Una acción afirmativa por la democratización

Por partidarios del Socialismo Participativo y Democrático, Pedro Campos, Miguel Arencibia, Hibert García, Ramón García, Félix Guerra, Orlando Ocaña y otros compañeros

Próximamente se celebrarán en Cuba elecciones para delegados municipales del Poder Popular y posteriormente para delegados provinciales y diputados nacionales. Déficits democráticos lastran la ley electoral 72/1992 y todo el sistema político actual. Crece un consenso: debe ser democratizado. El Presidente Raúl Castro dijo que es necesaria “una mayor democracia para el partido y la sociedad”. Palabras a honrar. No esperemos de otros, lo que debemos hacer nosotros. Hagamos algo concreto. Analicemos.

Para democratizar el sistema, son claves tres demandas básicas compartidas por muchos demócratas, pacifistas, socialistas, patriotas, cubanos todos: 1-Elección del Presidente y el Vicepresidente de la República por el voto directo y secreto de todos los ciudadanos. 2-Ratificación por el gobierno de los Pactos de derechos humanos firmados, readecuación de la legislación a ellos y respeto a los derechos y libertades civiles y políticos y los económicos, sociales y culturales de todos los cubanos, en especial las libertades de expresión, circulación-debate de ideas y asociación. 3-Someter a referendo popular las leyes que afecten a todos los ciudadanos.

Cómo impulsarlas: La ley electoral contiene elementos válidos para su democratización: 1-el voto es secreto, 2-nada impide votar en una columna en blanco y 3- los electores pueden participar del conteo de votos en los colegios electorales (apartado d, Artículo 4, Ley 72)

Hasta ahora, los indispuestos con el sistema político-electoral han optado por no ir a las urnas, echar la boleta en blanco o anularla. La suma de estas tres modalidades, según cálculos basados en datos oficiales, fue de 508 553 electores en las elecciones del 2003 y de 735 581 en las del 2008. El voto no-unido, desobediente, fue de 660 990 (2003), y de 705 440 (2008). Sumadas ambas cifras, llegan a 1 169 543 y 1 441 021, respectivamente.

Si estas consideraciones llegaran a un consenso y a todos, esos votos lograran unificarse e identificarse con esas tres demandas simbolizadas en una D, escrita

en la boleta y luego contabilizarse en forma independiente, se podría saber el voto a favor de la democratización.

De los cubanos de fuera, excluidos del sistema, probablemente la mayoría votaría por esas tres demandas democratizadoras. Si sumáramos el voto interno por la democratización, con el de afuera, igualmente identificado y contado, un % considerable de cubanos estaría manifestando su acuerdo con democratizar el sistema político-electoral actual. Y nadie podría desconocerlo.

Para unos, elecciones y voto se prestan a manipulación oficial; pero lo que realmente la posibilitaría es la no asistencia a las urnas, la boleta en blanco o anularla y sobre todo, no participar en el conteo de votos, lo cual es legal. Para otros, participar en las elecciones legitima el proceso electoral. Pero legitimado está por la alta concurrencia a las urnas, no importan razones.

Hay quienes votan para no ser “marcados” y evitar “represalias”. Pero nadie quedará “marcado” ni puede ser represaliado por ir a votar. El voto es secreto. Votar D, en columna en blanco, permitiría saber cuántos están por la democratización, no importa si la comisión electoral anula ese voto.

Desde este análisis, algunos partidarios del SPD, convencidos de que no hay socialismo sin democracia, iremos a las elecciones; pero para votar D, que simboliza esas tres demandas democratizadoras del sistema político-electoral y participar en el conteo de votos en las urnas. Los defensores de la democracia y los derechos humanos tienen la oportunidad concreta de hacerlo.

Votar D no es una campaña. No está dirigido contra nadie. No es ilegal. No es boicotear. No es desobediencia civil. No hay violencia. Es una acción afirmativa por la democratización.

SPD 118 (40/año 4). La Habana, 10-Septiembre/2012

Manifiesto anarcográfico

Por Erasmo Calzadilla

En un post reciente de HT ocurrió algo intrascendente que me dejó conectado: Un amigo que defiende al régimen con tozudez hizo un comentario lleno de faltas ortográficas (ya se pueden imaginar quién), y otro comentarista, ubicado en sus antípodas políticas, aprovechó para burlarse de él.

Mi amigo se disculpó: “es que estoy escribiendo de madrugada, después de pasarme el día trabajando etc.”

Vean qué cosa: incluso estos que militan en posiciones políticas irreconciliables, hacen una pausa en su bronca para reclinarse a la Ortografía.

Por favor nadie se ofendiera con lo que voy a decir: me resulta patético semejante pleitesía en personas inteligentes. La mayoría de las leyes y disposiciones ortográficas no se fundamentan en la razón, ni en cuestiones prácticas o estéticas; son el mero fruto de la costumbre, y el único motivo para respetarlas es que siempre se las ha.

El respeto a la Ortografía no es, como algunos provincianos suponen, una cualidad propia de naciones cultas, sino de regímenes cristalizados y tiránicos donde la creatividad es vista con recelo.

Todas las lenguas van cambiando con el tiempo, desprendiéndose de lo espurio, de lo que se volvió cascarón inútil y estorba el libre desenvolvimiento ¿A qué tanto miedo pues?

Si la innovación genera ambigüedad o pérdida de sentido ya el asunto es más delicado, pero en muchos casos el libertinaje no perjudica seriamente la comunicación.

No lo dijeron en mayo del 68 pero mejor tarde que nunca: La Rebolusión será ortográfica o no será.

Publicado en HAVANA TIMES

En el núcleo espiritual de la nación. ¡loor y gloria!

Por Félix Sautié Mederos.

El 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe, ha tenido a lo largo y ancho del país un momento culminante durante las tradicionales celebraciones litúrgicas populares del 8 de septiembre, porque la Virgen de la Caridad del Cobre es un signo y un símbolo sembrado en el núcleo espiritual de la nación cubana, que en el transcurso del tiempo se mantiene latente en el corazón del pueblo, por más que se trate de menospreciar o borrar, desde diversas posiciones políticas e ideológicas que se mueven en nuestro entorno nacional e internacional. Ante la fe que le da origen, hay quienes expresan un ateísmo muchas veces profano de sus 400 años de historia y tratan, infructuosamente, de imponer el desconocimiento simplista e inculto así como la negación, porque la Virgen de la Caridad es un lazo de unión de los cubanos como ha expresado el Cardenal Jaime Ortega.

No obstante debo decir que estas voces discordantes que tuvieron su máximo auge en los tiempos en que el Ateísmo Científico era una política refrendada por el Estado, cada vez encuentran menos eco y la verdad sobre la historia y las tradiciones de la Virgen mestiza de todos los cubanos, ha resurgido a los primeros planos incluso oficiales de la vida social, política y económica de nuestra país, en lo que pudiera significarse como un verdadero torrente de espiritualidad cubana de un pueblo que resiste y lucha por su subsistencia en medio de los grandes desafíos que se presentan ante todos los cubanos de adentro y de afuera del país.

La identidad de cualquier nación tiene fundamentos esenciales de índole espiritual y cultural que de ser negados debilitan y ponen en cuestionamiento el núcleo básico que la origina. Ser y sentirse cubano además de haber nacido en Cuba, parte de una determinada identificación espiritual y cultural que va más allá de las concepciones ateas o religiosas que se posean. Ser cubano significa reconocer como suyo el territorio dentro del cual se ha nacido, así como su historia, sus símbolos nacionales, sus tradiciones, sus costumbres, su idiosincrasia y todo un conjunto espiritual que nos identifica. Pienso que quienes no lo reconozcan así, entran en una contradicción insalvable con su identidad y con las esencias de nuestra nacionalidad en el tiempo.

La Virgen de la Caridad, que en los cultos propios de la religiosidad popular cubana se representa a partir de la deidad yoruba OSHUM, diosa del amor y de la belleza ha sido inmemorialmente, desde el hallazgo de su imagen en 1612, un signo de identificación y unidad de los cubanos, asentado en la espiritualidad de los pobladores de nuestro archipiélago caribeño cuando aún no éramos un país independiente. Y, aunque haya quienes lo desestimen, ese símbolo nos ha acompañado por 400 años en nuestras angustias y alegrías así como en nuestras luchas y esfuerzos por la vida, la justicia, el desarrollo y la paz. La Cuba de hoy no es una excepción y multitudinariamente los cubanos volvemos nuestros ojos hacia la Madre de todos implorando amor y paz. El lema central del año Jubilar por los 400 años del hallazgo de su imagen bendita: “A Jesús por María, la Caridad nos Une” sintetiza un deseo y un signo viviente de amor y unidad entre todos los cubanos. Esta es mi percepción personal y quiero dejar constancia y testimonio de mis sentimientos al respecto.

El pueblo masivamente así lo ha ratificado en las explosiones de espiritualidad y de amor que se manifestaron durante la Peregrinación Nacional (2010- 2011) de Oriente a Occidente de una de sus más antiguas imágenes, que es atesorada en la iglesia de Santo Tomás en Santiago de Cuba, conocida como la Virgen Mambisa debido a las versiones que le atribuyen haber sido compañía del los mambises en nuestros campos y maniguas durante las guerras de independencia. En la historia de Cuba son múltiples los relatos que testimonian la presencia activa de la devoción por la Virgen de la Caridad entre los luchadores por nuestra independencia nacional, lo que tuvo su clímax en 1915 con la carta que dirigieran al entonces Papa Benedicto XV los veteranos de la Guerra de Independencia, cuyo documento es una prueba innegable de su respeto hacia la Caridad del Cobre, solicitándole que fuera declarada Patrona de Cuba. Este es un hecho histórico que en mi criterio requiere del máximo respeto.
Ante quienes desdeñan estas expresiones populares, tendría que repetir aquello que los extremos se tocan coincidiendo unos y otros en sus prejuicios, sus rencores e incluso sus odios hacia las creencias religiosas del pueblo y hacia las religiones, especialmente la Iglesia Católica Cubana, que no deberían ser identificadas únicamente con los errores puntuales de las personas que han hablado y actuado en su nombre a lo largo de la historia, sin tomar en consideración la fe y las creencias populares que forman parte esencial del sustento del núcleo espiritual de la nación cubana. El sentido de elite y el sectarismo de quienes se consideran demiurgos con derechos a negar, repudiar y reeducar al pueblo en su espiritualidad, dañan los sentimientos y las esencias de la nación.

La Virgen de la Caridad es acompañamiento y esperanza del pueblo cubano y en este 400 aniversario quiero afirmarme en la devoción popular que la considera Madre de todos los cubanos. Respeto a quienes así no la consideran, pero a su vez pido respeto para una inmemorial devoción popular. La fe de los pueblos está cuajada de misterios inescrutables que tienen mucho que ver con los sentimientos que bullen dentro de las personas. Me sumo finalmente a lo expresado por el Arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez en su reciente homilía por el 8 de septiembre: “Debemos buscar unas relaciones humanas en que la gente pueda vivir y expresar lo que siente, una convivencia en el amor fraternal”, Así lo pienso y así lo afirmo como testimonio de vida, de mi fe y con mi respeto a quienes piensen diferente. ¡Loor y gloria a la Virgen mestiza de todos los cubanos!. fsautie@yahoo.com

Publicado en Por Esto! , sección de cultura, el martes 11 de septiembre del 2012.

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=33&idTitulo=191109

CLACSO publica “Sociabilidades emergentes y movilizaciones sociales en América Latina”

Este libro forma parte de los sostenidos esfuerzos que el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) viene realizando a fin de promover la investigación social y la integración académica regional.
La obra es prolífica tanto por el espectro geográfico que cubre como la perspectiva histórica que asume para poder explicar los fenómenos abordados. También por acudir al testimonio, la crónica y la memoria de experiencias concretas, como complemento valioso de los análisis propiamente académicos.
Producto de la labor emprendida por el Grupo de Trabajo
“Anticapitalismos y Sociabilidades Emergentes”, el texto reúne un amplio espectro de miradas alrededor de los identidades, actores y movilizaciones sociales latinoamericanas.
Lo hace bajo una perspectiva insertada en las luchas de su entorno y su tiempo; que la diferencia de aquellas posturas asépticas que rechazan cualquier forma de compromiso, crítica o disidencia intelectuales.
Dos nociones constituyen los ejes articuladores del libro y del colectivo que lo produjo. La idea de anticapitalismos alude al conjunto de fenómenos y elementos asociados, solidarios y/o
constituyentes de procesos, luchas y movimientos sociales y populares en las dimensiones que niegan, se oponen, problematizan, rechazan y/o frenan, intencionalmente o no, las lógicas de reproducción rectoras de las sociedades contemporáneas.
Lógicas que -fetichizadas en la forma Capital y la forma Estado- estructuran relaciones sociales basadas en la heteronomía y la jerarquización, en sus modalidades de dominación (mando/obediencia, gobierno/gobernado) y explotación (productor/expropiador de la producción).
Por su parte, la noción de sociabilidades emergentes apunta al lugar de las relaciones sociales más elementales, de las interacciones entre los sujetos, las organizaciones y colectivos sociales, como un contenido de prácticas y representaciones colectivas que expresan, en determinadas circunstancias y articulaciones, un cierto potencial anti-sistémico.
Estas sociabilidades emergentes abarcan un mosaico de relaciones sociales fundadas en la horizontalidad, en la tolerancia, en la participación, en la apropiación del valor de uso, en la libertad, en la solidaridad, que de algún modo tratan de expandir tanto en el mundo popular organizado como en lo no organizado dinámicas
auto-organizativas y protagónicas que enfrenten las lógicas dominantes del sistema capitalista y sus administradores nacionales/estatales. ================================
Coordinadores: Armando Chaguaceda Noriega y Cassio Brancaleone. Autores de Capítulo: Paula Camarada da Silva, Dmitri Prieto Samsónov, María Maneiro, Alexander Hilsenbeck Filho, Lucas Gebara Spinelli, Cassio Brancaleone, Mario G. Castillo Santana, Juan Diez. André Videira de Figueiredo, José Vicente Quino González, Armando Chaguaceda Noriega, Pedro Henrique de Moraes Cicero, Blanca S. Fernández, Rafael Uzcátegui.

Mi Círculo Social

Por Rogelio M. Díaz Moreno

A raíz de una actividad por el día de los niños, me interesé por el círculo social que, como trabajador del sector de la Salud, tengo derecho a asistir.

Debe partirse de los años ´50 del pasado siglo, cuando existían en este país clubes que tenían instalaciones para el baño en el litoral del barrio habanero de Miramar y otras actividades recreativas. A los cubanos nos enseñan en las escuelas que estos eran centros privados y símbolos de la exclusión de la mayoría menos favorecida de la sociedad. Y que gracias a la Revolución, que los nacionalizó desde los primeros tiempos, hoy todo el pueblo los puede disfrutar.

Algunas personas mayores te matizan un poco esta imagen. No solo existían los clubes de ricachones exclusivos donde para ingresar, además del dinero, había que lucir de raza blanca. También se podía encontrar clubes propiedad de determinados sindicatos, y los trabajadores del ramo respectivo podían ser socios. El caso es que todos fueron nacionalizados por el gobierno establecido después de 1959. Ahora estos círculos trabajan asignados a los distintos sindicatos que se agrupan bajo la sombrilla de la central oficialista del trabajo.

El círculo social obrero (CSO) Otto Parellada viene a ser el correspondiente a los trabajadores de la salud. Es este club el que nos toca y al que podemos ir. No al que está a su izquierda, que creo está asignado a una rama de la industria; menos aún al de su derecha, dedicado a los miembros de las fuerzas armadas y sus trabajadores civiles.

Zambullirse en el mar es una de las mejores y más sencillas opciones recreativas en Cuba. A nosotros, las playas de Santa María nos quedan a 3 horas en autobús, y los pedazos libres de litoral cercanos a nuestra casa son de un diente de perro incomodísimo. El CSO Parellada nos queda bien cerca. Su pedazo de litoral, sin llegar a ser playa, es mucho más cómodo que el diente de perro, pues el fondo rocoso es mucho menos áspero y lo tachonan algunos parchecitos arenosos. Al agua se llega por franjas escalonadas de hormigón, con algunos sectores derruidos por la fuerza del oleaje, a lo largo de muchos años. Dos espigones se internan una treintena de metros en el mar, brindan cierto amortiguamiento a la marejada y ofrecen otros accesos al agua. A algunos metros de esta se extienden unas áreas de arena con sombrillitas y existen los esperados puntos de ofertas gastronómicas básicas. Además de la playa, hay unas canchas de pelota vasca, una de voleibol de playa y se pueden alquilar otros juegos de mesa. Para los sábados por la noche, es posible reservar una mesa en un gran salón, que cuenta con un consumo de platos ligeros y un poco de bebida y se puede bailar un rato.

La pasamos bien el primer día, así que me embullé. Pasé el pedacito de burocracia requerido para asociarme a mi club, y empezamos a ir de vez en cuando. Habremos ido siete u ocho veces en este verano en total. Ahora, veamos qué malagradecido soy, que voy a empezar a quejarme.

Ahora que acabó oficialmente la temporada vacacional, ya no puedo acceder más al CSO. Hasta el mes de julio del próximo año, los trabajadores que somos los socios y dueños de este club, ya no podemos presentarnos a la puerta, mostrar el carnet y entrar libremente. Esa posibilidad solo se nos abre en los meses de julio y agosto. El resto del año, solo se reserva para actividades organizadas y asignadas centralmente por mecanismos relacionados con la administración burocrática de los asuntos de este país. Si soy tan insensato que quiero ir a la playa en esos meses de abril, mayo y junio en los que hace tanto frío en Cuba y cae nieve, tendré que dispararme tres horas de autobús hasta Santa María o el diente de perro de la calle 70.

Pues sí, como vemos, mi propiedad solo es mía durante julio y agosto y no todos los días. Cómo puedo ser tan cruel, que aspire a que los empleados de mi club trabajen todos los días de esos dos meses, para mí, sin descanso. Si se nos antoja en familia, si Rogelito me lo exige, darnos un baño de mar un lunes durante esos meses: al diente de perro de 70 o las tres horas de autobús.

Entonces, de martes a domingo en julio y agosto, el CSO nacionalizado para mí, está a mi servicio en cierto horario no muy extenso. Abren a las 9 am, cierran a las 4pm, ni un minuto más. En mi carácter de dueño, me corresponden para el baño de mar en el CSO las horas del día de mayor fuerza de la irradiación solar que en nuestro clima. Como se sabe, tal intensidad sobrepasa un poquito lo recomendable para la buena salud. A los que nos apetece el baño cuando el sol es un poco menos violento ya saben lo que nos toca.

Un par de lindos detalles más para aquilatar bien el privilegio que tengo al ser dueño de este CSO. Cuando dije presentarme a la entrada, no me refería a la puerta principal. A los trabajadores comunes del sistema de salud nos toca el portón lateral de servicios. Y una vez dentro, lo que primero se encuentra uno, es otra evidencia de que el club tiene una segunda categoría de dueños, pero más elevada que la mía. Allí existen también un par de piscinas aisladas con una cerca muy seria y una puerta donde severos guardias permiten entrar a los dueños de primera y nos mantienen alejados a los dueños de segunda. Los trabajadores del CSO son corteses y lo tratan a uno amablemente, pero cumplen ciertos reglamentos estrictos. El acceso a la piscina es por mecanismos de reservación que se escapan de las posibilidades del trabajador simple. El secretario sindical del centro donde uno trabaja podría pugilatearle a uno tal vez esos accesos, pero tendría que atravesar varios calvarios burocráticos que parecen establecidos para convencernos, a los dueños de segunda, de que nos alejemos de ahí.

Imagen: Piscina con cercas

En otra situación, tales evidencias de tu estado de inferioridad bastarían posiblemente para convencerte de que no eres bienvenido y te vayas. Pero ya hemos contemplado que las alternativas no son buenas. Aún excluido de la parte VIP de mi club, aún en horarios restringidos durante los días y meses del año en que se dignan dejarnos entrar por la puerta de los criados, no nos dejamos amilanar y disfrutamos del amplio, azul y libre mar.

Imagen: Baño en el mar

Comienza el lunes el Seminario de Semiótica de la Cultura por el Prof. Manuel Cáceres Sánchez en el Centro T eórico-Cultural Criterios

Ciudadano Cero

Por Norge Espinosa Mendoza

No voy a estar en Cuba mientras el fragor del nuevo censo de población vaya puerta por puerta. Me perderé la oportunidad, entonces, de recibir a la persona que irá a mi casa para convertirme en un número, en una estadística que algo dirá sobre lo que somos en Cuba ahora mismo. Un número tras el cual estará la biografía de todos los que hagan ese gesto, con la esperanza de quedar como una marca en el mapa vivo del país. Hace ya varios meses nos habían advertido que las relaciones entre personas del mismo sexo no estarían contempladas en dicho repaso, que los homosexuales y lesbianas que tuvieran el arrojo de asumir la naturaleza de sus enlaces ante los encargados de esta operación, quedarían encubiertos por una voluntad nada relacionada con lo poco o lo mucho que hemos ido ganando sobre todo a partir del 2008, cuando comenzó a reconocerse en Cuba el Día Mundial de Lucha contra la Homofobia y parecieron removerse ciertos pedazos de la moralina tropical para que tuviéramos un rostro en ese mismo conglomerado que bajo el sol ardiente y tantas circunstancias que a otros pueden parecer insólitas, nos unen en diversos tipos de batallas.

La negativa de la oficina que realiza el censo a asimilar la verdad de estas parejas se escuda en la impersonalidad de las cifras, en el simple conteo, pero como han detectado varios activistas, es una maniobra que genera una mayor carga de oscuridad sobre lo que creíamos ganado. La cadena de contradicciones, demoras, esperas vacías, que sigue atentando en la Isla contra el reconocimiento natural y pleno de un hecho que sería ridículo negar ya, gana con este elemento un nuevo punto de apoyo, al que deberían haber respondido ciertas instituciones relacionadas con este batallar, y que no se han expresado como sus agendas debieran confirmarnos. En otros sitios del mundo, esto bastaría para que hubiera alguna protesta ante la fachada del organismo que emite el censo. En Cuba, nos queda el estrecho margen que blogueros, activistas, periodistas muy comprometidos, quieran dilatar para que esta estrategia no los reduzca a simples dígitos.

¿Qué puede significar en Cuba estar al margen de lo que el censo representará, si esta no es más que otra fórmula de invisibilización acerca de la calidad y las carencias auténticas de lo que somos? Poco o mucho, porque el censo puede ser apreciado solo como dato frío, pero también exigiría un grado de responsabilidad hacia esos rostros, esas parejas, esas vidas que se enfrentan diariamente a la homofobia institucionalizada, la misma que apela a estos actos para recordarnos su peso. La ingenuidad no debiera acompañarnos para que recibamos pasivamente este tipo de rechazos. Vivir en Cuba da el derecho a todos sus ciudadanas y ciudadanos a estar ahí, en ese conteo, y más, nos da el derecho de reconocer el modo en que vivimos por encima de estrecheces tanto morales como económicas, en pro de un respeto básico a la individualidad que encarnamos ahora mismo en la Nación. El dejo político que se oculta tras esta nueva negativa, el retardamiento de un punto de asunción que algunos han manejado con veracidad y otros hipócritamente cuando se acercan ciertas fechas y parece estar bien, ser correcto, hablando de la supuesta capacidad ya ganada para que tengamos como una pieza más en nuestro entorno a gays, lesbianas, transexuales, pacientes de VIH/Sida, etc., nos recuerda cuánto falta en el país para que en verdad seamos algo más que un número, una mano que se levanta junto a otras unánimemente en gesto mecánico, una voz confundida con las otras voces.

Lo conseguido en esta lidia no debiera reducirnos a Ciudadano Cero, de ahí mi apoyo a las ideas que varios de estos activistas han ido disparando contra el silencio que emanaría de esos reportes. Seguir callados o cruzados de brazos ante la manera en que nos anulan, nos editan como a ciertas escenas de seriales televisivos, nos mezclan impunemente con otros conceptos sin haber siquiera indagado en lo que quisiéramos o no participar, es una actitud a la que hay que enfrentar con radicalidad e inteligencia. Incluso cuando, como ahora, ya ha bajado por mandato el concepto de registro para este censo, y parezca imposible torcer el criterio retrógrado con el que, evidentemente, se sigue pensando la realidad en ciertas esferas.

El censo es apenas un símbolo de ello, y aunque parezca ingenuo colgar una bandera del arcoiris en un punto visible de la casa para al menos inquietar a los “censores”, va mi apoyo por esa provocación. La vida cubana, la que se explica en términos oficiales, está necesitada de ello. No quiero ser un Ciudadano Cero. Ni siquiera ahora que, por unos meses, estoy fuera de mi país, donde me repito una y otra vez aquello de “I am what I am”.

Es lo que lamento al no poder abrir la puerta a quien quiera saber quién soy, con cuántas personas vivo, mi edad. Etcétera. No quiero ser un número. Pero si quiero ser una persona dispuesta a reconocer lo que soy, y que no se me arrebate mi derecho al deseo. A desear el cuerpo que se me antoje. Me hubiera encantado recibir a ese hipotético encargado del censo envuelto apenas en mi bandera cubana.

Pensar a China 22 años después de Tiananmen

Por Taller Libertario Alfredo López

Para la Cuba de hoy, China no es sólo uno de los socios comerciales más importantes de la isla, es también uno de los nuevos modelos referentes con los que la clase dirigente cubana está actualizando su capitalismo estatal.

Es por lo anterior que la desinformación sobre las crudas contradicciones que se están produciendo en China es una de las piezas claves en el actual orden en curso en nuestro país.

Así, audiovisuales producidos por televisoras del capitalismo global, con todas sus limitaciones e intenciones antagónicas a las nuestras, nos ofrecen más información de esa sociedad que todo un año de la televisión cubana revolucionaria.

A mediados de abril de 2011 realizamos en una sesión del Taller Libertario Alfredo López un diálogo abierto, a propósito de los veintitrés años de la masacre de la Plaza Tiananmen.

Ahora queremos compartir lo que ocurrió en aquel encuentro del año pasado, más los audiovisuales “Tiananmen” y “Good bye Mao”, realizados por el Canal 2 de la Televisión Española, con la esperanza de que estos materiales sean una contribución al propósito mayor que nos anima a muchxs de pensar y experimentar una vida individual y colectiva con justicia y sin opresiones, sin explotadxs ni explotadorxs, sin dirigentes, ni dirigidxs.

Estaremos este sábado 8 de septiembre, a las 2:00 PM, en la glorieta del Parque de H y 21, en el Vedado capitalino.