La negación de la negación

Por Alejandro Cruz

Vista la Resolución 127-07 (Reglamento de Seguridad Informática), dada en La Habana, a los 24 días del mes de Julio de 2007, quiero referirme a uno de los tantos artículos que la componen y que creo es una de las limitantes más importante que restringen la presencia de productos y servicios de entidades estatales cubanas en internet.

En virtud del ARTÍCULO 72: Se prohíbe la colocación de páginas o sitios Web, desde entidades estatales, en servidores extranjeros que ofrecen estos servicios de forma gratuita.

Hoy obstaculizar esta posibilidad es estar en contra de las lógicas de funcionamiento de la Web 2.0. La Web 2.0 permite a los usuarios interactuar y colaborar entre sí como creadores de contenido generado por usuarios en una comunidad virtual, a diferencia de sitios web estáticos donde los usuarios se limitan a la observación pasiva de los contenidos que se han creado para ellos. Ejemplos de la Web 2.0 son las comunidades web, los servicios web, las aplicaciones Web, los servicios de red social, los servicios de alojamiento de videos, las wikis, blogs, mashups y folcsonomías.

Facebook y Twitter constituyen las dos redes sociales más grandes que existen dentro de la red de redes, sumando entre ambas la cantidad de más de 1,455 millones de usuarios en total. Según las estadísticas, Facebook es considerado el tercer país más grande del mundo, con más de 955 millones de usuarios registrados y ambos trabajan en una plataforma de usuario gratuita. Continue reading

Hugo Chávez, el Perón del siglo XXI

Por Veronica Smink (BBC Mundo, Argentina)

¿Perdurará el chavismo en Venezuela como lo hace el peronismo en Argentina?

Quiso ser Simón Bolívar, pero muchos creen que el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tenía más en común con otro histórico líder latinoamericano, el argentino Juan Domingo Perón.

El propio Chávez se autodefinió como un "peronista de verdad". "Me identifico en este hombre y este pensamiento que pidió que nuestros países dejen de ser factorías del imperialismo", afirmó en 2008, durante una de sus numerosas visitas a Buenos Aires.

No fue sólo la confrontación ideológica con Estados Unidos lo que compartieron las dos figuras. Tanto Chávez como Perón (1895-1974) fueron militares que llegaron a la presidencia de sus respectivos países sobre la base de un enorme apoyo popular. Se los describió muchas veces como poseedores de un carisma único –según algunos, mesiánico- que podía movilizar a enormes masas: la "marea roja" en un caso y los "descamisados" en el otro. Ambos centraron sus políticas en atender las necesidades de una clase social que hasta entonces había sido relegada: los más pobres. Y fueron acusados por sus detractores de crear, con sus planes sociales, una cultura asistencialista. Pero también ambos causaron una profunda división en sus sociedades, un amor y un odio que separó a familias, amigos y vecinos.

"En los primeros años de gobierno de Chávez, cuando se acentuaba la polarización entre venezolanos en contra o a favor de su figura, muchos lo comparaban con lo que pasó con el peronismo en Argentina", recuerda mi colega Vladimir Hernández, corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires.

A pesar de que han pasado casi 40 años desde la muerte de Perón, en 1974, su figura aún divide a los argentinos y suscita pasión y rechazo por igual.

Reviviendo a Perón

Pero más allá de las divisiones, no cabe duda de que dejó una profunda huella en los argentinos.

La muerte de Chávez tiene muchos ecos con la de Perón.

La enorme movilización social que generó la muerte de Chávez reavivó para muchos el recuerdo del fundador del peronismo. "Fue una de las imágenes más poderosas e impresionantes que conservo de mi infancia. Tenía sólo cuatro años, era muy pequeño, pero recuerdo perfectamente mirar en la televisión blanco y negro el cortejo fúnebre de Perón, seguido por una interminable marea de gente. Es una de esas imágenes imborrables en mi memoria", me contó el editor de BBC Mundo, Max Seitz.

Perón fue el único presidente de Argentina que gobernó tres veces. El líder bolivariano estaba por asumir su tercer mandato. Ambos fallecieron poco tiempo después de haber sido elegidos por última vez.

Los dos tuvieron gestiones longevas: Chávez gobernó durante 14 años (de 1999 a 2013) y Perón durante diez (1946-1955 y 1973-1974). Y ambos protagonizaron golpes de Estado antes de llegar al poder y fueron luego depuestos por golpes en su contra. El venezolano estuvo alejado del cargo solamente unos días, en 2002; Perón tardó 18 años en volver a la presidencia.

También los dos sufrieron encarcelaciones antes de llegar al poder. Chávez pasó dos años en prisión tras participar en el golpe de Estado fallido de 1992. Mientras que el encarcelamiento de Perón en la Isla Martín García, en 1945, y la movilización que llevó a su liberación, el 17 de octubre, fueron la piedra basal del peronismo. Los dos reformaron las Constituciones de sus respectivos países (Perón en 1949, Chávez, 50 años después), ampliando derechos laborales y sociales, modificando leyes electorales y sentando las bases jurídicas para expropiar empresas. Incluso tienen en común haber tenido lazos con cuestionados regímenes extremistas: en el caso de Perón con los nazis y Chávez con los líderes de Irán y Corea del Norte, entre otros.

Legado

Las coincidencias son innegables, como resaltó el periodista Andrés Oppenheimer en El Nuevo Herald. "Contrariamente a la suposición generalizada en los medios de prensa internacionales de que Chávez fue el heredero político del otrora líder guerrillero de Cuba, Fidel Castro, es muy posible que el difunto presidente venezolano pase a la historia como un fenómeno político más cercano al del hombre fuerte argentino Juan D. Perón", admitió Oppenheimer, habitualmente crítico del chavismo.

Pero lo que muchos se preguntan es si el legado de Chávez tendrá en Venezuela el mismo efecto que tuvo el peronismo, que sigue siendo la principal fuerza política en Argentina, casi siete décadas después de su surgimiento. Veintidós de los 30 años que transcurrieron desde el regreso de la democracia en Argentina estuvieron liderados por gobiernos peronistas. Y los únicos dos presidentes que no fueron de ese partido (Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, de la opositora Unión Cívica Radical) terminaron en crisis y no pudieron completar sus mandatos.

¿Mantendrá su unidad el chavismo?

No obstante, lo que caracterizó a los distintos mandatarios peronistas que gobernaron Argentina, desde Carlos Menem (1989-1999) hasta la actual jefa de Estado Cristina Fernández, es lo diverso de sus políticas, en algunos casos neoliberales, muy alejadas de las de Perón.

Para Oppenheimer, esa heterogeneidad podría verse también en Venezuela, lo que garantizaría la continuidad del chavismo por décadas. "De ahora en adelante, de forma muy parecida a lo que ocurrió en Argentina tras la muerte de Perón, la mayoría de los candidatos presidenciales se declararán ‘chavistas’, aun cuando desprecien al difunto ex oficial golpista que fue electo presidente", vaticinó.

Por su parte, el ex diputado peronista, Lorenzo Pepe, secretario general del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, cree que el legado de Chávez perdurará si América Latina logra mantener la unidad por la que tanto luchó el presidente venezolano. "Fue un sueño que nació con Perón, pero que recién Chávez pudo concretar", le dijo a BBC Mundo. Según Pepe, Chávez "tomó mucho de la doctrina peronista, es especial su política gubernamental volcada hacia los más desposeídos". Sin embargo, sostuvo que la gran diferencia entre ambos líderes fue la incapacidad del mandatario bolivariano de diversificar la economía venezolana, que sigue dependiente del petróleo. "Gran parte del motivo por el que perdura el legado de Perón tiene que ver con el proceso de industrialización que inició y que aún hoy deja sus huellas", completó.

Publicado en BBC Mundo

Desde Venezuela: Respuesta de una hija a un amigo Palestino que le dice que para ellos Chávez era un héroe.

Por La hija
Querido Flaco,

Yo no comulgo con ningún gobierno, yo no comulgo con el poder. Somos muy débiles, los seres humanos. En mi país hay una “guerra” de ricos y pobres. Toda la vida ha sido así. Las diferencias sociales han sido abismales. La opulencia del venezolano con dinero de toda la vida es tanta, que es vulgar. Camionetas, casas enormes, aviones, yates, fiestas. En mi país siempre ha sido más importante lo que tienes que lo que eres. En mi país se le dice “mono” al que no tiene, al pobre, a la mayoría. Y es terriblemente doloroso. La prepotencia del rico, el maltrato, el desprecio y sobre todo la indiferencia hacia el pobre ha creado una brecha irreconciliable y con razón. Esto es así desde la colonia, esto ha sido así desde siempre y necesariamente tiene que cambiar.

Comparto 100% las ideas del proceso. Confío plenamente en las personas que se involucran, en los colectivos que trabajan en los “cerros” con las comunidades más necesitadas. Admiro y respeto a los que están trabajando entregados por un cambio y por dignificar a mi país.

Pero mi querido amigo, los ricos de ahora son rojos y están en el poder. Son los terratenientes, los de las casas, yates, aviones y fiestas. Son los que hacen negocios con las multinacionales y se mantienen y van chupando gracias al discurso chavista. Estos hombres que ahora tienen el poder, en el fondo no son diferentes a los otros. Solo que han cambiado el discurso y engañan al pueblo haciéndoles creer que ellos están allí, mientras se demarcan con poder y dinero, igual que antes, igual que siempre. Además, no se aceptan críticas, porque cualquiera que critique, que no piense igual es enemigo.

La autocrítica es lo más sano que puede tener un proceso, es lo que hace que se rectifique y se retorne a la esencia del ideal. Sin la autocrítica este movimiento, según yo, se ha convertido en un movimiento de fanáticos.

Y tú sabes muy bien sobre la maldad y la bondad. Tú conoces muy bien el ego del héroe buenísimo. Tú conoces muy bien al oportunista.

El movimiento social sí que existe. Está vivo. Es profundo y está en los “cerros”, en los pueblos. Es mucho más que posiciones, discursos y promesas, son acciones.

Por otro lado, me niego a que me ubiquen. Me niego a que me definan buena o mala, chavista o escuálida porque me guste o no un líder.

No creo en esto. Creo que los seres humanos somos tan complejos, creo que es imposible definir nada en estos tiempos. Hay demasiados matices. Este tiempo, para mí, es el tiempo del trabajo colectivo. No creo en líderes, no creo en “ismos”.

Chávez se hizo gracias a los medios de comunicación, ha sido un personaje mediático. Él ha dicho exactamente lo que muchos queríamos escuchar. Y más allá de la crítica estúpida y superficial, Venezuela es un país que va por un camino incierto, en donde la corrupción, los abusos de poder, el narcotráfico, la delincuencia, la violencia, la impunidad, los negocios con las trasnacionales (quizás las gringas son más bajo perfil, pero destacan significativamente las Chinas y Rusas) siguen siendo protagonistas en su gobierno.

La gran fuerza de Chávez, lo que lo ha hecho grande ha sido el haberse enfrentado con los “poderosos”, con los neoliberales, con los sionistas, como dices tú, con la hipocresía de Europa, pero para mí, esto ha sido más otro show, otro hacernos creer, otro espectáculo más de esta sociedad superficial y mediática. Yo lo veo así, es una guerra de poder. Aquí no importan ni las personas, ni nada. Importan los recursos y los gobiernos y los líderes mediáticos que nos siguen manipulando, para que sigamos creyendo. Mientras los verdaderos amos del mundo siguen llenando su arcas.

El trabajo difícil realmente es ser coherente. Que nuestras palabras sean consecuentes con nuestras acciones. Es mi opinión.

Te quiero y te extraño,

La hija

Tomado de blog El Libertario