Por Yasmín S. Portales Machado
HAVANA TIMES, 4 de enero Miguel Ángel Ferrer publicó su teoría sobre la causa del avance del VIH/sida en Europa Oriental: la Caída del Muro de Berlín. Es que en el caso de la Europa que fue socialista, la explicación de la creciente presencia de VIH y sida se encuentra () en el colapso de sus economías planificadas y de propiedad social de los medios de producción.
El descubrimiento fue publicado en el blog que mantiene en la web de canal TeleSUR.
Miguel Ángel Ferrer es mexicano, profesor de economía política, analista para varias publicaciones y programas radiales. Las entradas en su blog de TeleSUR se concentran en la política de su nación, y nada hasta ahora le identificaba como investigador o activista contra el VIH/sida.
El post El sida ayer y hoy carece de fecha, pero podemos atribuirlo a la avalancha informativa alrededor del Día Mundial de Respuesta al Sida. Tras un breve repaso del cambio en el impacto de la enfermedad, gracias al desarrollo de los tratamientos antirretrovirales, Ferrer se detiene en dos regiones: África Subsahariana y los países ex socialistas de Europa del Este.
En el primer caso, atribuye el avance de la enfermedad al subdesarrollo post-colonial. En el segundo, a la instalación del capitalismo.
Les advierto que el blog no acepta comentarios.
Luis Rondón paz, activista cubano, publicó una respuesta en su Espacio Cr0. ¿Así que el VIH/Sida en Europa del Este es culpa de capitalistas y neo-nazis? fue colgado el pasado 27 de diciembre, y ya es el post más visitado del Proyecto Arcoiris, donde se replicó.
Rondón Paz impugna la argumentación socio-económica de Ferrer, y afirma que la clave está en la percepción de riesgo que tienen las personas ante la epidemia del SIDA, le acusa de manipulación y concluye citando a Cuba y Brasil como ejemplos de lucha contra la pandemia.
No creo que el modelo de lucha de Cuba desmonte los argumentos de Miguel Ángel Ferrer. Europa Oriental tiene un escenario social, epidemiológico y político muy diferente al que enfrenta el Ministerio de Salud Pública de Cuba, el cual interviene (a través de su presupuesto o del control del los recursos internacionales) en todas las aristas de la pandemia, desde lo clínico hasta lo cultural.
Pero las manipulaciones del post El sida ayer y hoy son flagrantes:
Primero: se presenta la vida en el antiguo campo socialista como un paraíso. Aquellas economías austeras pero sanas, en las que la vida transcurría sin mayores contrastes sociales, () en las que estaban asegurados para todos sus habitantes un nivel y una calidad de vida razonablemente satisfactorios.
Testimonios abundantes dan fe de que las economías de la Unión Soviética y sus satélites eran terriblemente deficientes, y el reparto de la riqueza distaba de ser equitativo, tanto de modo regional como entre los estratos sociales mantenidos por la burocracia estalinista.
Segundo: se tergiversa la gran noticia que dio Onusida este 2012. El informe anual de la agencia indica que el fin de la epidemia es posible, pero el resultado más sorprendente es que el Sida retrocede en África, donde se ha logrado una reducción de más del 50% en los casos de nuevas infecciones por el VIH, y no en el resto del mundo. Igualar las condiciones de África y Europa Oriental es necesario para el vano argumento antiimperialista de Ferrer, pero no es cierto, ni siquiera de modo superficial.
Tercero: presupone que la causa de la expansión del VIH/sida es socioeconómica. Numerosas investigaciones han demostrado que el problema con esta enfermedad, con las enfermedades venéreas en general, son los modelos patriarcales con que generalmente se modela la sexualidad, la violencia sexual sistémica, y el estigma asociado a su padecimiento. Sino, la pandemia habría sido detenida antes en el Primer Mundo.
Con tal argumento, Miguel Ángel Ferrer me recuerda a Thabo Mbeki y Robert Mugabe, quienes han sugerido que el Sida surge de la pobreza, no de la infección por VIH. ¡Menos mal que no se atreve a negar los avances para su tratamiento!
Bueno, supongo que para eso es la libertad de expresión. Solo que a veces se mata con ella.