La central sindical, el turismo y otras maledicencias nuestras

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Me encuentro con una socita mía, una que escribió un artículo hace poco sobre la eximia central sindical que tenemos por acá, y empezamos con nuestra maledicencia. Mira tal nota, le comento apegado a mi capacidad de relacionar la gimnasia con la magnesia, dijo hoy Cubadebate que había tantos millones de cubanos que fueron de turistas el año pasado. Qué bien que estamos, y eso que ya el sindicato no le da reservaciones a los trabajadores. Por mucho que se inmolen en su puesto de trabajo, por ejemplo un médico o un maestro, con su sueldito de 20 cuc mensuales, no podrán ir al hotel; en cambio, seguro se consolarán con los compatriotas que sí pueden ir. Así, concordamos, todavía se pueden pensar más maravillas de la CTC y de las buenas decisiones que toma sobre el lado del que se va a poner.

Cabe también recordar otras noticias interesantes de nuestros diarios nacionales sí, porque aquí no leemos esa malvada prensa internacional, y no digamos ya la pérfidaInternet. Como aquellas noticias que hablan del trabajo por cuenta propia, y cómo la categoría de los trabajadores empleados por los pequeños y medianos empresarios o hacendados, es ya la más poblada. ¿Pasarán por la mente de la organización sindical cubana, la idea de facilitarle a estos proletarios, maneras organizativas o cualquier otro apoyo, frente a la perspectiva de ser explotados todo lo posible por la nueva clase empresarial? Digo yo, esto sería preferible a que se alinearan con los patrones, pero quién sabe. Imagino en mis pesadillas que en la élite de la nueva clase empresarial, seguramente, va a haber más de un exdirigente o gerente u oficial, de los que llevan ya tiempo orientando amistosamente a la CTC.

Esto de apoyar a los trabajadores del capitalismo está muy bien, seguramente, pero para los países extranjeros. Uno se pregunta lo que no tiene que preguntarse, porque los capitalistas resulta que desembarcan luego aquí. Con las nuevas zonas francas, como las del puerto del Mariel, y las flamantes maquilas que se instalan en ellas, tendremos una vitrina inmejorable para apreciar la reproducción del capital a cuenta del trabajo producido, pero no totalmente remunerado: o sea, la explotación clásica Continue reading

Transiciones, socialismo, institucionalidad y justicia

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Mis elucubraciones no se detienen en mi cabeza, en estos tiempos en los que el término Transición se manifiesta y reproduce intensamente en las arenas de la política nacional. Todavía habrá muchos quebraderos de cabeza que nos darán vueltas en lo que aquilatamos los rayos que nos caen arriba. Los funcionarios que parecen saber lo que hacen, apuntan a que lo fundamental es desatar a las fuerzas productivas, prácticamente a todo costo, mientras otros remarcan la -cada vez más vacía- afirmación de que el movimiento es hacia más socialismo.

Digamos que empiezo por los trabajadores asalariados, esos que queden en las empresas estatales después del fin de la próxima ola de despidos. En estos días, los dirigentes cubanos repiten, nuevamente, las letanías del llamado a nuestras conciencias, aquellas que nos incitan a cuidar cierta “propiedad socialista” que, supuestamente, es de todos y, por lo tanto, también de uno. Cómo puede pertenecer a uno, una empresa, y uno botarse a sí mismo, es algo que escapa a mis cortas entendederas. Y aquellos que mantienen sus puestos, ya se acostumbran a sentir la espada de Damocles del despido como una realidad más de sus vidas -con la mayor autonomía de las direcciones, sumada a la acostumbrada inoperancia de los sindicatos, como facilitador ideal de los recortes. Asimismo, los ya ínfimos niveles de salario van a perder la magra compensación, que con frecuencia se pregona por los oficialistas, de los pocos subsidios que todavía queden en pie. ¿Cómo evitar la obvia enajenación del que malamente vende su fuerza de trabajo al Estado, de igual forma que se hace en el capitalismo a un patrón explotador? No lo creo posible.

Aún más claramente sentirán que viven en el capitalismo, aquellos que trabajen para los flamantes negocios de paladares, los peones de los nuevos hacendados y demás empleados que se contraten con los nuevos empresarios privados, acogidos todos caprichosamente bajo una licencia disparatadamente igualitaria de Trabajador Por Cuenta Propia. Aquí, los empleados carecen naturalmente de algunos de los derechos que resisten en los círculos anteriores, dada la falta de obligación del patrón de otorgar vacaciones, licencias de maternidad, respetar normas anti discriminación y así sucesivamente. El único terreno donde, tal vez, se igualen estas personas, será en el de sentirse ajenos a algún empeño social común, pues: poseen o trabajan para empresas privadas (que pueden quebrar o despedirles)… pagan sus impuestos… reciben algunos servicios sociales a cambio (educación, salud y algunos otros menos connotados); igualito que en España, Argentina, Corea del Sur y los Estados Unidos. Continue reading

Los mejores países para las mujeres?

La revista The Economist publica un ranking por países que muestra en qué territorios las mujeres pueden tener mejores oportunidades de relaciones equitativas en la esfera del trabajo.

Los expertos compararon los distintos países a partir de varios indicadores: cantidad de hombres y mujeres con nivel educativo universitario, participación de mujeres en el trabajo, diferencia entre la remuneración laboral de hombres y féminas, porciento de mujeres en cargos de dirección, gastos para el cuidado de un niño en comparación con el salario medio.

Como resultado, las mujeres de Nueva Zelanda superaron a todas sus competidoras en todos los indicadores. Finlandia es líder en materias educacionales, Suecia es la que tiene más mujeres con empleo (78%), y España, la menor diferencia entre los salarios masculinos y femeninos, según reporta Prian.ru. Continue reading

Nueva Declaración y firmas al documento “8 de marzo: tod@s contra la violencia”

Por Sandra Álvarez, Marilyn Bobes, Luisa Campuzano, Zaida Capote Cruz, Danae Diéguez, Laidi Fernández de Juan, Lirians Gordillo Piña y Helen Hernández Hormilla

Nueva Declaración

Agradecemos el apoyo recibido al llamamiento tod@s contra la violencia y, aunque reconocemos el derecho de cada persona a defender aquellas causas que considere justas, declaramos que:

Rechazamos la manipulación política de este caso, con su consecuente naturalización de la violencia contra la mujer, así como la repetida agresión a la víctima, al exponerla repetidamente sin consideración alguna.

Nuestro llamamiento fue leído en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba durante la VI Bienal de Dramaturgia Femenina “La escritura de las diferencias” porque estábamos participando en ella, pero no es una declaración de la bienal, ni de ninguna institución cubana, sino una acción ciudadana coherente con nuestro reclamo de una cultura de paz y sin violencia para nuestro país.

El caso de marras demuestra la urgencia de impulsar la aprobación de una ley sobre la violencia de género en Cuba; la necesidad de capacitar a quienes deben recibir y procesar las denuncias y de crear centros de atención y apoyo a las víctimas.

Seguiremos trabajando por ampliar los espacios de discusión del tema y por contribuir a la eliminación de la violencia contra la mujer y por motivos de género en nuestra sociedad, sin responder a agresiones ni cuestionamientos espurios.

La Habana, 10 de marzo, 2013.

Durante la última sesión de los talleres de la VI Bienal de Dramaturgia femenina “La escritura de las diferencias”, en la UNEAC, sus organizadoras concedieron un espacio para hacer público el llamamiento “8 de marzo: tod@s contra la violencia ”, leído por Helen Hernández Hormilla, Laidi Fernández de Juan y Zaida Capote Cruz, junto a Lirians Gordillo Piña a nombre de las demás compañeras firmantes. Varias de las personas participantes sumaron sus firmas al documento impreso y desde su envío por correo electrónico hemos recibido nuevas adhesiones que sumamos más abajo. Agradecemos estos apoyos y rogamos la mayor socialización posible del texto.
Firman (por orden de adhesión): Marta Castillo Domínguez, Neyda Izquierdo, Tomás Piard, María Dolores Molinet Córdova, Juana García Abás, José Luis Fariñas, Eduardo Sosa Laurencio, Lourdes Fernández Rius, Saray Remón Monteagut, Kaloian Santos Cabrera, Horacio Verzi, escritor e investigador uruguayo, Dra. Rosa Salup Díaz, Pediatra, David Ravelo Rodiles, Gisela Arandia, Iroel Sánchez, Luis Carlos Marrero, Daylins Rufins, Camilo García López-Trigo, Nadia Sánchez Nodar, asesora de TV, Marianela Santos, Camilo García López-Trigo, Caridad Tamayo Fernández, Olga Marta, Ailyn Martín Pastrana, Luis Rondon Paz, Teresa Herrera, Uruguay, Lily Suárez Rodés, Marta Rojas, Mabel Bertot, Ernesto Gonzalez, Ada Caridad Alfonso Rodríguez, Delcele Mascarenhas Queiroz, Professora Titular da Universidade do Estado da Bahia – UNEB, Salvador – Bahia – Brasil, Rubén Larrondo Muguercia, Médico, Ambrosio Fornet, Elizabeth Diaz, Ines Rodriguez, Dayneris Machado Vento, Fernanda Martinez, Argentina, Carmen del Pilar Serrano Coello, escritora miembro de la UNEAC, Gerardo Fulleda León, Elsa Lever M./ MujeresNet.info (México), Alesandra Riccio, Gustavo Arcos, Silvia Gil, Lupe Alvarez, Doctor José Carlos Hdez Aragoné, Mabel Machado, Nancy Fernández Rodríguez, Roberto Valera, Rebeca Chávez, Zulema Hidalgo, Dalia Acosta, Alicia Valdés, Miriam Rodríguez Betancourt, Marilyn Solaya, Dixie Edith Trinquete, Liset García, Óscar Loyola, Marta Valdés, Nisleidys Flores Carmona, Yarman Jiménez, cubana residente en Costa Rica, Dainerys Mesa Padrón, Jorge Valiente, Sahily Tabares, Marlen Domínguez, Teresa Díaz Canals, Victor Fowler, Carmen Berenguer, Angel Eduardo Rosillo Grau, Magda González Grau, Aurelio Alonso, Sara Más, Leticia Pérez González, Fabián García Luna, Teresa Fernández de Juan, Cira Romero, Alicia González, Nuria Gregori Torada, Eduardo Montes de Oca, Marcia Collazo Escritora y abogada uruguaya, Nelia Casado Castro, Josefina Hernández-Téllez, Pilar Sa, Roberto Fernández Retamar, Adelaida de Juan Seiler, Vicente Battista (Narrador argentino), Marcia Collazo (Narradora uruguaya), Paloma Wigodzky (Argentina), José Naves Nasser, José M Valladares Ponce, Lic. Rosa Cristina Báez Valdés "La polilla cubana”, Lohania Aruca Alonso, Leticia Becerril Salas, Dr. Jesús Dueñas Becerra, Mariela López Galano, Zaida Cruz Domínguez, Daisy Rubiera, Yasmín S. Portales Machado, Aurora Camacho, Zoraida Amable, María Isabel Díaz, Livia Quintana Llanio, Orieta Cordeiro, Rosalía Arnaes, Amaury Pérez Vidal, Cipe Fridman (Argentina), Marta María Ramírez, Pedo Pérez-Ortiz (nyc), Eva Rodríguez, Angel Alonso, Mabel Olalde Azpiri, Marialina Grau, Elena Palacios, directora, guionista y asesora de tv, Pepe Menéndez, Neyda Izquierdo, Esther Suárez Durán, Rodolfo Alpízar Castillo, Yoimel González Hernández, Maité Hernández-Lorenzo, Vivian Martínez Tabares, Fátima Patterson Patterson, Consuelo Duany Patterson, María Teresa García Tintoré, Yamilé Coureaux Bogalló, Daisy Sánchez Lezcano, Maribel López Carcasés, Miriam Núñez Benítez, Evelín Gómez Hernández, Eneyda Villalón Puig, María Rita Mancaniello, Alba Babastro Noris, Susana Nicolalde, Gilda Bona, Jorgelina Cerritos, Ana Gianserra, Sahily Moreda Gallardo, Raquel González Pérez, Hemar Montero Velasco, Aurea Martínez Fresno, Ela Guillamón, Rachel Domínguez, Rosa C. Báez, Waldo Franco, Sandra del Valle, Dannys Montes de Oca, Dra Norma Vasallo, Presidenta de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, Olga García Yero, Consuelo Elba, Ernesto Pérez Zambrano, Jorge Fornet, Luis Toledo Sande, Vivian Martínez Tabares, crítica, investigadora y editora teatral, Mirta Arbetman-México, Rosa María Ameneiro (ROCHY), Leslie Salgado.
Para adhesiones y/o comentarios, puede escribir a: cubacontralaviolencia. Se enviarán diariamente actualizaciones con los nombres de las personas que se han sumado a este reclamo. Si desea dejar de recibir estas notificaciones comuníquelo a este mismo correo.

Lo personal y lo político

Por Armando Chaguaceda

El fin de semana conocí –de la mano de un amigo residente en la isla- una declaración pública (también en Havana Times) firmada por varias colegas de la UNEAC, alertando sobre la necesidad de combatir la violencia contra la mujer. En el texto se alude, como ejemplo de este detestable mal, al caso del escritor Ángel Santiesteban, acusado y encarcelado bajo cargos de maltratos a su esposa. En dicho documento, las firmantes asumen plenamente -a partir de su amistad y conocimiento de la cónyugue agraviada- la culpabilidad del creador y, además, hacen patente su rechazo a las posturas de solidaridad expresadas para con este.

Pocas horas después de leer el documento, sostuve -vía correo electrónico- un franco y respetuoso intercambio con una de las promotoras, alguien a quien -aprovecho para enfatizarlo- reconozco como una persona honesta, cuya decencia y valía profesional respeto.

En lo personal, estoy 100 % de acuerdo con que se proteste y actúe contra toda forma de violencia, provenga esta de un escritor que maltrate a su mujer, de turbas que maltratan a mujeres en la calle o de países que invaden a otros violando su soberanía con mil y un pretextos espurios. Y así lo he hecho saber en varios artículos y pronunciamientos públicos, suscritos de forma individual o en acciones colectivas concertadas junto a compañeros del Observatorio Crítico.

Lo que sucede es que, en el caso que concretamente se alude, hay demasiadas visiones encontradas de los involucrados -incluyendo gente que se desdice en el proceso acusatorio- a lo que hay que añadir diversas pruebas (gráficas, videos, de expertos) que aluden a malos procedimientos en el proceso, elementos que en todo caso implicarían la necesidad de repetirlo. Como dije en un post anterior: no se trata de asumir a priori la inocencia del escritor o defender sin reservas que estamos ante una causa del fuero común manipulada por motivos políticos. Y si a alguien le parece inédito este reclamo, quiero destacar que de asuntos de similar gravedad -y de su resolución conforme a derecho- existen ejemplos recientes.

En México, la ciudadana francesa Florence Cassez fue detenida durante varios años como presunta secuestradora, y cuando se probó que el proceso tenía fallas y mañas quedó excarcelada, aun cuando también existían amplias sospechas -y también personas agraviadas y supuestas pruebas- de su culpabilidad.

Lo que en el caso que confronta a Santiesteban y su ex pareja se impone es el mandato de que no quede un abusador impune (si el acusado lo fuese) ni que los déficits del proceso se cobren una nueva víctima (en caso que fuese inocente). Sin confiar, ciegamente, en nuestra vocación de solidaridad gremial –con el artista- o de género –con su compañera- que muchas personas loablemente tendrán.

Si en el caso ha habido errores de procedimiento que ameritan otro juicio, esto es algo que debería interesar a todas las partes implicadas. Pues, si mañana se confirman las sospechas de que funcionarios metieron la mano en el proceso ¿no se cruzarán entonces las víctimas y victimarios? Y, en lo relacionado a esta iniciativa ¿no caerán, bajo fuego cruzado, las actitudes de quienes se han solidarizado con una supuesta víctima -su esposa- cuando también hay otra supuesta víctima – el escritor- presumiblemente afectado por una política de estado?

Paso a un segundo tema, de más largo aliento. El documento -que consideré originalmente un texto leído en una actividad y no algo escrito para publicitarse, como posteriormente corroboré en varios sitios oficiales- tiene todas las connotaciones del tipo de documento (manifiesto, declaración, etc.) que hacen los intelectuales públicos. Porque las firmantes no se limitan a expresar su solidaridad puntual con una amiga agredida, sino que adelantan loables conclusiones generales sobre la violencia, la necesidad de rechazarla, etc. Y es justo ahí cuando, al sólo mencionar una parte de nuestra realidad cotidiana y conocida, la iniciativa peca por sesgo.

Si algo he aprendido con mis amigas feministas es que lo personal es político. [i]Y si es una postura (y decisión) personal de las firmantes hayan puesto como ejemplo el caso de Ángel, también lo es que –como señalan varias voces críticas- en esta declaración sus promotoras hayan omitido pronunciarse sobre la violencia institucional, sistemática y colectiva que se ejerce sobre aquellas mujeres opositoras que, semana tras semana, marchan por calles habaneras reclamando pacíficamente por sus derechos y los de otros.[ii] O sobre los conocidos y reiterados casos de manoseo y maltrato a las jóvenes que se prostituyen en Malecón, cometidos por agentes y oficiales de policía corruptos. Pues al abordar el asunto de fondo (la manifestación de rechazo a toda violencia) invocar un ejemplo concreto sin aludir también a otros atropellos a la integridad física y moral de mujeres introduce cuando menos, un sesgo desbalanceado. Sobre todo cuando las pruebas de golpizas y maltratos a estas últimas son públicas y notorias. Se puede estar o no de acuerdo con las posturas personales de estas féminas, pero no creo que nadie decente pueda avalar que a una mujer le caigan encima turbas violentas o le violenten su dignidad sin posibilidades de recibir, frente a agentes del orden, el reconocimiento y la defensa adecuados. Sobre el asunto hay demasiados testimonios orales, escritos y gráficos como para que las firmantes no sepan nada.

Por demás, el anuncio de las firmantes sobre el impulso a una legislación de género y el seguimiento que darán a los problemas de las féminas cubanas no es sino una iniciativa loable que todos debemos acompañar.

En lo adelante, si una iniciativa como esta quiere llegar a buen puerto deberá dar seguimiento, asesoría y acompañamiento a todas las víctimas femeninas de violencia, personal o institucional: sean estas esposas de escritores, disidentes de sexo femenino o mujeres de los sectores populares que ven sus derechos lesionados por sus pares masculinos. Para que no suceda como ciertas modas promotoras de “cultura de paz” -impulsadas por varias ONGs cubanas- donde se reconocen la violencia hogareña y comunitaria mientras se ignoran las múltiples formas de violencia (no únicamente física) de los funcionarios contra la ciudadanía.

Al final, parece que en este caso estamos frente a un terreno minado, con diversos tipos y grados de prácticas de dominación que se superponen. Y hay que hablar alto y claro de todas, sin privilegiar alguna o ignorar otra.

Cuando se conoce un poco de la historia del feminismo, se sabe que en las luchas concretas (por el cuerpo y los derechos) se han cruzado y solidarizado todas las perspectivas, amén de sus ideologías. Y si el régimen político y las prácticas sociales vigentes en nuestro país (y los que vendrán bajo una previsible restauración capitalista) son cada vez más machistas, autoritarios y mercantilizadores de la vida humana. Creo que las feministas tienen ante sí un gran trabajo por delante en la Cuba del presente y, aun mas, en el futuro. Porque las grandes conquistas sociales –de igualdad legal, ascenso social, emancipación personal- alcanzadas dentro del proceso revolucionario parecen estar cada vez más asediadas por las crecientes desigualdades asociadas al mercado y por el avance de pensamientos y actitudes conservadoras como las que hablan de educación religiosa y restricciones al aborto, que ya comienzan a asomar su oreja peluda. Cualquier feminista sabe que no se puede diferenciar lo simbólico de lo concreto, la emancipación de género de la liberación política, la lucha por la equidad y la democracia entre los géneros de la lucha por una democracia política para tod@s. Y que la relación de lo personal y lo político es uno de los fundamentos del discurso y lucha feministas, que no admite sesgos. O se asume de una vez y sin distingos o se hipotecan las luchas por venir.

[i] Al respecto tengo mucho que agradecer a lo aprendido con mis amigas del movimiento de mujeres nicaragüense, cuya experiencia abordé en un texto reciente: “El movimiento de mujeres y las luchas sociales por la democratización en la Nicaragua postrevolucionaria (1990-2010)”, pp. 39-62, revista Encuentro, Universidad Centroamericana, no 89, Managua, 2011.

[ii] Las cuales – por los problemas de transporte, comunicación y de “luchar” con la vida cotidiana que afectan a nuestros conciudadanos- sabemos que no son, en lo fundamental, obra de la espontaneidad de la gente. Porque qué ciudadano común –o, más aun, que masa de estos- puede dedicar tiempo y energías a moverse de tal a mascual punto de la ciudad para un acto de repudio si no es mediante una expresa decisión y con recursos del estado?

Publicado en Havana Times

El caso de Angel Santiesteban: Las dudas y el trasfondo

Por Armando Chaguaceda

Hace días, sostuve con algunos amigos un cruce de mensajes en torno a la difícil situación del escritor cubano Ángel Santiesteban. Reconocido escritor –laureado y publicado hasta que su creciente beligerancia antigubernamental le confinara al ostracismo- Santiesteban vive los últimos momentos de un largo proceso judicial, pendiendo sobre su cabeza una condena de cinco años de cárcel por el supuesto delito de violencia conyugal.[1] Agotadas las instancias –el Tribunal Supremo apoyó la medida del fiscal- al autor solo le resta esperar el fatídico aviso. En ese debate, si bien existía consenso en repudiar cualquier manipulación política del caso, algunos amigos argumentaron reservas ante la posibilidad de “parir” una declaración solidaria.

La razón de tal cautela, en personas que otras veces han firmado – con todo el riesgo y decoro que tal postura implica- documentos de denuncia contra actos represivos cometidos por funcionarios cubanos, era la sospecha de que la acusación tuviera algún basamento real y que el escritor hubiera ejercido violencia sobre su esposa. Y en Cuba, como todos saben, nos enseñan desde chiquitos que “a las niñas no se les da”.

Así, un colega remata para calzar su duda: “el tipo dice que es falso. Y porque él lo dice ¿lo tengo que creer? La mujer dice que es cierto. ¿Por qué no le voy a creer a ella? Ah, que los testigos se echan para atrás y para alante. O sea que no puedo poner la mano en el fuego por nadie. Por favor si alguien sabe la manera de conocer bien los hechos, con algún nivel de certeza, lo comparta cuanto antes”. Otro amigo me advierte del fiasco del caso Bejerano, cuando algunos creadores cubanos apostaron a la inocencia del pintor acusado de actos lascivos contra un menor, cargos que, a la postre, reconoció en una aparente negociación con la justicia de la Florida. Y son precisamente estas alertas, nacidas de las dudas legítimas de gente decente, las que se confrontan con las mías, me conducen al final del callejón sin salida de las culpas y confianzas, para examinar el trasfondo legal del proceso.

Con un cúmulo de contradicciones, pruebas endebles y testimonios dudosos cualquier juez serio e imparcial archivaría o, en el peor de los casos, convocaría una revisión exhaustiva del caso para repetir la investigación y juicio en mejores condiciones. Y si Santiesteban fuese realmente culpable, que purgue su condena; en caso contrario que quede inmediatamente libre de cargos y limpia su imagen pública.

El problema es que en Cuba, en ausencia de un Estado de Derecho -y de las instituciones y garantías que le dan cuerpo-, cualquier acto ilegal, real o fabricado, puede adquirir dimensiones y connotaciones insospechadas, en detrimento del emplazado, si este tiene deudas pendientes con “el sistema”. En idéntico contexto, una violación de la ley cometida por un funcionario puede quedar en la impunidad o recibir una disminuida condena, como atestiguan los casos de abuso y corrupción policiales -denunciados en estas mismas páginas- o los atentados contra la integridad física de personas vulnerables, como fue el caso de los muertos en Mazorra, víctimas de la irresponsabilidad administrativa y la insensibilidad humana. Así, creo que el problema no radica sólo- ni siquiera fundamentalmente- en la persistente insolidaridad que corroe a la intelectualidad y esfera pública cubanas; actitud que genera parálisis cívica y consagra el monopolio –legal o espurio- de la violencia estatal.

En un caso como el de Ángel, los errores son tantos y tan graves que simplemente ameritan un nuevo proceso o la clausura definitiva del presente.

[1] Para ver la visión del acusado –y pruebas esgrimidas para calzar su inocencia- acceder a http://loshijosquenadiequiso.blogspot.com/

Publicado en Havana Times

8 de marzo: tod@s contra la violencia

Por Sandra Álvarez, Marilyn Bobes, Luisa Campuzano, Zaida Capote Cruz, Danae Diéguez, Laidi Fernández de Juan, Lirians Gordillo Piña y Helen Hernández Hormilla

El escritor Ángel Santiesteban ha sido juzgado y condenado a prisión por agredir violentamente a su exesposa. Y enseguida han comenzado a circular notas de apoyo al escritor y de cuestionamiento a la sentencia del tribunal que lo juzgó. En casi todas se acusa a la víctima de loca, o de magnificar una leve “riña doméstica”[1]. Nadie puede juzgar estos hechos sin conocer la profundidad de los daños causados por Santiesteban a su exesposa y a su hijo, y nadie debería acusar a la víctima de estar inventando un caso para que alguien sea condenado por ocultas razones políticas. La violencia contra la mujer tiene su origen, precisamente, en ese gesto tan usual de imaginarla carente de juicio, de independencia, o de opinión propia, y quienes esgrimen esas tesis están reproduciendo la agresión; como aquellos que culpan a la víctima de una violación de haber provocado a su agresor.

Las instituciones y organizaciones cubanas deben pronunciarse sobre este caso en particular y también acerca de la violencia contra la mujer en nuestra sociedad. Es preciso intensificar, multiplicar y hacer permanentemente visible una campaña pública contra la violencia de todo tipo, especialmente la que se ejerce contra la mujer. Hay que divulgar aquellas leyes que la previenen o penalizan y los debates que han tenido lugar en espacios académicos y con motivo de campañas específicas. Combatir la violencia contra la mujer solo puede lograrse si nos unimos tod@s contra la desigualdad que la inspira y reconocemos el derecho de las mujeres violentadas a defenderse de su agresor y a denunciar la agresión, aunque se trate de un genio artístico o científico, un general victorioso, un deportista de élite o un obrero de vanguardia. Nadie más que ella misma tiene derecho a decidir sobre su vida y sobre su cuerpo, y nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a juzgarla loca por querer defender sus derechos.

(Texto leído en la sede de la UNEAC, el 8 de marzo de 2013)
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Se enviarán diariamente actualizaciones con los nombres de las personas que se han sumado a este reclamo. Si desea dejar de recibir estas notificaciones comuníquelo a este mismo correo.

[1] Veáse a continuación la carta “Lamentaciones y esperanzas por un nuevo escritor encarcelado”, enviada por el escritor Rafael Alcides sobre el caso citado. El texto es una muestra de que la lucha contra la violencia hacia las mujeres en Cuba precisa aún un trabajo arduo, eficaz y sostenido. Continue reading

¿Quién dijo: “Las mujeres mandan” en Cuba?

Por Ramón García Guerra

El jardín de los senderos que se bifurcan
“El consejo de siempre doblar a la izquierda me recordó que tal era el procedimiento común para descubrir el patio central de ciertos laberintos.”
Jorge Luis Borges

Desde luego, resulta una pregunta retórica. Todos en Cuba conocen al autor de la frase. Propia del populismo isleño. En cambio la frase significó un salto en la liberación de la mujer. Sexismo aparte, la mujer adquiría visibilidad política en la república. Proceso este que se había iniciado en 1902, pero que tiene sus antecedentes en el último tercio del siglo XIX. El ciclo populista se cierra –hemos dicho antes– en la década de 1960. La eclosión del sujeto popular en este período nos muestra un rostro femenino bien definido, que expresa una política de rescate de los contenidos más populares de aquel populismo más radical: el ortodoxo. La cuestión es hallar la continuidad entre aquel movimiento social-liberador y una decisiva presencia femenina en el siglo XXI. Este artículo habla del feminismo en Cuba y de la agenda política del mismo.

I

Durante el período 2013-2018, las mujeres serán la mayoría entre los presidentes de los gobiernos (67%) y entre los miembros de las asambleas provinciales (50%) del Poder Popular. Poder que se consolida con el parlamento (48%) y se reciente en las alcaldías (30%).

Sabiendo que la política de cuadros del Partido –según el texto constitucional: “fuerza dirigente de la sociedad”– ha sido acatada por las comisiones de candidatura en todos los procesos electorales, hemos de concluir que la mayor presencia de mujeres en esta legislatura es acaso la expresión de dicha política. ¿Pero esto significa más poder? Pensemos que esta presencia es mínima en el Consejo de Ministros: órgano estatal que concentra todo el poder. Por otra parte, la esfera del consumo ha sido entregada a los municipios en donde la presencia de las mujeres es ahora menor. Significa, en resumen, que la amplia presencia de la mujer en esta legislatura es apenas un poder marginal. Continue reading

Leonel Duarte apuesta por la no violencia en el deporte cubano

Tomado del sitio web de la COCO www.radiococo.icrt.cu. Escrito por Yirian García de la Torre

Él es Leonel Duarte , estudiante de Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesa, como segunda lengua Alemán en la Universidad de La Habana y atleta del equipo Nacional de Fútbol (delantero) durante varios años.

Dentro de la jornada por la No violencia contra la mujer y las niñas, acude al panel de La Casa del Alba, donde estaba Julieta , Rochy y otros. Ante la interrogante responde que se incorpora hace un tiempo atrás en la propuesta que desconocía. El ambiente, las personas le encantaron y la propuesta era luchar contra la violencia no solamente contra la mujer, sino contra la violencia de manera general.

Piensa que puede, desde su posición de atleta, sumar a muchos atletas de su país, Cuba, y buscar en otros países de igual manera, a personas que colaboren, que concienticen que es necesario dar un paso adelante todos para luchar contra la violencia. Piensa que si todos trabajamos juntos para ello, podemos lograr algo mejor no solo en Cuba sino en el mundo entero.

Lo pienso de verdad, no son palabras vanas, no es decirlo por cumplir un lema. En el concierto de Julieta Venegas vi muchas personas de la cultura cubana que estaban ahí, quizás fueron a ver a Julieta, pero estaban allí y se llevaron el mensaje también de que estamos luchando contra la violencia.

Mi invitación es sumarlos a todos que si todos nos unimos podemos lograr una Cuba mejor y un mundo mejor, de verdad, dice.

¿Qué ideas se le ocurren? responde: De momento creo que cada cual desde su pedacito puede aportar. Como ser humano, sin ser deportista se puede colaborar. A muchas personas que conozco les hablo del proyecto, no había visto o no sabía nada, igual que yo al principio y ya se ha sumado, ha conocido un poquito más, incluso se suman al proyecto.

Ahora desde las posibilidades que me brinda ser un deportista, de cierto modo, un poco conocido (delantero del equipo de fútbol), aunque el fútbol no es tan difundido en Cuba como la pelota u otros deportes, pero pienso sumar, siempre sumar, sumar desde Ciego de Ávila, sumar desde el equipo de fútbol nacional, sumar a todos mis amigos de otros deportes, de voleibol, de béisbol, y crear un grupo, dentro del movimiento deportivo cubano, realmente concientizado para luchar contra la violencia porque pienso en los jóvenes, que es sobre todo, en la masa fundamental en quienes queremos incidir, porque los jóvenes son muy susceptibles a lo que hacen sus ídolos, sus ídolos deportivos, sus ídolos músicos, si los ven volcados en esta lucha, ellos se van a sumar.

¿Qué pasaría en los deportes de combate, cuerpo acuerdo, de equipos donde existe una determinada violencia? ¿Cómo se las arreglarías en este contexto para llevar a cabo estas ideas?

Es un poco difícil, porque desde que somos chiquitos nos están enseñando en las Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE), en las escuelas deportivas que hay que ganar a cualquier precio, en los entrenamientos nos dicen que hay que ganar, que hay que ganar a toda costa, que si hay que caerle a patadas al contrario pues hay que caerle a patadas al contrario. Me imagino que en los demás deportes es así, ganar sobre cualquier vía e impedimento y creo que no es lo correcto. Mi objetivo es inculcarles a los entrenadores y a los atletas que ganar es bonito y siempre llevamos el deseo y el amor a ganar pero hay algunas normas y principios que no se deben violar.

En el fútbol hay mucha violencia, no solamente física sino psicológica, a veces estamos ganando y le comentamos cosas al oído al contrario para desconcentrarlo, para hacerlo perder la motivación. Se ve por ejemplo, en una final del Mundial se vio a un jugador de la talla de Zinedine Zidane dar un cabezazo. Son ejemplos tangibles de que existe violencia en el deporte y mi objetivo es, en el deporte cubano, tratar de llevar este mensaje a los atletas y a los entrenadores y a los niños. Queremos ganar, pero no pasando por encima de las dolencias humanas, Hay que tratar de ganar pero sin violencia, sin tratar de romperle una pierna a alguien. Ese es mi objetivo principal.

¿Has escuchado Radio COCO?

La he escuchado. Es la emisora más deportiva de La Habana. He escuchado varios partidos de fútbol y de pelota por ahí aunque no escucho siempre la radio, pero me ha emocionado bastante. Pienso que es muy importante el trabajo que ha hecho Reinier González, sobre todo en el fútbol, que es la rama que más sigo.

Esto es algo así como un chisme, pero ¿Crees que el fútbol reemplace a la pelota como deporte nacional en Cuba ?

No pienso, no pienso porque en Cuba hay mucho arraigo con la pelota. Pero creo que sin crear una competencia, se le debe abrir puertas al fútbol, sin tratar de llevar una competencia. Hay personas que les gusta el béisbol y hay personas a las que les gusta el fútbol, hay a quien le gustan los dos deportes. Lo que no se puede negar que en el mundo el principal deporte es el fútbol y Cuba como una sociedad de este mundo debiera incorporarse también.