sustituir importaciones de productos agrícolas para el turismo, aumentar la productividad y disminuir el gasto general del estado en salarios.

Vieja mentalidad se mantiene vigente

Pero en su conjunto, los decretos no abandonan el viejo pecado original del modelo: su carácter estado-céntrico, con sus principales implicaciones: fortalecer el papel regulador y controlador económico del aparato burocrático central del estado,  continuar con la centralización de las decisiones y con el estatismo asalariado, mientras se mantienen  prohibiciones y discriminaciones, multitud de trámites burocráticos y lo más importante: sigue ausente la participación de los trabajadores y el pueblo en la toma de decisiones, que hacen poco procedentes y estimulantes algunas de estas disposiciones. Continue reading

Quo vamos

Rogelio Manuel Díaz Moreno

Busqué estos días la transcripción del discurso de Marino Murillo en la recién concluida sesión de nuestra Asamblea Nacional, pero me cuesta trabajo encontrarla. Aparece un sitio con algo que parece una grabación para escucharla, aparece un discurso del susodicho en el Parlamento en el 2009, pero este discurso particular no lo encuentro. Sin embargo, lo retransmitieron una vez por televisión y mi memoria, que tiene su propio sentido del humor, retiene una serie de detalles que son de ampanga.

De hecho, si yo fuera el Gobierno cubano, me sería difícil evitar la tentación de impedir que el discurso apareciera en mis medios oficiales de prensa que, como sabemos, son todos los que circulan legalmente en Cuba. Las cosas que recuerdo que dijo ese hombre, no son como para celebrar precisamente. Lo que es más penoso, que se vienen a reconocer y a tratar de poner algún remedio a problemas que tienen decenas de años y han estado todo este tiempo expuestos a la vista de todo aquel que no mantuviera sus ojos firmemente cerrados.

La corrupción alimentada de burocratismo y la manía del hipercontrol que agrava los problemas en vez de resolverlos recibieron sus respectivos fuetazos. Si se empieza por la agricultura, fueron de notar en el discursante los centenares de miles, hasta millones, de hectáreas de tierras cultivables que se cubrieron de marabú frente a la mirada de unos ministerios de agricultura y azúcar totalmente incapaces de controlar el avance del espinoso arbusto. No quedó más remedio que repartir estas tierras entre particulares, lamentablemente con veinte o más años de retraso respecto al momento en que empezó a hacerse notar más seriamente el problema. Problema, por cierto, que no termina con el cambio de propiedad del medio de producción hacia unas manos más eficientes, porque el fruto de estas se pierde con demasiada frecuencia al volver a caer en el mismo vórtice de ineficiencia de los sistemas estatales, llámense Acopio o Frutas Selectas, cuyas estructuras fueron el blanco de otras palabras dinamiteras: a volarlas en pedazos llamó Murillo, para que los productores puedan comercializar libremente sus mercancías, por ejemplo, a los hoteles, porque las instituciones oficiales son causa reconocida de sangrientas erogaciones subsidiadoras por parte del Estado.

Los materiales de construcción y su comercialización fueron también abordados por Murillo. El hombre reconoció que mientras se trató de mantener una venta subsidiada de estos, en los expendios todo el mundo sabe lo que pasa. Enlacemos con la situación de las instituciones administradoras de todo lo que tenía que ver con la vivienda, si uno tenía que hacer alguna gestión de permuta, donación, lo que fuera: o se demoraba un universo o, para resolver rápidamente, todo el mundo sabe lo que pasa. No era útil aumentar la cantidad de control, más bien por el contrario, se creaban más trabazones y corruptelas administrativas con cada intento.

Para no parar en esas, también Murillo comunicó la decisión de pasar al sistema de turismo común y corriente, posiblemente en pesos cubanos sin subsidios, la aplastante mayoría de la capacidad de alojamiento en villas, moteles y demás de los distintos organismos, pues su uso adecuado era, de nuevo en palabras de Murillo, incontrolable. Como todo el mundo sabe, lo que pasaba era que mucho dirigente y funcionario y socio y familiar pasaban sabrosas vacaciones y paseos pagados por Liborio. Ahora por lo menos, dos cosas buenas pasarán, que todo el que pueda pagar tendrá un acceso normal, y una empresa estándar recaudará ingresos normalmente.

Y para no quedarse a pie o con cucarachas en la cabeza, explicó Murillo que ha salido bien el experimento con los barberos y los taxis, ese de dejarlos a su aire, dejando que vivieran oficialmente de cobrar lo que el mercado determinara por el servicio, en lugar de un sueldo fijo más lo que no oficialmente les diera el mismo mercado. No había manera de controlar aquello, y todo el mundo sabe lo que pasaba con el precio de los pelados y de los paseos. Ahora, en vez de mantener esos servicios, el Estado recauda impuestos a su cuenta.

Todas estas ideas expresadas suenan convincentes y pareciera que los chicos del Gobierno se vuelven listos. Ah, pero uno se preocupa un poco por varios motivos cuando lo piensa mejor.

Según lo que también se ve en la prensa, en muchas reuniones y procesos asamblearios partidistas y de todo tipo, mucha gente parece que perdió la más reciente seña, y sigue exigiendo más y más control, hasta llevar supuestamente la supervisión personalizada y continua al pie del mismo trabajador que está en el surco o frente a un torno, para controlar todo lo que éste débil cristiano hace o deja de hacer. Uno no sabe si indignarse con estos fariseos o si reírse de la futilidad del intento. De lo contradictorio. De lo deshonesto. Porque ya ellos comprobaron, como sabe todo el mundo, ya reconocieron públicamente, que bajo su sistema de omnicontrol lo que tienen es un controlito malo, una hiperinflación de estructuras aberrantes que estorban el buen desempeño de cualquier iniciativa productiva o de servicios, y según lo que vemos están empezando a remediar algunas, las más dramáticas, de la manera más burda, esto es, cediéndole potestades a particulares que lo hacen mejor, que permiten a las personas desenvolverse más libremente, al menos a primera vista. ¿Para qué hablar tanto entonces de los remedios viejos y reconocidamente malos? ¿Qué suerte de alquimia desprestigiada están reivindicando aquellos fanáticos acérrimos del control?

Otro motivo de preocupación surge porque uno no sabe, no lo dicen, se lo ocultan, hasta dónde están dispuestos a llegar en esta ofensiva a lo Marino Murillo. ¿Cuál o cuáles van a ser los próximos sectores a descontrolar?

Recientemente se mostraron mayores flexibilidades a los pequeños empresarios surgidos con el auge del cuentapropismo, que sean empleadores de otros asalariados. ¿Estará explícitamente establecido el límite de tamaño de la actividad económica que la sociedad considera adecuado que se libere de controles, para empezar a funcionar de manera particular, tal vez explotadora de otros proletarios, esto es, capitalista? A ello nos puede llevar a una idea expresada anteriormente por los adalides modernos del desentendimiento por el Estado de un número de funciones, aquella según la cual el Gobierno no se debe meter a regular las relaciones entre individuos. ¿Aún cuando estas se encarrilen por moldes neoliberales a pequeña escala?

¿Llegaremos al punto en el que el Estado se confiesa incapaz de mantener el control sobre todos los sectores, de los cuales igualmente todo el mundo sabe que también están en crisis? Y, si es así, ¿se liberarán estos sectores a las fuerzas del mercado? ¿Quo Vadis (dónde vas)? o, mejor dicho, ¿Quo vamos, Murillo?

La equiparación del CUC con el dólar: una valoración

Por Pedro Campos

Podría rebajarse el CUC de 25 a 20 Pesos y eliminar otras absurdas prohibiciones y monopolios estatales que están limitando el avance económico-social

El gobierno cubano acaba de anunciar la equiparación del CUC con el dólar, lo cual beneficiará la economía cubana en general y a muchos cubanos en particular, aunque deja todavía un altísimo y controvertido gravamen del 10 %. A esta medida positiva en el área de las finanzas, con efectos en el mediano y el corto plazos, deberán seguir otras. Continue reading