Quiero un estado laico en Cuba

Por Lourdes Rojas Terol

Confieso que soy atea. No hago proselitismo de eso, respeto todo tipo de creencias, pero soy decididamente partidaria de que el Estado debe ser laico. LA REVOLUCIÓN que sostiene el estado cubano no es lo que dice el concepto de Fidel (que no es el concepto de LA REVOLUCIÓN, sino el de revolución, sin artículo), no es un proceso de cambio, es un objeto de culto, con la correspondiente religión.

Como tal tiene sus santos y sus demonios, sus devotos y sus herejes. Igual a cualquier otro ente suprahumano, a LA REVOLUCIÓN se le cantan alabanzas, se le agradece el pan de cada día y, cuando no hay pan, se considera que algún fin se propone que no tenemos por qué conocer, los designios de LA REVOLUCIÓN son inescrutables. Se le piden cosas y se espera que, en algún momento, las oraciones de sus devotos sean escuchadas.

Para ser un devoto es preciso pertenecer, al menos, a una congregación, aprenderse los himnos y los salmos, conocer a los patriarcas y seguir a los pastores. El grado de devoción se mide por la participación en las actividades de la congregación. Los devotos practicantes tienen más oportunidades a que sus oraciones sean escuchadas y acceder a un teléfono, una ventana de aluminio o un viaje al exterior. Continue reading

La Uneac, 50 años después

Por Amador Hernández Hernández

uneac iv congresoIndudablemente el 22 de agosto de 1961 constituye una fecha histórica para la intelectualidad de la Isla, pues por iniciativa del gobierno revolucionario se creó una organización, preparada para afiliar en un solo haz todo el pensamiento artístico— literario en aras de crear una sociedad desprejuiciada de clases sociales e intereses mezquinos.

Como presidente se alzó la voz lírica del Poeta Nacional, de sólida formación comunista­; ideología que había abrazado desde los duros años treinta, década donde se radicalizaron las posiciones ideológicas de muchos de los escritores y artistas que ya gozaban de renombre internacional. Recordemos por ejemplo a Pablo Neruda, César Vallejo, Andrés Bretón, entre otros; muchos acosados por la denigrante política del capitalismo que arribaba a su fase de imperio sometiendo a la humanidad a un proceso de alienación. Leer a Kafka nos hará comprender el significado lacerante de la hostilidad imperialista contra lo mejor de la creación espiritual.

El triunfo de la Revolución Socialista de Octubre había abierto muchas interrogantes, las futuras crisis socioeconómicas despejaron otras tantas dudas; la segunda guerra mundial colocó a gran parte de los actores de la creación en el lateral izquierdo y se abrieron nuevos derroteros, bajo la aureola de las banderas del realismo socialista.

La Uneac nacía no solo con el propósito de dignificar la actividad artístico— cultural sino para alinear a los artistas y escritores en posiciones ideológicas comunes, de ese modo se podían controlar con más efectividad, y lo más importante, aplicar políticas de purga cada vez que fuera necesario.

La burocracia estaría bien atenta a cada idea que se promocionara, desde una obra de artes plásticas, de una pieza musical, un programa televisivo y radial; desde cada puesta en escena o libro recién salido de las imprentas. La censura burocrática se encontraría atenta en aeropuertos y terminales marítimas para evaluar todo lo que en materia de arte arribara al país.

Cierto es que en la Uneac se fueron creando los espacios que permitieron poco a poco la (re) educación de los cubanos en el arte de pensamiento, alejando lo banal, lo insípido, lo intrascendente. Importantes figuras del pensamiento intelectual asumieron responsablemente el cultivo de una espiritualidad que libró al hombre nuevo de todo lo obsoleto, lo puramente comercial o mantuviera en la enajenación absoluta al ser humano — protagonista del proceso de cambios revolucionarios. La Uneac ha jugado desde entonces un significativo papel en la liberación real del cubano y en el deseo honesto de divulgar lo mejor de las tradiciones culturales del país y contribuir en la descolonización definitiva de la Isla.

Y he aquí otro de los méritos de la organización —presidida hoy por el etnólogo y poeta Miguel Barnet—, la consolidación de la nacionalidad por la que Céspedes libertó a sus esclavos y se lanzó a la manigua redentora. De la lírica herediana a las voces que cantan en el siglo XXI, la Isla ha escalado relevantes lugares en la cultura humanística universal. Cultura que halló en la literatura martiana su máxima expresión pues constituye esta la síntesis ético-creadora de una nación dispuesta a no rendir jamás sus armas de permanencia.

Pero no basta con este análisis cualitativo de lo que ha aportado la Unión de Escritores y Artista de Cuba a la independencia artística total. Muchos cabos aún están sueltos desde su creación misma. Continue reading

Elecciones en Cuba: Breve conversatorio con muy singular candidat@

Por Pedro Manuel González Reinoso

 “Mi odiado público: ¡Basta de lanzarme kilos, medios y pesetas!, que me van a sacar un ojo. Tiren papelitos de colores que son inofensivos, con figuritas o numeritos grandes, y si son verdes, ¡mejor!”    (Lola Montes, travesti habanera en un espectáculo de sábado, en El Mejunje santaclareño de Ramón Silverio).

Hoy es domingo 21 de Octubre del 2012 (21-10-12, para los que siguen cabalísticamente a la numérica inversa, resulta una gran combinación de dígitos australes), y hay una ronda primera de elecciones de delegados, correspondiente al proceso respectivo del Poder Popular en Cuba. Como ocurre cada dos años, en el período previo a la sucesión parlamentaria establecido por Ley, hoy toca al ente gubernativo regional remozarse. Más, una particularidad inusual reviste, en esta ocasión, el habitualmente apacible transcurso del acto de fe, en el Colegio Electoral #1 de la Circunscripción 5, en Caibarién, provincia de Villa Clara. Y es que un homosexual confeso, travesti notorio, transexual plenipotenciario y archiconocido en el ámbito municipal por sus méritos humanos, su simpatía y su desplante ortodoxo, así como por la ostentación desprejuiciada de su preferencia (enarbolada cual estandarte durante toda la vida), más un largo historial de 48 años de adversidades, inadaptaciones, prevalencias y discretos triunfos en su patria, ha conseguido llegar a la prueba final que decidirá quién ha de representar con éxito a su barrio, durante el próximo período ordinario de selección de la magistratura. La asamblea local constituyente intentará, por nueva ocasión, decidir lo que va a pasar de interés para con los cubanos que residimos dentro de sus perímetros, además de armar con los elegidos en cada zona del poblado, su cuerpo gubernamental.

Redacto esta breve entrevista algunas horas antes de que se sepan los resultados de la votación. Cualesquiera que estos fueren, considero que lo sucedido con mi entrevistado hasta aquí, demuestra la irreversibilidad de los cambios sustanciales que se producen hoy en la Isla, muy a pesar de los criterios que blandan los reformistas implacables, los detractores (in)activos, y otros propulsores del lento o el rápido desarrollo de las transiciones del pensamiento insular, en su conjunto. Quiero dejar constancia de mi gratitud hacia esta persona que me recibió en su casa, con todos los problemas insolubles que le aquejan, con la modestia con que se le admira públicamente y la sobrada humildad con que asiste a cualquier requerimiento personal. Independientemente de lo que suceda hoy de tarde, ella o él son ya una victoria indiscutible de las transformaciones que ocurren de forma imparable en los sustratos de la nación y las que vendrán sin falta, seguidamente. No nos quepan dudas.

P: Comencemos por lo esencial: Nombre, Apellidos, lugar de nacimiento, profesión, etc. (No se le pregunta, por pudor o tacto, la edad a un candidato a delegado, aunque ya la he revelado antes sin quererlo, como consta además en tu planilla informativa frente al colegio, tratando de impresionar a los lectores con tu sencilla trayectoria).

R: Me llamo José Agustín Hernández González. Soy enfermero especializado en electrocardiogramas del Hospital Gral. María Escobar Laredo en Caibarién. Laboro allí desde hace 14 años. Primero como auxiliar de limpieza, luego como asistente de enfermería, más tarde como enfermero y ahora ya como técnico entrenado en esto que hago con los corazones ajenos: tratar de diagnosticarlos antes que se me apaguen en el monitor. Nací en el antiguo Central Azucarero Adela (hoy Heriberto Duquesne) pero muy pequeño me mudé para Sagua La Grande con mi madre, cuando hube terminado la educación primaria, pues mi padre no quiso saber mucho de mí, por tan evidente amaneramiento. Mi madre tenía que robarle dinero para que yo comiera, y me llevara algo extra cada 15 días de internamiento, a la escuela. No deseaba volver nunca a casa, por tal de no verlo sufrir con ganas de triturarme. Era un hombre de carácter muy fuerte. Resultaba en cambio tolerante para con los demás “raros” del pueblo, pero a mí me odiaba ferozmente. Entonces me bequé en un IPUEC(1) de San Juan de Los Remedios, ya crecidito, para poner distancias entre aquel central insoportable que nos hizo herederos de ninguna paternidad, y yo. A la saga de las mejores experiencias vivenciales que pudiera encontrar a mi paso, salí a caminar un día. Siempre digo que mi padre ha sido el peor enemigo que tuve… y no creo que esa justipreciación por dicha, me convierta en un ser inicuo al valorarlo así. Háganlo ustedes, a su estilo, cuando conozcan alguien parecido o les toque tener a buen tiro a un tipo como él. Continue reading

Estamos en la Isla de la Libertad

Por Ramón García Guerra

La tradición libertaria tiene hondas raíces en Cuba. Foto: Isbel Díaz Torres

La tradición libertaria en Cuba fue rescatada –en pleno siglo XXI– por una generación de jóvenes que sobrevivió al naufragio de la revolución de los humildes. [Durante la década de 1960 Cuba fue bautizada como la Isla de la Libertad o el País de la Sonrisa.] El naufragio de esta revolución sería el resultado de la instauración del Estado obrerista en las décadas de 1970-1980.

La traición de esta revolución a manos de los estalinistas (Partido Socialista Popular) facilitó la integración de la nación al imperio soviético. Pero este resurgir de la tradición libertaria no fue algo fortuito, dado que la misma tiene hondas raíces en Cuba. [Situamos el punto de partida en la sociedad colonial del siglo XVII. (Hablamos del rescate de las libertades y derechos comunitarios del período de la Reconquista en España, ahora a manos de los criollos.)] Cuando la Isla fue lanzada a su suerte, entonces, florece en Cuba el Cabildo. Cuando naufraga el Estado obrerista, asimismo, resurge la tradición libertaria entre cubanos.

Porque dicha tradición está contenida en el magma popular. Las fuerzas de la reacción han intentado sofocar el fuego de la rebeldía. Esta fue la historia del siglo XX: caudillismo, populismo o fidelismo. Lo mismo da. Insistentemente esta tradición ha resurgido mil veces durante la larga marcha hacia la Libertad.

Todas las ortodoxias han hecho reverencia ante aquélla: desde los autonomistas hasta los comunistas… [Incluyendo a los liberales y los populistas.] Creciendo sobre sí misma la capacidad antropofágico-cultural del pueblo ha sido puesta al límite, siempre. Los mártires de la tradición libertaria en la historia de Cuba –desde Aponte hasta Guiteras– acaso han sido la expresión de un sentir popular. [Explica esto una realidad entre cubanos: porque ser libertario es más que ser anarquista. (Quienes hemos fundado el Taller Libertario Alfredo López luchamos por una refundación del socialismo que será libertaria.)] Incluso el fondo emocional del disenso (o malestar popular) es acaso la expresión de aquel espíritu libertario que bulle fortísimo desde el fondo del caldero.

Contamos en esta batalla con la fuerza de la tormenta que hizo naufragar al régimen estatista. El modelo de hombre masa que fue instituido en el proceso dañó la autoestima de millones de cubanos. La reacción pendular ante el agotamiento del socialismo estatista-autoritario bascula hacia el rescate de la integridad y plenitud de las personas. [Efectivamente, nada resulta más dramático en Cuba que rehacer el proyecto de vida individual y colectiva.]

La solución alternativa que ofrecen los libertarios está fundada en una individuación no egoísta (sino altruista) que libere el potencial de creatividad popular. En tal sentido, el rasgo que distingue a los libertarios al interior de la izquierda en Cuba habla de la mayor prioridad que éstos otorgan en la lucha contra la alienación. (La cuestión no es lograr el desarrollo sino qué tipo de desarrollo se trata de alcanzar.) La lucha de los libertarios en Cuba es contra la pobreza, el ecocidio, la homofobia, el racismo, la exclusión y el elitismo que define al ancie regime.

Santa Fe, La Habana, Cuba: 30 de octubre de 2012.
E-mail: ramon0260@gmail.com

Balance de 2 años de trabajo del Taller Libertario Alfredo López

Homenaje del OC a Alfredo López. 12 de Mayo de 2012, momentos antes de acción de solidaridad con el Movimiento 15M. En la foto: Eduardo Fernández, Pedro Campos, Mario Castillo, Daisy Varela y Dmitri Prieto. La tarja recuerda el sitio donde “fue secuestrado y más tarde asesinado Alfredo López Arencibia, fundador de la Federación Obrera de La Habana y de la Confederación Nacional Obrera de Cuba”.

El Taller Libertario Alfredo López de La Habana es un espacio y una unión de voluntades para recuperar y desarrollar una perspectiva libertaria y anti autoritaria dentro de la dinámica de la Cuba contemporánea.

Nacido dentro de la Red Observatorio Crítico, los que animamos el Taller tenemos el gusto de haber sido los fundadores, antes, de dicho colectivo, lo cual denota que no hemos nacido con voluntad sectaria, sino con la intención de sostener una perspectiva propiamente anarquista después de haber dado una contribución determinante a la creación de un espacio plural, múltiple y autónomo, que ha logrado permanecer casi una década gracias a esa dinámica libertaria y anti autoritaria que nos ha animado desde el principio.

Un país cuyos habitantes han sido profundamente moldeados en el culto a la modernidad, el cosmopolitismo capitalista y el acceso a los frutos enfermos de ese régimen, primero por el dominio yanqui, muy tempranamente establecido en la isla, y luego con el impulso modernista, tecnocrático y megalómano de la llamada Revolución Cubana, ha producido efectos nefastos en el imaginario social de nuestro país.

Es probable que el campesinado cubano haya sido el primero, fuera de los EE.UU., en habituarse al consumo cotidiano de alimentos industrializados producidos en ese país desde finales del siglo XIX y de los primeros, en el continente americano, en familiarizarse con las relaciones monetario-mercantiles, a pesar de ser uno de los últimos países en abolir la esclavitud.

A contrapelo de los estereotipos construidos sobre “Cuba socialista” por el progresismo mundial, nuestra isla es una sociedad prolongadamente imbuida de los valores y la cultura material del capitalismo industrial, pero eso sí, frustrada en la posibilidad de generalizar y estabilizar el trabajo asalariado urbano, como base de acceso masivo a ese estilo de vida, dado el monstruoso crecimiento en el siglo XX del monocultivo azucarero. Continue reading

Las niñas de la Habana Vieja

Por Daisy Varela

He comenzado a morderme las uñas. No termino tragándomelas como cuando era niña y moría de aburrimiento en las clases.

Ahora sólo las mastico con cuidado, evito las cutículas. Tengo unos 24 muy “entretenidos”.

Creo que a la quinta mordida me entero y busco una tijera para ponerle freno a mi tic neurótico.
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A los 12 años solucioné el problema mediante el sabor amargo del esmalte, hoy no podría. Mis dedos serían incompatibles con el resto de mi cuerpo.

Así que cuando en medio de la calle Aguiar me preguntaron si quería pintarme las uñas no pude evitar disparar un “no” gutural a través del pedazo de pan con hamburguesa que tenía en la boca.

No me pinto las uñas. Nada de colores café con leche o rojos 26 de julio.

Después de la negativa inmediata pude notar que la propuesta había sido hecha desde 1,20 metros de altura.

Cinco niñas me rodeaban, una me tiró del brazo:

-¿Quieres que te pintemos las uñas?

Me puso en la cara una bolsa tejida llena de pomos de pintura casi vacíos.

-Mira todos los colores que tenemos. ¿Te gustan?

-Lo hacemos por 1 CUC.

Durante el interrogatorio solo pude fijarme en su vestidito blanco, en el pelo cortado un poco más arriba de los hombros, en su peso corporal.

Debía tener casi 8 años.

Creo que repetí tres veces: No, gracias. A cada negativa me miró asombrada.

Ella no podía creer lo que estaba pasando, yo tampoco.

Logré entender las preguntas unos segundos más tarde, mientras se alejaba saltando sobre los adoquines.

Yo a los 8 dibujaba brujas y princesas, jugaba a cocinar sopa de hierbajos o leía “Lili y el pececito”.

De mi niñez, salvo un plato de lentejas, solo tengo recuerdos agradables.

Aquella niña no pedía limosnas, me ofrecía un servicio. Intentaba trabajar.

Me traía de vuelta la tan criticada imagen de los niños limpiabotas de la República.

Seguro aquella tarde siguió buscando clientes, sacando cuentas…

No supe su nombre ni qué cosa intentaba comprar.

¿Me sucedió algo excepcional o la pequeña es una pionera del trabajo infantil en la isla?

No lo sé. Solo deseo que en otros 50 años no tengamos que hablar de las niñas manicure de la Revolución.

Publicado en Havana Times

No era el momento ni el lugar adecuado

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Hace unos minutos terminó la asamblea de nominación de candidatos de la circunscripción electoral a la que pertenezco. La ceremonia correspondió a la etapa en la que los vecinos proponen, en sus barrios, a personas que consideren aptas para desempeñar la alta responsabilidad de representar sus intereses en las Asambleas Municipales del Poder Popular. Los candidatos que resulten elegidos al final, integran además la cantera para escoger candidatos para las asambleas provinciales y el Parlamento nacional.

Aunque hasta ahora el papel de los delegados municipales y provinciales no haya parecido nada del otro mundo, si los proyectos de descentralización administrativa que se manejan en el país toman cuerpo, las asambleas regionales pueden llegar a adquirir una importancia capital. En todo caso, uno cree conveniente conocer de los detalles de estas votaciones. Así que, como muchos electores, hice uso de mi derecho y acudí al lugar a donde fuimos convocados los residentes de mi circunscripción para el ejercicio de la selección de candidatos.

El conductor de la reunión realizó la introducción esperada, con el destaque adecuado a la importancia del acto electoral, la invocación a los principios de la democracia socialista y demás. A continuación se invitó a los presentes a adelantar sus proposiciones. Un compañero realizó la suya, que al final fue la única. El proponente elogió a su selección como al típico hombre revolucionario, de los que dan el paso al frente por La Patria, etcétera, y a mí me picó la curiosidad porque no conocía al propuesto.

Hay que tener en cuenta que esta persona puede llegar a ser el representante de los intereses de mi barrio. Se supone que valdría la pena conocerlo, no solo en cuanto a lo que ha hecho, sino también saber cómo piensa y lo que cree que se deba hacer en el futuro. Así que pedí la palabra para felicitar al compañero y tratar de que nos expusiera algunas de sus opiniones sobre

En realidad no importa mucho sobre qué. Cuando el conductor de la asamblea de nominación vio por dónde yo iba, me cortó la palabra y me explicó que este no es el momento, ni el lugar adecuado para intercambiar con el candidato. Que para eso, me pareció entender, habrá tiempo. Al final el compañero fue electo por mayoría de votos y yo me quedé por ahora sin satisfacer mis dudas.

Algunos compañeros han expresado sus criterios de que el presente proceso eleccionario puede ser un buen momento para expresar su indignación y los anhelos de cambio, en función del avance del socialismo cubano hacia una real democratización y empoderamiento de la clase trabajadora. Yo mismo he reiterado mi insatisfacción con la legislatura saliente respecto a su incapacidad de aprobar una ley de cooperativas, una reforma migratoria, un código de familia, entre otros instrumentos que cimenten mejor los derechos de libertad, realización individual y colectiva, solidaridad, etc., que se aspira a consagrar en cualquier sistema legítimamente revolucionario y socialista. El poder solo tiene legitimidad y a esto nadie en su sano juicio se le ocurre oponerse explícitamente, cuando emana de la voluntad del pueblo. Yo no voy a perder la voluntad de hacer uso de los derechos que me reconocen la constitución y la legislación de este país, de conocer a candidatos nuevos que cumplan mejor su trabajo.