Me llamaron de Radio Martí

Por Dmitri Prieto Samsónov

Hace ya unas semanas, estaba yo en el hospital, acompañando a mi papá, ingresado para una operación. De repente, sonó mi celular, y una voz desconocida entró a mi mundo: “buenas, Dmitri, le habla NN, de Radio Martí”…

NN estaba interesada en conocer mi opinión sobre una supuesta convocatoria de la Red Observatorio Crítico –de la que soy parte- para “no votar en las elecciones cubanas”.

Extrañado, le dije a NN que en primer lugar no sé de qué me habla (y en efecto, el OC nunca convocó para nada así…), que (en segundo lugar) era un mal momento pues estaba en un hospital, y, además (en tercer lugar) que no me apetecía hacer ninguna declaración por ese medio.

Después supe que los de Radio Martí se referían a un particular llamado de algunos integrantes de OC (no de la Red en su conjunto) a que –quienes desearan hacerlo- expresaran su deseo de cambios democráticos para Cuba poniendo una “D” en la boleta. Aun así, no se trataba exactamente de “no ir a votar”, como presumían los de Radio Martí.

En cualquier caso, no me interesa hacer declaraciones por esa emisora porque pertenece a un gobierno (el de EE.UU.) cuya conducta con Cuba es inhumana, contraproducente, y se remonta a la Guerra Fría (lo cual no me hace ninguna gracia). Ojalá esa política cambie. Ojalá también –por supuesto- los cambios que vive Cuba conduzcan a una sociedad con más libertades, más solidaridad, y más posibilidades de autorrealización humana (personal y comunitaria).

Pero –y lo digo interpretando varios momentos claves de nuestra común historia: 1898; 1933; 1959; 1960-62- la intromisión del gobierno de EE.UU. en los asuntos cubanos nunca ha contribuido a cambios del tipo que yo deseo. Pienso, en particular, en que tales injerencias ayudaron a abortar el proyecto ultra-democrático de José Martí (1892-1898), la revolución de 1933, ayudaron también a instalar al dictador Batista en el poder, y sobre todo crearon las condiciones para que –después de 1959- Cuba se motivara a copiar el sistema “soviético”.

Por eso, no creo que Radio Martí – básicamente, un servicio del gobierno de EE.UU.- sea el medio idóneo para propiciar ningún “cambio” positivo en Cuba.

Ya estamos en otra época. Aun así, les pido a los de Radio Martí que no gasten el dinero de los contribuyentes de EE.UU. en intentar establecer contactos conmigo: la izquierda cubana tiene medios propios para expresarse, y no necesita de sus “servicios”.

Y creo que el nombre de esa emisora está mal puesto. José Martí estaba en contra del imperialismo, y por sobre todas las cosas a favor de un sistema de autogobierno democrático, bien diferente al sistema que ayudó a instalar en Cuba la administración militar norteamericana durante la ocupación de 1898-1902.

Publicado en Havana Times.

El enemigo, el contrario y las leyes de la dialéctica

Por Pedro Campos

El contrario no es enemigo”, un escrito del joven filósofo cubano, Boris González, lleno de preocupaciones sobre la situación actual y perspectiva de Cuba, me inspiró este artículo.

De acuerdo con las leyes fundamentales de la dialéctica (1- la conversión de los cambios cuantitativos a cualitativos, 2-la unidad y lucha de contrarios y 3-la negación de la negación), todo fenómeno atraviesa por un proceso de desarrollo en que estas leyes se manifiestan en relación interdependiente.

Los cambios cuantitativos, en su acumulación, generan cambios de calidad que van siendo cada vez más trascendentes y estos cambios se van dando a través de la unidad y lucha de contrarios: de lo viejo por perdurar, de lo nuevo por predominar y de hecho en cada cambio cualitativo, por pequeño que sea, hay una negación del estado anterior de ambos sujetos.

Pero muy importante: esa lucha se da en “unidad” –como categoría filosófica-, que no quiere decir igualdad, identidad ni mucho menos unanimidad, si no participación conjunta desde distintas posiciones. Esa lucha en “unidad”, que encierra intercambio, no puede realizarse desde la separación, desde la ruptura total. La ley se denomina unidad y lucha de contrarios, no por gusto. Continue reading

En torno a los Instrumentos del poderío nacional de los EE.UU.

Por Alejandro L. Perdomo Aguilera

Los instrumentos fundamentales del poderío nacional y de la política exterior y de seguridad de los EE.UU. se articulan en lo fundamental, por los instrumentos militares, políticos, económicos, diplomáticos, ideológicos, culturales e informacionales.

Estos se desarrollan a partir de las prioridades que establece el Estado-Nación para lograr sus objetivos estratégicos a nivel internacional. Mediante su combinación efectiva se logra ejercer influencia no sólo con el uso de la fuerza (militar) o la amenaza de la misma, sino también a través del empleo a fondo de los instrumentos diplomáticos, políticos e informacionales. En este sentido se conforma la política exterior y de seguridad de los EE.UU. para lograr sus objetivos estratégicos.

El uso o combinación de estos instrumentos suele estar condicionado por la coyuntura política, económica o militar que afronte el país, así como por los instrumentos que hayan delineado como preponderantes cada Administración. No obstante, siempre existe una continuidad entre un gobierno y otro, independientemente de que el partido que este al frente sea demócrata o republicano. A fin de cuentas la clase dominante, la elite de poder[1] es la que impone sus intereses prioritarios y en función de ello es que se articulan los instrumentos del poderío nacional.

Por otra parte, cada administración debe trabajar en base al legado dejado por su antecesor, de modo que al término del gobierno de W. Bush, Obama debió esforzarse por emplear instrumentos políticos, diplomáticos e informacionales que mejoraran la credibilidad y la imagen exterior de ese país, sin prescindir por ello de la fuerza militar. Los instrumentos del poderío nacional se combinan y complementan como un complejo de herramientas a utilizar en cada momento, atendiendo a las circunstancias específicas que se afrontan. Continue reading

REPOST: ¡Habrá Revolución!

Por Luis y Sergio Saíz Montes de Oca

…La revolución por su contenido martiano y socialista es enemiga de toda clase de yugo a los valores éticos del individuo y condena cualquier tipo de régimen político donde no se respete el derecho a pensar con libertad. Por eso no puede aceptar ningún tipo de imperialismo, palabra que desde los más remotos tiempos es sinónimo de opresión de hombres por hombres, y condena tanto al que se cubre bajo las formas de un capitalismo draconiano y explotador, como ocurre en los Estados Unidos de Norteamérica, como a los falsos “paraísos del trabajador”, como la Rusia Soviética, no comunista que es otra cosa muy distinta.

Por eso, su posición internacional tiene que ser netamente antimperialista, ya venga del Tío Sam o del “Padrecito de Moscú”. Además, no encaja en nuestra idiosincrasia de pueblo distinto, producto de otros fermentos, otras culturas y otras razas, los sistemas que sirven en los Estados Unidos o en Rusia. […] No queremos ser ni dominados ni dominadores, sólo amantes de la paz y del progreso, y de la efectiva cordialidad internacional propia de los pueblos civilizados no imperialistas.

Los cuáqueros decían: “Ni Rey sobre mí, ni siervos bajo mí”, y a eso aspiramos llegar con la revolución socialista de Cuba, a vivir sin amos y sin siervos, ya que el adjetivo mayor que pueda adjudicarse a un hombre es el de hombre libre.

Donde quiera que exista un ser oprimido, una dignidad de hombre ultrajada; donde quiera que prevalezca la ley de la fuerza sobre la razón; donde quiera que las bayonetas sojuzguen a los hombres; donde se hallen tiranos y dictadores; donde la libertad “ese derecho que tienen los hombres a hablar y pensar sin hipocresía” esté ausente o restringido, en fin donde quiera que la opresión y la injusticia se ceben en las carnes de los débiles, donde manos férreas y llenas de sangre vejen a los hombres… ahí… donde sea, no importa si en la recóndita Rusia o en la cercana América, sin importar clima ni país… ahí donde existan hombres de dignidad y decoro, hombres que prefieren morir a vivir sumidos en oprobios… donde quiera que sea así, ahí…

¡Habrá Revolución!

De: “Cuerpos que yacen dormidos. Obras de los Hermanos Saíz” Editora Abril, La Habana, 1997 (pp. 165-166; 184)

Coletilla de Observatorio Crítico: ¿Qué decir de la intuición, de la sensibilidad de estos muchachos, con respecto al destino de la “URSS” y el “campo socialista” hace 50 años? Los caminos críticos de la izquierda en el enfrentamiento al totalitarismo burocrático, a las oligarquías geopolíticas que usurpan los ideales revolucionarios y las luchas por los derechos de los trabajadores, tuvieron en ellos dos luminosos andadores. Fueron asesinados escasos meses después de la revolución húngara de 1956. Hoy, las juventudes contestatarias e indignadas tampoco creen en padrecitos conductores, ni en restricciones justificadas al decoro… Estos chicos, que escribieron un proyecto de constitución para su Municipio, para que desde él –desde bien abajo y junto a la gente- renaciera la República, probablemente nunca usaron la palabra “autogestión”, pero tenían claro que sin ella no hay ruta a la libertad. No el imposible retorno al punto de partida, sino la conciencia de la radicalidad del cambio necesario, será el instrumento para revalidar hoy las aspiraciones de Luis y Sergio.

Venezuela denuncia "guerra internacional" en Siria (¿y aprecia la "oposición democrática con mét odos pacíficos" como factor de paz?)

Durante más de dos semanas, rebeldes y tropas del gobierno sirio se enfrentan en Alepo

Según informó BBC Mundo el pasado lunes 6 de agosto, el embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Jorge Valero, señaló que las potencias occidentales están llevando a cabo un atropello contra Siria. De acuerdo con la Agencia Venezolana de Noticias, para Valero, en Siria "está en curso una guerra internacional de pequeña escala". "Lo que está ocurriendo en Siria es que no hay una oposición democrática que se proponga sustituir al gobierno por métodos pacíficos, sino que hay grupos armados con apoyo de las potencias occidentales", indicó el diplomático. "No hay que olvidar que Siria tiene fronteras con Líbano, Israel y Turquía, y estas fronteras están llevando armamento y contingentes militares que practican frecuentemente el terrorismo", denunció.

Coletilla de Observatorio Crítico: llama la atención cómo el gobierno venezolano matiza el discurso de la injerencia extranjera con el reconocimiento de que “en Siria no hay una oposición democrática” con planes de toma de poder “por métodos pacíficos”. Dos lecturas pueden derivar de tal retórica: 1) se reconoce que la existencia de una oposición democrática y pacífica PUEDE SER un factor de estabilidad contra el riesgo de la guerra civil y la intervención extranjera, y 2) se desestima que los opositores que concurrieron hace unos meses a las elecciones sirias constituyan una verdadera oposición.