Exhibición del documental "No es el camino. Violencia infantil" de Eric Corvalán Pellé

“No es el camino, violencia infantil”, documental de Eric Corvalán Pellé, será presentado este martes 25 septiembre, a las 2pm, en la sede del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero: Calle 35, N.3607, altos , entre 36 y 42, Playa, La Habana.
La entrada será libre.
Por favor, circulen esta información entre sus contactos.

Comienza el lunes el Seminario de Semiótica de la Cultura por el Prof. Manuel Cáceres Sánchez en el Centro T eórico-Cultural Criterios

El Simposio de hip hop cubano ha muerto

Por Sandra Álvarez Ramírez


Recientemente, y lo digo con cierto pesar, hemos asistido al enterramiento de un cadáver: el del Simposio de hip hop cubano, al menos en su espíritu primigenio.

En lo que sería su novena edición, el proyecto creado por OBSESION tuvo a bien, en el agosto que casi termina, llegar a su fin, luego de la languidez e incoherencia que singularizó al que fue por varios años, el único certamen teórico cubano acerca la cultura hip hop.

Surgido en 2005, bajo el proyecto La FábriK_a, el Simposio fue el principal legado de OBSESION al, también extinto —desde mucho antes la verdad— movimiento cubano de hip hop. En La FábriK_a se aglutinaron un conjunto de artistas y activistas quienes también desarrollaron otras iniciativas de corte comunitario.

El evento tuvo ocho emisiones anteriores (una como jornada, en el año 2009, momento en que pasó a ser coordinado por la Agencia Cubana de Rap), cada una mejor que la anterior, a excepción de la más reciente, que, por falta de la calidad de la propuesta, podría ser la última.

El objetivo con el que nació el Simposio era propiciar el intercambio entre los proyectos de las diferentes provincias, para lo cual se movilizaban una serie de recursos —en un inicio gestionados de manera autónoma— y de personas.

Por eso, desde La Habana se convocaban a artistas y activistas de las diferentes zonas de la Isla, para la exposición en plenaria de cada uno de los proyectos que ellos desarrollaban en sus comunidades.

El Simposio celebrado del 15 al 19 agosto del 2012, nada tuvo que ver, ni siquiera en inspiración, con los objetivos que le dieron lugar. Prueba de ello es que en este los nacionales no fueron el plato fuerte de la jornada, sino los proyectos que vinieron “de afuera”, una diferencia para nada sutil y que mella la intención inicial del encuentro, a pesar de que muchos cancelaron a última hora.

Con anterioridad, sin desdeñar la participación de artistas extranjeros, —por acá estuvieron Vox Sambou, Intikana, Queen MZinga, entre muchos otros—, se privilegiaba la presentación de los nacionales, tanto en los paneles teóricos, talleres como en los conciertos.

Como participé en la organización del evento en el 2011, conozco a fondo cómo se batía el equipo de producción para conservar el principio de que no había Simposio sin la presencia de los proyectos de las provincias y municipios de la Isla. No sé cómo lo lograban, pero lo cierto es que se trajeron a varias agrupaciones —TNT, Las Positivas, Golpe Seko, Kausa Justa, Sentimiento Rapero, El Ciudadano, Nacidos en el asfalto, El Skeche, Equilibrio, La Skina, Dos veces yo, entre muchos otras—, garantizándoles, no sin contratiempos, la transportación y la estadía en la que llaman “la capital de todos los cubanos”. Sencillamente, el hip hop cubano era el protagonista absoluto de las sesiones.

En la emisión del presente año, los proyectos extranjeros ocuparon el lugar que por merito propio le corresponde al hip hop nacional (es un evento hecho en Cuba para los y las cubanas), lo cual incluye tanto el panel celebrado durante la inauguración como la cobertura de prensa.

Me detengo entonces en las presentaciones artísticas, las que, sin ser el pollo del arroz con … del Simposio, sin dudas, concentran la atención del público. Programar a cada uno de los proyectos era casi un acto de buen tino y honestidad, pues quienes de eso se encargaban sabían que para el Cine Riviera se quedaban las propuestas más consolidadas, dándole la oportunidad, sobre todo, a las agrupaciones que, por ser de otras provincias, no tendrían la posibilidad de presentarse en un emplazamiento de tal magnitud.

Por su parte, el teatro de la Casa de Cultura de Plaza quedaría reservado para los noveles, sin que eso condujese a pérdida de la calidad del espectáculo. Ciertamente se comportaba como un espacio más flexible y gratamente improvisado (como lo es el propio rap) para la presentación de los proyectos más jóvenes.

Programar también significaba balancear los espectáculos, y en labores producción, lograr las condiciones ideales para las presentaciones: sonido, luces, pantallas, y hasta etc.

Sin embargo, el Simposio 2012 se distinguió por la nula calidad de las presentaciones artísticas; una de ellas abortada, en plena función, por la rotura del sistema de audio. Espectáculos deslucidos, hilvanados a la fuerza, conducciones improvisadas, en fin: la falta de profesionalidad campeo por su respeto. Y lo peor, ¡el público se dio cuenta!

Ni hablar de los talleres, el más celebre de ellos, el de género, quizás el único que se realizaba en el país anualmente con una marcada presencia de hombres (nada usual para un taller de esta índole), desapareció del programa.

OBSESION tenía bien claro el rol de la cultura hip hop, de los artistas y activistas en especial, en la equidad de género. Por eso, en más de una ocasión, la agrupación brindó sus propias líricas para realizar los esperados análisis de contenido donde se revelarían los prejuicios sexistas, homofóbicos y misóginos.

Por demás, el taller de género fue el único que se realizó de manera sistemática en cada emisión del Simposio.

Sin embargo, que no haya sido considerado esta vez no constituye, para mí, una sorpresa. Mucho más estupor me causó conocer que en las propias instalaciones del Instituto Cubano de la Música, específicamente en la Agencia Cubana de Rap, su subdirector Roberto Rossel, revirtió, en un segundo, uno de los propósitos del taller de género: la visibilización y enfrentamiento de la violencia de género, por parte de hombres y mujeres, artistas y activistas.

Dicho funcionario, en un acto que aun no ha sido suficientemente reparado, atacó física y verbalmente a su jefa. Por supuesto que a él no le conviene que las mujeres raperas (o no) se empoderen. Además, congratulo a la facilitadora que tenga el don para lidiar con este macho abusador, quien por el cargo que ocupa, se encargó, este año, de la coordinación del Simposio.

Otro rasgo que singularizó al evento fue que transcurrió ajeno a los intelectuales, activistas, artistas y gestores culturales que durante las emisiones anteriores soportaron teóricamente, espiritual y presencialmente el evento y quienes en ocasiones funcionaban como bujías inspiradoras: Gisela Arandia, Tato Quiñones, Roberto Zurbano, Nehanda Abiodum, Norma Guillard, Tomás Fernández Robaina, Joaquín Borges-Triana, entre otros.

Al final, tenemos la certeza de que al Simposio de hip hop cubano, aquel evento cuya celebración esperábamos ansiosamente en cada agosto, ha muerto.

Publicado en Havana Times

La otra ceguera

El post La otra ceguera es de autoría de Yusimí Rodríguez

La otra ceguera

Voy a contar una historia de amor que puede resultar un poco cursi, pero que me encantaría haber escrito. La historia de un hombre que provoca un accidente en el que muere su esposa, lo que sería suficiente tragedia para una historia de amor. Pero en el accidente pierden la vida otras seis personas.

¿Cómo se vive tras la pérdida de un ser querido? ¿Cómo se vive con el peso de siete muertes en la conciencia? Intentando salvar otras siete vidas. Ese es el propósito del protagonista de esta historia. Repartirá sus bienes y sus órganos a siete personas. No se tratará sencillamente de siete personas que lo necesiten, sino de siete que lo merezcan. ¿Quién decide esto? A falta de Dios, él mismo. Tejido pulmonar, hígado, riñón, córneas, médula ósea, su propia casa (vivirá en un cuarto alquilado hasta el momento del último paso): donar su corazón. Hasta aquí no hay problemas. No le interesa vivir después de haber perdido, por su propia culpa, a la mujer que amaba.

Como he dicho, debe decidir quiénes, entre varios candidatos, recibirán sus órganos. Para eso, necesita conocerlos, ponerlos a prueba, sin hacerles saber nunca que es su posible donante. ¿Qué sucede? Unos segundos para que adivinen. A estas alturas, con tanto entrenamiento en cine de Hollywood, no debe ser difícil. Nuestro héroe se enamora de la mujer que necesita su corazón.

Perdón, había olvidado aclarar que hablaba de una película: Seven pounds, exhibida en Cuba bajo el título Siete almas. ¿Por cierto, mencioné el color de la piel del protagonista?

Si usted ahora me pregunta qué tiene que ver el color de la piel esta historia, me veré obligada a responderle: absolutamente nada. Y de eso se trata precisamente. El protagonista de esta película es Will Smith. Un actor negro, en una película que no tiene nada que ver con racismo, en la que no está interpretando a un personaje real que es negro. No se trata del socio negro del héroe blanco; del negro que garantiza que el film sea políticamente correcto. Es simplemente un actor negro, en una película en la que no hacía falta un actor negro. ¿Por qué?

Durante años, he tenido en la mente una escena bestial, de una película bestial: Tiempo de matar (ignoro el título en inglés), y para contar esta historia era preciso que el actor, aparte de ser bestial, fuese negro: Samuel Lee Jackson.

La historia: Dos hombres blancos violan a la hija pequeña de Jackson (no recuerdo el nombre del personaje). Los cogen presos, pero como la justicia es sorda, muda y ciega, es comprensible que se enrede en el camino, sobre todo si estamos en el sur de los Estados Unidos, los perpetradores son dos hombres blancos y la víctima, una niña negra. El padre decide tomar un atajo: cose a los violadores a balazos. Y como la justicia es sorda, muda y ciega, y estamos hablando del sur de los Estados Unidos, le toca ser juzgado por asesinato en primer grado, por un jurado compuesto por personas blancas. Su abogado, también blanco, no encuentra una defensa eficaz para salvarlo de la pena de muerte. Negro, te salaste.

La escena: Alegato final de la defensa. El abogado relata a los miembros del jurado la historia de una niña que va a comprar unos huevos que le encargó su madre, y en el camino de regreso, dos hombres la violan repetidamente, la golpean, orinan sobre ella. La niña sobrevivió a esta salvajada y tal vez la olvide; tal vez quede solo como una pesadilla de la que logrará despertar cada mañana. Pero al despertar, cada mañana, le faltará la visión de un ojo, nunca será capaz de tener hijos. El abogado deja que todos los detalles morbosos (y monstruosos) calen en la mente del jurado, y entonces deja caer la frase lapidaria de la película: “Ahora imagínense que es blanca”.

Porque de eso se trata. No de un negro que acribilló a unos blancos que violaron a su negrita; sino de un padre al que cegó la rabia contra dos hombres que violaron a su hija.

No se trata de un negro que provocó un accidente en que murió su negra y otros seis; sino de un hombre que ha tenido que vivir con el dolor de la pérdida y el peso de su conciencia; de un hombre que vuelve a enamorarse cuando cree que no merece estar vivo, ni tiene motivos para estarlo.

¿Por qué Will Smith es el protagonista? Porque es un tronco de actor, que casualmente, es también un hombre negro.

Por cierto, y sin que venga al caso, el director de la película, es un hombre blanco.

También sin que venga al caso, deseo referirme a un texto que apareció en la revista digital Esquife, hace seis años. Su título es “Nuestra ceguera blanca” y ahora aparece al menos en dos blogs y no sé cuántos sitios de Internet; una revista y dos antologías impresas. Es casi un riesgo intentar cogerle las costuras a un texto tan elogiado. Voy a correr ese riesgo.

A propósito, soy la autora de “Nuestra ceguera blanca”.

Una debe preocuparse cuando escribe algo y enseguida aparece gente que la felicita y le da palmaditas en la espalda. Una debe alegrarse, es humano alegrarse, pero una debe también preocuparse al menos un poquito y releer lo que escribió.

Ahora, quisiera que al menos una lectora de ese texto me hubiese preguntado con qué derecho cuestiono que una mujer negra se desrice su pelo, sobre todo si lo hace con su dinero. Quién soy para decirle a usted cómo debe asumir su negritud. Quién soy para decirle que debe asumir su negritud. ¿Llevar el pelo crudo, sin desrizar, es sinónimo de ética, honestidad? En algún momento, el afro y los dreadlocks fueron símbolos de orgullo de la raza negra. Para muchas personas aún lo son. La forma de llevar el pelo puede tener un contenido muy político o responder a una simple moda. Pero si algo me han demostrado los últimos meses, es que con la ética y la honestidad, la forma de llevar el pelo tiene muy poco que ver. Incluso con el talento, la ética y la honestidad tienen muy poco que ver.

En otro momento de “Nuestra ceguera blanca”, hablé de mi corta experiencia como modelo. Insinué que la cortedad de mi carrera se debió al hecho de ser negra. No lo dije directamente; no habría sido tan efectivo. Ni verídico, nadie me dijo nunca que tenía que abandonar la Maisón por ser negra. Lo que escribí: que prescindieron de mis servicios por ser demasiado bajita, y que otras muchachas de mi estatura permanecieron en la Maisón, y eran blancas, es cierto. Pero la relación entre esos hechos no pasa de ser una suposición, que podría ser cierta o no. Nunca lo vamos a saber. Lo cierto es que si iba a referirme a mi etapa como modelo, también pude haber mencionado que varias personas (incluso alguien de piel blanca) trataron de hacerme regresar al mundo de la moda. ¿Por qué no lo hice? Me faltó valor para luchar por mi sueño; o no era mi sueño. Otras modelos negras de este país alcanzaron el éxito (tanto éxito como le es posible alcanzar a una modelo en este país). Si enfrentaron manifestaciones de racismo, solo podrán decirlo ellas. No lo dudo. Pero eso no les impidió llegar a donde querían.

A veces tengo la impresión de que las personas negras solo somos capaces de hablar de la cuestión racial, el racismo. O de que solo nos creen capaces de hablar de la cuestión racial. O de que estamos obligadas a hablar de la cuestión racial. ¿Cómo es posible que haya publicado tres textos de no ficción, y los tres tengan que ver con la cuestión racial? ¿Cómo es posible que la única vez que alguien me ha pedido que escriba un texto para una publicación, me haya pedido que escribiera un texto sobre el cabello de las personas negras, o sea, en el fondo, la cuestión racial; que mi primer texto para el sitio digital Havanatimes, fuera un texto sobre racismo; que ahora esté escribiendo sobre lo mismo?

Somos víctimas de otra ceguera, una ceguera que a veces nos impide ver otra cosa que el racismo, que nos confina a un tema, que nos impulsa a la catarsis. Lo peor, esa catarsis es humana y casi inevitable. E incluso, necesaria.

Demasiado tiempo, hemos padecido un gobierno-partido que alardeaba de haber eliminado el racismo y no estaba dispuesto a admitir su fracaso en este campo (como en otros tantos). Demasiado tiempo, hemos tenido que escuchar que encima estábamos en deuda, y muchos lo creen, por su ignorancia, nuestra ignorancia, de la historia. Demasiado tiempo, hemos padecido una profunda ignorancia de la historia. Demasiado tiempo, hemos esperado que los medios oficiales, voceros del gobierno-partido, considerasen oportuno el tratamiento del tema. Demasiado tiempo, hemos esperado la oportunidad de sentarnos ante la pantalla grande (o la chica, no exigimos tanto) a ver actores y actrices negras interpretando, no a negros o a negras, sino a seres humanos.

Demasiado tiempo, esperamos que llegara el año de los afro descendientes, que por cierto llegó y como todos los años de nuestras vidas, pasó. ¿Qué nos dejó?

Hora de detenerme y respirar. Estoy haciendo catarsis.

No han quedado muchas otras alternativas. No seré quien diga cuando dejar de hacer catarsis, solo puedo intentar detener la mía. Me aterra la posibilidad de regodearme en el papel de víctima, de no querer ser otra cosa que víctima, de limitarme y permitir que me limiten a hablar de la cuestión racial.

Cuidado, y sé que esta idea podría traerme enemigos (si no los tengo ya) con regocijarnos porque de pronto haya más personas negras en el Buró Político del único partido que existe en el país. El poder sigue siendo el mismo. Sobre todo, cuidado con pensar que el mundo sería mejor si hubiese más personas negras en posiciones de poder. Quisiera yo que fuese tan simple, solo que el mundo es más complejo que eso. Los seres humanos somos más complejos que eso. Si una verdad me ha golpeado la cara en los últimos años, con más fuerza en los últimos meses, es que el color de la piel no es un mérito. Ser hombre o ser mujer no constituye, en sí mismo, un mérito. Dicho esto, no espero los halagos y las palmaditas en la espalda que recibí por “Nuestra ceguera blanca”. Una debe decir lo que piensa, aunque se quede sola, sin que eso duela demasiado. Una debe decir lo que piensa, aunque se quede sola y le duela demasiado.

Si a estas alturas del texto, alguien me lee, quisiera volver a hablar de amor, de tragedias humanas que nos afectan tanto a blancos como a negros. Hace un año, o poco más, vi la película “Cosas que perdimos en el fuego”, protagonizada por Hale Berrie, Benicio del Toro y David Duchovni. Cuando arranca el film, Hale es la esposa de Duchovni y tienen dos hijos. Una pareja interracial con hijos, en los Estados Unidos. Una historia que promete, excepto que ese no es el tema de la película. De eso no se habla en la película. Se habla de amor, de amistad, de adicción. Benicio del Toro, mejor amigo de Duchovni, es un adicto a las drogas. Duchovni es el sostén de su esposa y de su amigo. Duchovni quiere ser el sostén del mundo. Interviene en una pelea matrimonial, o más bien en una golpiza matrimonial que un tipo propinaba a su pareja. Termina recibiendo un tiro. Es la historia, una mujer que queda sola con sus dos hijos; un drogadicto que pierde a su mejor amigo. Dos personas que intentan sobreponerse a la pérdida y seguir adelante. Dos personas que intentan ayudarse a vivir. Dos personas que sufren el dolor de la existencia, un dolor que nos parte a todos, negros y blancos. Nadie escapa.

No cuento el final, solo un detalle curioso que me aportó una amiga super cinéfila. Se había pensado en una actriz blanca para el personaje femenino. ¿Y por qué no? Esta no es una película sobre la esclavitud en los Estados Unidos, o sobre la discriminación racial posterior a la esclavitud en los Estados Unidos. Hale Berrie tuvo la oportunidad de leer el guión y decidió que el personaje era para ella. ¿Por qué no? Esta es una historia de amor, amistad, pérdida. Lo que se requería para contarla era una buena actriz, una tremenda actriz. Hale Berrie lo es. Fuente: www.vercuba.com

Este viernes 17: Reggae en Alamar por Marcus Garvey

Por Regina Cano

HAVANA TIMES — Al parecer, los Alamareños y todos aquellos a quienes se les ocurra asistir, disfrutarán de un Concierto de Reggae en homenaje al 125 aniversario del nacimiento de Marcus Garvey.

Este homenaje, que por primera vez ocurrirá en Cuba, tendrá lugar en el Anfiteatro de Alamar, el viernes 17 de agosto entre las 8:30 PM Y 11.00 PM, con un Cover de 5.00 pesos MN. Un género común para grupos de músicos de La Habana, quienes “vienen trabajando en uno de los géneros más representativos del Caribe y menos promocionado en Cuba”. “Sus influencias y aportes a la nueva generación de la música popular son de nuestro interés, así como visualizar una muestra de sus exponentes en La Habana” –explican los organizadores en un promocional. “El homenaje al nacimiento de Marcus Garvey…” será realizado por “…un Grupo de Artistas y Promotores de la Música, con la colaboración de la Dirección Municipal de Cultura de Habana del Este…” –contiene la nota.

Algo más

Según un dato poco conocido, Cuba estaba incluida en la ruta de La Línea de buques de la Black Star Line –fundada por Garvey- para el Regreso a África. Esta ruta incluía a Santiago de Cuba y Banes, en Holguín –lugares de mayor población anglocaribeña y descendientes de esta- donde tuvo mejor aceptación la idea del “Regreso…” cuando Garvey estuvo en Cuba, aproximadamente en el 1921. Marcus Garvey, quien creó el movimiento “Regreso a África” -la Tierra Ancestral- y fundó La Asociación Universal para el progreso de la raza negra y La Liga de las Comunidades Africanas. Sorprendente, interesante y bueno es que en Cuba se celebre la fecha del nacimiento de Garvey -como en otras pocas tierras- para recordar el paso por la historia de una Idea, Esperanza o Ilusión en la que se vieron involucrados negros de América y el Caribe, como un reclamo a aquellos que los arrancaron de sus tierras o un rehacer su destino.

Actualización: se prevé que actuarán 7 SELLOS, HORMIGA BRAVA, SIN SEMILLA, TIERRA QUEMÁ y DAVID D´OMNI. La guagua para Alamar sale a las 8 pm desde alrededores del Capitolio.

Publicado en Havana Times

Beso lésbico Listo para Lucas o Nueva escaramuza contra la homofobia

Por Francisco Rodriguez Cruz

Nunca pensé que iba a estar tan atento a un programa musical ni tampoco a un beso lésbico, pero finalmente esta noche entre todas y todos ganamos otra escaramuza contra la homofobia, cuando la Televisión Cubana exhibió el video clip Ser de Sol, del dúo Buena Fe y Descemer Bueno, bajo la dirección de Ian Padrón.

Poco antes de salir del periódico esta tarde descubrí en Facebook el mensaje de Orlando Cruzata, creador del proyecto artístico de los Premios Lucas para estimular ese género audiovisual en la Isla, quien anunció el demorado estreno, el cual acaba de acontecer este miércoles dentro del espacio Fuera de Rosca, en uno de los horarios estelares del canal Cubavisión.

Desde hace varios días, la polémica sobre una presunta censura de este video clip comenzó a movilizar opiniones en sitios digitales alternativos, redes sociales y páginas personales, en otra pelea mancomunada contra los prejuicios desde múltiples y muy diferentes voces y por variados motivos también, a partir de la denuncia que lanzó Israel Rojas, director del Dúo Buena Fe.

Por fortuna, parece que esta vez primó la cordura y el cumplimiento de la política del Partido sobre el respeto a la diversidad sexual, y heme aquí frente a mi televisor chino Panda, feliz como un bobo por la escena de amor entre las dos muchachas, en nuestra televisión pública y estatal.

¿Y sucedió algo? ¿Alguien infartó? ¿Colapsaron las pantallas? Al parecer, nada así ocurrió.

No concibo entonces mejor resumen para este nuevo lance a favor de la educación de la población cubana en el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género, que el comentario hecho esta tarde por el propio Orlando Cruzata, el cual reproduzco a continuación:

Mis amigos, lo que no podemos es dejar el espacio nuestro a la indiferencia, lo que no podemos es quedarnos callados ante los caducos pensamientos que nos lastran el futuro de nuestros hijos, lo que no podemos es darnos por vencidos, si creemos en lo que luchamos y profesamos.
Por ello hay que seguir y seguir, y cada escalón que se suba, cada paso que se avance, será una batalla ganada a las sombras.
Hoy será estrenado en la TV cubana, en el programa Fuera de Rosca, el clip de Buena fe y Descemer Bueno dirigido por Ian Padron, Ser de Sol.
El sábado, Buena fe y Decemer estarán en el Lucasnómetro Semanal.

Tomado de Paquito el de Cuba

REPOST: ¡Habrá Revolución!

Por Luis y Sergio Saíz Montes de Oca

…La revolución por su contenido martiano y socialista es enemiga de toda clase de yugo a los valores éticos del individuo y condena cualquier tipo de régimen político donde no se respete el derecho a pensar con libertad. Por eso no puede aceptar ningún tipo de imperialismo, palabra que desde los más remotos tiempos es sinónimo de opresión de hombres por hombres, y condena tanto al que se cubre bajo las formas de un capitalismo draconiano y explotador, como ocurre en los Estados Unidos de Norteamérica, como a los falsos “paraísos del trabajador”, como la Rusia Soviética, no comunista que es otra cosa muy distinta.

Por eso, su posición internacional tiene que ser netamente antimperialista, ya venga del Tío Sam o del “Padrecito de Moscú”. Además, no encaja en nuestra idiosincrasia de pueblo distinto, producto de otros fermentos, otras culturas y otras razas, los sistemas que sirven en los Estados Unidos o en Rusia. […] No queremos ser ni dominados ni dominadores, sólo amantes de la paz y del progreso, y de la efectiva cordialidad internacional propia de los pueblos civilizados no imperialistas.

Los cuáqueros decían: “Ni Rey sobre mí, ni siervos bajo mí”, y a eso aspiramos llegar con la revolución socialista de Cuba, a vivir sin amos y sin siervos, ya que el adjetivo mayor que pueda adjudicarse a un hombre es el de hombre libre.

Donde quiera que exista un ser oprimido, una dignidad de hombre ultrajada; donde quiera que prevalezca la ley de la fuerza sobre la razón; donde quiera que las bayonetas sojuzguen a los hombres; donde se hallen tiranos y dictadores; donde la libertad “ese derecho que tienen los hombres a hablar y pensar sin hipocresía” esté ausente o restringido, en fin donde quiera que la opresión y la injusticia se ceben en las carnes de los débiles, donde manos férreas y llenas de sangre vejen a los hombres… ahí… donde sea, no importa si en la recóndita Rusia o en la cercana América, sin importar clima ni país… ahí donde existan hombres de dignidad y decoro, hombres que prefieren morir a vivir sumidos en oprobios… donde quiera que sea así, ahí…

¡Habrá Revolución!

De: “Cuerpos que yacen dormidos. Obras de los Hermanos Saíz” Editora Abril, La Habana, 1997 (pp. 165-166; 184)

Coletilla de Observatorio Crítico: ¿Qué decir de la intuición, de la sensibilidad de estos muchachos, con respecto al destino de la “URSS” y el “campo socialista” hace 50 años? Los caminos críticos de la izquierda en el enfrentamiento al totalitarismo burocrático, a las oligarquías geopolíticas que usurpan los ideales revolucionarios y las luchas por los derechos de los trabajadores, tuvieron en ellos dos luminosos andadores. Fueron asesinados escasos meses después de la revolución húngara de 1956. Hoy, las juventudes contestatarias e indignadas tampoco creen en padrecitos conductores, ni en restricciones justificadas al decoro… Estos chicos, que escribieron un proyecto de constitución para su Municipio, para que desde él –desde bien abajo y junto a la gente- renaciera la República, probablemente nunca usaron la palabra “autogestión”, pero tenían claro que sin ella no hay ruta a la libertad. No el imposible retorno al punto de partida, sino la conciencia de la radicalidad del cambio necesario, será el instrumento para revalidar hoy las aspiraciones de Luis y Sergio.