El general escribe con franqueza

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Durante la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana, adquirí los libros Guajiro y Fronteras, del general cubano Enrique Acevedo. Una vez culminadas las lecturas correspondientes, puedo afirmar que me generaron impresiones muy sugestivas.

Para los que no lo conozcan, Enrique es el menor de los hermanos Acevedo. Durante el alzamiento del movimiento guerrillero en la década de 1950 contra la dictadura de Fulgencio Batista, los hermanos en plena adolescencia Enrique tenía apenas catorce años subieron a la Sierra Maestra para unirse a las fuerzas de Fidel Castro. Al triunfar el movimiento revolucionario en 1959 Enrique, al igual que su hermano, integró las fuerzas armadas del nuevo gobierno y ascendió con el tiempo el escalafón hasta llegar al rango actual.

Ya con esta introducción, se podrá imaginar que esta persona tiene mucho que contar en un libro. También es posible que se despierte una desconfianza razonable. Después de todo, se ha visto ya cierto número de materiales testimoniales de otros compañeros de Acevedo. Por lo general, los relatos son bastante homogéneos, casi asépticos, aptos para insertarse en un texto de historia escolar como los que le gustan al Ministerio de Educación local: rebeldes heroicos, con pocas o ninguna tacha, ejemplos de sacrificio y abnegación; más un enemigo batistiano, imperialista, muy pero muy malo, que no merece siquiera el uso de la palabra.

Por suerte, en todos los rediles hay una oveja negra. O mejor dicho, porque puede que haya muchas, pero solo a una de ellas le preocupan menos las apariencias y manifiesta la mayor sinceridad. La publicación de Descamisados, primer libro de Acevedo, sorprendió a críticos y lectores. La narración en primera persona de las trastadas de los hermanos durante la lucha guerrillera, con estilo desenfadado y simpática frescura, se apartó totalmente del canon en boga. Finalmente, con el apoyo del general de ejército Raúl Castro, este primer libro vio la luz y hasta dio pie a una serie televisiva, si bien muy inferior en calidad.

Guajiro viene a ser la continuación natural de Descamisados. Esta segunda pieza recoge las memorias del protagonista, en los primeros años a partir del triunfo de 1959. Los relatos que disponemos sobre aquellos tiempos turbulentos están violentamente sesgados por los intereses de la feroz lucha de clases que todavía se libra. Cada bando endiosa a sus miembros y demoniza a los contrarios. Esta situación torna dramáticamente original el texto de Enrique Acevedo.

Hay que reconocer la rareza de una narración que, desde el punto de vista de los vencedores, recoja con tanta franqueza las debilidades humanas de los revolucionarios. En estas páginas se desmorona el mito de que el espíritu de rebeldía fuera acompañado siempre por una moral intachable, una austeridad generalizada o algún tipo de pureza espiritual. No es que neguemos a rajatabla la existencia de algún revolucionario que reuniera estas cualidades. Por ejemplo, Acevedo menciona al Che Guevara varias veces en un contexto en el que pone de relieve esas características. Muchos otros de sus compañeros y él mismo, en cambio, dejan bastante que desear para la imagen impoluta que años después nos hicieran creer. Numerosas son las anécdotas referidas, tan escandalosas desde el punto de vista puritano, que más parecieran alardes de varón conquistador de castillos y mujeres.

Hay unos cuantos procesos del período posterior a 1959 que se comprenden mejor después de leer lo que le sucedió a este Guajiro. Por ejemplo, la metamorfosis de los melenudos con barba, bajados de la Sierra, en adalides del pelo corto y el buen afeitado. Estos caracteres exteriores, junto con otros de la estética y la moral de la clase supuestamente vencida, fueron asimilados después de la guerra por el estamento vencedor. Los jefes guerrilleros tuvieron que cursar escuelas militares para dirigir el nuevo ejército, regularizado, y absorber en el proceso un montón de estereotipos de apariencias y conductas, lo mismo de oficiales del ejército anterior que de las fuerzas armadas del llamado campo socialista.

La lectura del libro de Acevedo permite entrever otra arista aún más seria. Los mismos cuadros que dirigían la esfera militar y se formaban en las academias correspondientes, asumían también sin distingos la conducción de las esferas civiles situación que se perpetúa hasta el presente. De aquí se puede comprender la implantación en estas últimas de los mismos hábitos de ordeno y mando, tan nocivos para su desenvolvimiento.

El peliagudo tema del enjuiciamiento de los colaboradores y esbirros de la tiranía batistiana no podía ser obviado por quien sirviera en la fortaleza de La Cabaña durante aquellos meses. Acevedo refleja varios pasajes de aquellos acontecimientos dramáticos. Los sentenciados despiertan pocas simpatías en el joven oficial, que tiene frescos en su memoria y al alcance en las páginas de la prensa aún independiente, las imágenes de los asesinatos y las torturas cometidos por aquellos, pero se percata del exceso de exhibicionismo manifiesto en algunos procesos y no se libra de los epítetos condenatorios que le lanzan madres y esposas de los procesados que le tocaba custodiar.

La politiquería de muchos ñángaras quedan más que al desnudo, ante la mirada de este Guajiro, exDescamisado. Se conoce que la dirección del partido comunista en aquella etapa intentó capitalizar con actitud oportunista el éxito de la Revolución, bajo orientaciones dogmáticas y poco entrañables para el cubano de a pie. En la narración de Acevedo se pueden apreciar escenas de este proceso, indigno también de los muchos militantes torturados por su valeroso enfrentamiento a la dictadura. Igualmente se argumenta, con vehemencia, que la dirección suprema de la Revolución efectuó un proceso de depuración en el partido para unificar a todas las fuerzas nacionales. Ciertamente, Descamisados y Guajiro se parecen poco a mis libros de historia escolar.

Recientemente, el general Acevedo publicó también Fronteras. Este otro texto autobiográfico recoge su actividad en Angola, durante el involucramiento cubano en el conflicto armado en aquella nación. En Angola, el protagonista dirigió dos unidades militares en las regiones fronterizas del país africano, en distintas ocasiones.

La primera ocasión, los hombres bajo el mando de Acevedo estaban dislocados en la zona norte. En esta oportunidad, la actividad combativa fue relativamente menor, lo que no quiere decir que no se vivieran grandes tensiones. El ejército de Mobutu Sese Seko, desde el país entonces llamado Zaire y hoy, República del Congo, cernía una amenaza periódica sobre Angola, particularmente sobre la provincia de Cabinda. El enconado conflicto fronterizo de Katanga también reclamaba la atención de los mandos militares, sin obviar los movimientos UNITA y FNLA, enemigos del gubernamental MPLA.

La narración de Acevedo tiene el mayor interés en esta primera etapa, en la solución de problemas logísticos, así como en la familiarización de los cubanos con las costumbres, cultura y vida de los pueblos angolanos. Estos pasajes especie de recorrido de descubrimiento llevan el mayor protagonismo en la parte inicial, sin desdeñar anécdotas personales, reveladoras de personajes ajenos a los prototipos intachables en nuestra acostumbrada propaganda.

La segunda etapa de su misión angolana, Enrique Acevedo la inicia con un muy mal agüero del entonces general de división, Arnaldo Ochoa. Se recordará que Ochoa fue luego procesado y ajusticiado por un tenebroso asunto de narcotráfico. En aquel momento, el pesimismo de Ochoa resulta una desagradable sorpresa para Acevedo, quien deberá encabezar sus fuerzas la complicada frontera del sur. Para aquel momento, las fuerzas conjuntas de la UNITA y el ejército sudafricano estaban desarrollando maniobras que amenazaban seriamente con derrotar a las agrupaciones cubanas y del MPLA.

La actividad militar ocupa, por lo tanto, mayor protagonismo en esta etapa de Fronteras. Ya no se hace tanto énfasis, como en las obras anteriores, en las posibles barrabasadas y libretazos de los protagonistas. El joven teniente ha madurado y ahora es todo un general: está casado, tiene mayores responsabilidades, algunas canas, tareas de gran importancia y una imagen que defender. Aún así, no se soslayan del todo las facetas humanas y díscolas de los personajes, algunas aventurillas corridas, las bromas gastadas y muchos elementos que no caben en la versión oficial. Resulta significativo el comentario sobre la visita del entonces dirigente juvenil, Roberto Robaina, respecto a quien Acevedo refiere haber percibido una desconfianza de ribetes proféticos.

Con la victoria de las tropas cubano angolanas, la misión concluye; regresan a sus hogares los del Caribe y termina también el recorrido por estas Fronteras. Los aportes históricos y literarios del general Enrique Acevedo, en mi modesta opinión, todavía están lejos de finalizar o, por lo menos, de ser comprendidos del todo.

Colaboradores

Por Rogelio M. Díaz Moreno

El otro día tuvimos una visita especial.

Era un compañero que se encuentra cumpliendo una misión de esas que hace el personal médico cubano en los países allende los mares, y estaba de vacaciones por unos días aquí en La Habana. Nos contó muchas cosas interesantes.

Para empezar, los cuentos sobre otros países son siempre atractivos. El asunto ese de viajar a lo desconocido, más en un país como Cuba donde el hecho mismo del viaje es algo tan complicado. El interactuar con culturas diferentes, con otras perspectivas de vida, otros patrones de comportamiento, lenguaje, estética, gastronomía, en fin, siempre hay muchas cosas que aprender. Y la parte de atender médicamente a otras poblaciones, salvar vidas, aliviar sufrimiento siempre una experiencia excepcional, ya sea con los compatriotas de uno o con seres humanos de otros países.

Eventualmente llegamos al asunto prosaico del dinero. Les están pagando, nos refirió, doscientos dólares mensuales. Además, les acumulan poco más de cien pesos convertibles aproximadamente equivalentes a dólares adicionales, en una cuenta aquí en Cuba. Por otra parte, nadie les ha dicho oficialmente cuánto recibe el Estado cubano por su labor aunque, extraoficialmente, se dice que la cantidad es de siete mil quinientos euros al mes.

No me extraña, entonces, que nadie se anime a decirles la cifra oficial, ni así fuera la mitad de eso. Aprendan, Rockefeller, Bill Gates, que ustedes son unos niños de teta en eso de exprimir el trabajo de sus empleados. Uno saca una cuenta burda, más de siete mil euros de ganancia al mes, por veinte y cuatro meses, da ciento sesenta y ocho mil euros, que se embolsa el gobierno. Los colaboradores recibieron, entre tanto, menos de ocho mil; de los cuales, la mayor parte la habrán gastado en sustentarse a sí mismos en aquel país en condiciones bien modestas.

Puede argumentarse que el presupuesto del gobierno cubano atiende muchos fines sociales, y sería verdad. Pero ese presupuesto no sale del aire, sale del fruto del trabajo de personas como estos colaboradores, y parecería justo que a los que más aportan en las difíciles condiciones de dejar atrás familia y hogar, les tocara un poco más. Y la parte más ultrajante de este chiste: cuando estos compañeros regresen finalmente a la patria, luego de cumplir la misión, va a seguir existiendo un susodicho que les diga que no tienen derecho a reclamar derechos acá en Cuba, mejores salarios, posibilidad de viajar y demás, porque siempre estarán en deuda con la Revolución, que les ha dado educación y salud gratis.

¿Sigue vivo el 15-M?

Por Paula Vilella (Madrid)

Menos masivo y mediático, ¿sigue vivo el 15-M? ¿Cuáles han sido sus aportes?

Decenas de miles de personas salieron este sábado a las calles de distintas ciudades españolas para protestar contra las medidas de austeridad económica adoptadas por el gobierno y con el aniversario del 15-M como marco de las marchas. Las manifestaciones más importantes ocurrieron en Barcelona y en la capital, Madrid, donde una multitud se congregó en la céntrica Puerta del Sol. Desde el origen del movimiento conocido como de los "indignados" o 15-M, que ahora cumple un año, la situación económica ha empeorado en España y el desempleo ha alcanzado nuevos máximos. El gobierno del conservador Partido Popular ha dicho que no se apartará de su programa de austeridad. "El 15-M es un punto de inflexión con el cual hay que contar para hacer el cambio, pero no es el cambio", indica a BBC Mundo el sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman. La periodista Patricia Hornillos cree que, aunque los medios tradicionales no informen de ello, el 15-M sigue en las calles y "hay que salir ahí para comprenderlo". Para ella, se trata de "un cambio de actitud" cuyo mayor logro ha sido "romper la falta de comunicación entre personas cercanas, la apatía y el individualismo mal entendido, y articular distintas luchas de manera solidaria".

“Hasta que el New York Times no publicó la foto de las concentraciones masivas, los grandes medios españoles no le dieron relevancia”

La microciudad que sembró la semilla

"No somos mercancía en mano de políticos y banqueros". Bajo este lema, unas 130.000 personas se manifestaron en toda España para protestar contra un sistema que consideraban que les daba la espalda en pleno contexto de crisis económica. Era un soleado 15 de mayo, y de ahí tomaría el movimiento su nombre. Las apenas treinta personas que decidieron espontáneamente acampar en la céntrica plaza madrileña del Sol al finalizar la manifestación se convirtieron en cientos después de que la policía desalojara a las primeras y así, en el corazón de la capital, surgió una microciudad autogestionada y asamblearia que pronto se extendería a otros lugares del país y del mundo. "Hasta que el New York Times no publicó en portada la foto de las concentraciones masivas, los grandes medios de comunicación españoles no dieron relevancia al movimiento", considera Hornillo, quien ha cubierto el 15-M desde sus inicios.

Andrea Raboso, de 24 años y miembro de la organización Juventud Sin Futuro, recuerda aquellos días con emoción: "El 15-M mostró que la política no es votar cada cuatro años, sino que la sacó a la calle, al debate entre la gente. Solo a diario y organizándote se pueden cambiar las cosas".

De la indignación a la acción

Después de que las tiendas de campaña se plegaran y abandonaran las plazas españoles, el 15- M se descentralizó a las asambleas de barrios, ciudades, universidades y centros de trabajo. La victoria de los partidos conservadores en todas las elecciones posteriores no ahogó la esperanza del movimiento. Desde entonces, la paralización de desahucios, los movimientos vecinales contra los controles de identidad policiales a personas extranjeras, las acciones contra la privatización del agua y los recortes en el Estado de Bienestar en sanidad, educación y asuntos sociales, se han nutrido de la mayor movilización en España.

Aunque la mayor parte de las peticiones generadas en torno al 15-M no se han plasmado en las políticas públicas llevadas a cabo por el gobierno, Roitman recalca que el movimiento "ha puesto sobre la mesa debates que no se querían discutir y ha intervenido en la agenda porque ha obligado a referirse a ello". De las dieciséis propuestas que realizó el movimiento en mayo del año pasado, se ha conseguido la dación en pago para las hipotecas, impulsar un borrador de la ley de acceso a la información pública, la nacionalización de algunas cajas de ahorros así como la reforma de las condiciones de trabajo de la clase política. Sin embargo, muchas de ellas han sido desoídas por la clase política. Es el caso del refuerzo de la educación y la sanidad públicas, la reforma fiscal, el cambio de la ley electoral, la desvinculación entre Iglesia y Estado, la abolición de algunas leyes que consideraban discriminatorias como la de extranjería, la condena de la corrupción a través de las leyes, la recuperación de empresas públicas privatizadas y el cierre de centrales nucleares y la promoción de energías renovables, entre otras.

La clase política se ha mostrado en general bastante cauta a la hora de valorar el movimiento. No ha sido el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que consideraba en su cuenta de twitter que tras el concepto de democracia directa "se puede esconder un golpe de Estado". "Bajo la apariencia de inocentes movilizaciones que se pretenden formas de democracia directa se esconde la deslegitimación de nuestro sistema representativo", señaló en otra ocasión. En esta línea, para el actual ministro de Cultura, José Ignacio Wert, el éxito del 15-M, al que calificó de radical y reaccionario, ha sido "notablemente exagerado". En su libro "Los españoles ante el cambio", publicado antes de ocupar su cargo actual, apunta que el movimiento es "una mezcla de socialismo utópico, radicalismo político y supino desconocimiento de que en la vida social las ambiciones y los recursos tienen que ir de la mano".

Recortes y protestas

Con más de cinco millones de personas desempleadas y más de la mitad de los jóvenes sin trabajo, la capacidad adquisitiva de los españoles desciende por momentos y las redes familiares se han vuelto imprescindibles para sobrellevar la crisis. Actualmente, 1,7 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro. Los viernes en España ya no marcan sólo el inicio del fin de semana sino de nuevas limitaciones en el presupuesto estatal. El presidente, Mariano Rajoy, anunció que hasta el final de la legislatura se producirían todo tipo de recortes para paliar el déficit público del país, tarea encargada desde la Unión Europea, lo que le ha valido la denuncia ante Naciones Unidas de diversas ONG españolas que alertan del recorte de derechos sociales que se están produciendo en el país. Esta situación ha llevado a que prácticamente todas las semanas se organicen concentraciones y manifestaciones, en protesta por unas u otras medidas.

"Sin el 15-M no se puede entender la manera en la que se han organizado todas las protestas y las reclamaciones actuales. Además, la gente ha perdido el miedo a salir a la calle a manifestarse", dice Andrea Raboso.

En opinión de Raboso, los anuncios de reforma del código penal, que calificaría la resistencia pasiva y pacífica como atentado contra la autoridad, "son un instrumento para desmovilizar a la población y acabar con todo movimiento de contestación". Distintos participantes del movimiento, que se ha destacado por su carácter pacífico, han considerado que la medida obedece a "una estrategia del miedo" mientras que el Sindicato Unificado de Policía se ha manifestado abiertamente en contra de equiparar ambas.

Según un censo provisional elaborado por la Comisión Legal del 15-M, hasta enero de 2012 hubo 75 personas detenidas en movilizaciones, cuatro en desahucios, 33 sanciones administrativas, 114 identificadas en ocupaciones de viviendas vinculadas al movimiento y cinco casos de juicios de faltas. Sin embargo, advierten de que estas cifras pueden representar sólo un 10% del total. Este sábado, día de la manifestación principal, un millar de agentes policiales se desplegaron en los aledaños de la plaza de Sol para evitar que se repitan las acampadas. Sólo en la boda del Príncipe Felipe y Letizia Ortiz se ha dado una concentración de policías de esta magnitud.

Tomado de BBC Mundo: ¿Sigue vivo el 15-M?

El poder con el que logramos mantener nuestra Plaza

Por Marina Sitrin

Sentir el poder: 14 de octubre, 6 am en la Plaza de la Libertad (NY)

Lágrimas, de nuevo.

Lágrimas de las mejores que puede haber.

Lágrimas de inspiración – creada por el poder del pueblo.

Las lágrimas comenzaron a las 6 am en la Plaza de la Libertad, o, mejor dicho, con una multitud de miles en y alrededor de la Plaza de la Libertad. El torrente de la solidaridad literalmente ha llenado la plaza y ha desbordado sus límites. Me siento exhausta, y abrumada de emoción.

No sabía que el poder del pueblo podía generar tal sensación abrumadora. Es un escalofrío, un temblor que al mismo tiempo es increíblemente poderoso –cada cual siente el poder compartido con el resto- y también algo que da un poco de miedo –sentir cuánto poder se genera por el simple hecho de juntarnos, hombro a hombro-.

Al lograr lentamente hacerme camino entre las multitudes populares, la mucha gente que arribaba desde medianoche, anduve junto con mis lágrimas y mis escalofríos. Me abría paso en zigzag entre grupos de gente muy joven, adolescentes o veinteañeros, mucha gente con piercings y otras personas que claramente iban temprano hacia sus trabajos, algunos incluso vistiendo jackets. Había también gente mayor, abuelas y abuelos, y muchísimos de las edades intermedias. Todxs vestían de modos distintos, y eran de diferentes razas y etnicidades. Algunos grupos vinieron juntos, pero la mayoría parecía haber llegado como individuos, o acompañadxs de unx o dos amigxs. Había muchxs sindicalistxs, les reconocía por sus camisas y gorras, pero no parecían “movilizados” sino llegados por su cuenta, como tantxs trabajadorxs “de base” lo hacían cada día.

Vi montones de viejxs amigxs y compañerxs, como si se tratara de una reunión… sólo que todxs estábamos ahí para utilizando nuestros cuerpos prevenir el desalojo de nuestra Plaza.

¡Nuestra Plaza! Un sitio que ahora era aclamado por decenas de miles de gente de Nueva York, y de gente de todo el país. Una Plaza que se organiza por democracia directa y decisiones a través de asambleas. Una Plaza que mantuvimos y abrimos al pueblo ya hoy por tres semanas.

Por cuanto iba vagando por fuera de la Plaza –era imposible penetrar a su interior, por estar desbordada de pueblo- lograba intermitentemente escuchar a la asamblea general. Había pocas oportunidades, ya que el micrófono del pueblo traía los mensajes ya mediados por cuatro y aún cinco olas. El número de olas (las veces que se repiten las frases) indica sólo cuán largo es el grupo.

Las más de las noches tuvimos dos olas, correspondiendo a 500 personxs. Tres olas hacen como 1000. Y cuatro, al menos 1500…

Esta mañana, las olas humanas repitieron la invitación del grupo de trabajo para la acción directa de unirse a ellxs uniendo las manos y manteniendo la Plaza. La respuesta fue un rotundo aplauso. Sin discusión, debate ni indecisiones. La gente no sólo apoyaron la propuesta con gritos, silbatos y haciendo alborotar en el aire los dedos de las manos alzadas al cielo, sino también con sus cuerpos. Al aproximarse las 7 am -la hora a la que el Alcalde y Brookfield Properties dijeron que entrarían con la policía a la plaza para sacar a la gente-, el pueblo permanecía imperturbable.

Ahí, junto con al menos cinco mil más, esperamos lo que habría de suceder. Estábamos listos para cualquier cosa que esas palabras pudiesen significar. Pero lo que estaba claro era que nuestros cuerpos hablaban. El pueblo permaneció en la Plaza. El pueblo permaneció alrededor de la Plaza. Nuestra Plaza.

Y entonces, con el micrófono del pueblo, en cinco olas de palabras extendiéndose, justo antes de las siete de la mañana, nos llegó la nueva.

Ellos claudicaron.

Nosotrxs vencimos.

¡Poder del pueblo!

Un nuevo día en la vida de la Ocupación llegaba rápido, tan súbito como tomarme una siesta.

Otra mirada rebelde a la insurrección de la subclase inglesa

Por Takis Fotopoulos

"…los pueblos de España y Grecia están directa o indirectamente contra la globalización neoliberal en sí misma, y por tanto cualquier intento de engañarlos reemplazando los pseudo-socialistas, Papandreou y Zapatero, por otros miembros del personal político del sistema está condenado al fracaso, dada la larga experiencia de “democracia” representativa que estos pueblos han tenido."

Introducción: el significado del término “subclase”

El levantamiento espontáneo de la “subclase” británica fue, por supuesto, fácilmente aplastado por la enorme fuerza que el Estado acumuló contra ésta, ilustrando una vez más una de las principales lecciones de la historia: que los levantamientos espontáneos nunca pueden derrocar un sistema socio-económico (aunque sí su personal político) si no están respaldados por un movimiento político organizado con su propio proyecto antisistémico, su propia visión de la sociedad futura y una estrategia de transición para pasar de aquí a allí.

Sin embargo, es importante evaluar la importancia de esta insurrección –que no es la primera (véase, por ejemplo, las insurrecciones similares en Francia[1] y Grecia[2] hace un par de años) ni será, por supuesto, la última, como reconoce incluso una revista sistémica como Spiegel[3]- y, en el proceso, tratar de interpretar sus causas y efectos. De hecho, todas estas insurrecciones por parte de lo que podemos denominar la “subclase” representan, en mi opinión, la tardía reacción de las principales víctimas de la globalización neoliberal y particularmente de aquellas que aún no han sido integradas en esta, a pesar de los buenos esfuerzos de la izquierda reformista, o lo que yo denomino la “izquierda” degenerada[4].

Pero, primero, es necesario aclarar el significado de “subclase”, ya que aquí, obviamente, no es un término utilizado en el sentido peyorativo habitual de “pobres” o “Lumpen” (proletariado) –el significado que vemos tan a menudo en los diferentes análisis de los medios de comunicación sistémicos. En cambio, deberíamos entender por “subclase” las víctimas por excelencia de la globalización neoliberal, es decir, los desempleados y los marginados, aquellos que viven cerca del nivel de subsistencia y particularmente los jóvenes sin futuro: en una palabra, los sans culottes de hoy, que no pertenecen a ninguna de las clases sociales establecidas ya que no han sido integrados (aún) en el sistema social de la economía de mercado internacionalizada y su complemento político, la “democracia” representativa –a diferencia de la clase trabajadora, por ejemplo, que ha sido integrada en éste en diversos grados.

Así pues, la subclase es muy peligrosa para las élites, no porque pueda derrocar el sistema sino porque les fuerza a contraatacar inevitablemente para aplastar sus frecuentes insurrecciones, revelando así la verdadera naturaleza de lo que se hace pasar por “democracia” hoy en día –un sistema político basado en última instancia en la violencia física para reproducir la violencia económica sobre la que está fundado. Además, la reacción de las élites podría llevar a otros grupos sociales que actualmente sólo están parcialmente integrados en el sistema (personas con ingresos bajos, trabajadores temporales o a tiempo parcial, etc.) a participar en las insurrecciones del futuro y/o –aún peor para las élites- a organizarse “desde abajo” con el objetivo de trascender los sindicatos y partidos controlados por el sistema y crear un movimiento antisistémico.
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15-O: Movilización internacional «Unid@s por un cambio global»

15 de octubre: Movilización internacional «Unid@s por un cambio global :: United for global change»

Evento global:http://www.facebook.com/event.php?eid=217223788318602

Página web: http://www.15october.net

Web recopilación enlaces: 15 ottobre in tutto il mondo

El 15 de octubre ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo saldremos a la calle para mostrar nuestra indignación por la pérdida de nuestros derechos a manos de la alianza entre los poderes financieros y la clase política.

Invitación de lxs indignadxs de España:

Desde Democracia real YA os invitamos a participar en esta acción pacífica de protesta internacional, sumándoos a nuestra convocatoria o realizando vuestras propias convocatorias para dicha fecha. Ha llegado el momento de alzar la voz. Nuestro futuro está en juego, y nada puede retener la fuerza de millones de personas cuando se unen con un propósito común. Bajo el lema “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros“, miles de personas salimos a la calle el 15 de mayo para exigir una democracia más participativa, oponernos a la corrupción del sistema político y mostrar nuestro rechazo a los recortes sociales que se nos imponían. Tras el éxito de esa primera manifestación, surgieron diversos movimientos y se montaron acampadas en plazas de todo el país, semejantes a la primera ocupación de la Plaza Tahrir en El Cairo. Éstas dieron lugar a asambleas populares, donde los ciudadanos desarrollan sus objetivos mediante un proceso de decisión inclusivo y horizontal. El movimiento 15M enseguida traspasó fronteras y alentó acciones en numerosas ciudades del mundo, entre ellas una multitudinaria manifestación contra el Pacto del Euro el pasado 19 de junio. Bajo la presión del poder financiero, nuestros gobernantes trabajan por el beneficio de unos pocos, sin que les importe el coste social, humano o medioambiental que esto pueda generar. Promoviendo guerras con fines económicos y llevando a la miseria a pueblos enteros, las clases dirigentes nos despojan de nuestro derecho a una sociedad libre y justa.

Por eso os invitamos a uniros a esta lucha pacífica, difundiendo el mensaje de que juntos somos capaces de cambiar esta intolerable situación. Tomemos las calles el 15 de octubre. Es hora de que se nos escuche. ¡Unidxs haremos oír nuestras voces!

Sigue la información internacional sobre el 15.o por estos canales:

Web DRY Internacional: http://international.democraciarealya.es/

Facebook: http://www.facebook.com/15octobernet

Twitter: @democraciareal y @drynternational | News @15octobernet | #globalchange

Imagine: Democracia real, día 13 en la Plaza

Por Marina Sitrin

Como algunos de Uds. saben, cuando estoy muy conmovida, conmovida más allá de las palabras, comienzo con “imagine”.

Entonces, imaginen algunos miles de personas… no, no algunos: 6 ó 7 mil personas. Tantas que la gran Plaza cerca de Wall Street no alcanza, y entonces fluyen por sobre las esquinas y aceras de todo el perímetro… y las esquinas y aceras del otro lado de la calle, en ambos extremos. Imaginen que toda esa gente están allí porque están hartos e indignados con algo que tiene que ver con la crisis económica y Wall Street. ¿Por qué ahora? ¿Por qué esta tarde de viernes, a las 3?

Puede que algunos estén allí porque se enteraron por la web Occupy Wall Street de que Radiohead daría un concierto.

Puede. O puede que vinieron porque son miembros de la Transportation Workers Union, un sindicato de 38000 afiliados que votaron unánimemente la noche anterior a favor del apoyo a la Ocupación de Wall Street.

Puede. O puede que sean del Professional Staff Congress, el Sindicato de maestros, adjuntos y estudiantes posgraduados del sistema de la City University, quienes también votaron la noche anterior por el apoyo a la Ocupación.

Puede. O puede que sean gente del Malcolm X Grasroots Movement (Movimiento de Base Malcolm X) quienes tomaron parte en la organización de una marcha posterior contra la brutalidad policial – manifestación que partió desde la plaza con una fuerza de 5000 partícipes.

Puede. O puede que hayan oído de alguna amistad, vecinos, o por los medios, que algo ha estado ocurriendo cerca de Wall Street.

Y, puede ser, que sean toda esa gente junta. Y otros más. Imagine que su vecina haya estado allí. Ella muy bien pudo haber venido…

Esta noche se congregó la más grande y hasta hoy la más diversa multitud entre las que la Plaza haya visto jamás. Había embarazadas, bebés, niños y niñas, junto con abuelitas y abuelitos, barbas blancas, y todo lo que pueda caber en el medio. Había al menos cuatro sillas de ruedas, y toda clase de personas con capacidades diversas.

Había personas de todo el mundo, una variedad de razas y procedencias. Y, sin dudas, los sindicatos y los estudiantes estaban ahí.

Ahora, ¿puede imaginar todo ese grupo involucrándose en una discusión democrática? Imagine el Micrófono del Pueblo, por el que –como describo en un envío anterior- la gente puede hablar en frases cortas y el grupo repetirlo para que todos puedan oír. La primera semana, hasta esta noche, el Micrófono del Pueblo operó para unos cientos de personas: no de manera ideal, pero se podía oír. Con miles, el Micrófono del Pueblo debe repetir la frase no una vez, ni dos, sino tres. Cada ola de sonido representando otra masa de gente oyendo la voz de la persona que habla. Cada ola de sonido representando a personas que escuchan activamente por el acto de repetirla. Facilitadores y facilitadoras (ya un equipo en ese momento) ayudan a que quien habla recuerde –se le toca suavemente el brazo- que hay que esperar que cada ola llegue a su final antes de que sea pronunciada la próxima frase.

Imagine el silencio de la gente escuchando, y el sonido de la repetición de las palabras de quien habla. Imagine el poder de la democracia directa atravesando vuestro cuerpo, y los de miles que le rodean. Se me hace la carne de gallina mientras escribo. Esta noche me conmovió más allá de las palabras.

En este punto, nosotros, quienesquiera que seamos, somos ya algo demasiado grande para la Plaza. Nosotros necesitamos tomar más parques, plazas y explanadas, y facilitar más discusiones horizontales sobre lo que somos y lo que deseamos. Sobre las crisis y sobre nuestras alternativas. Para mí, nuestra demanda debe ser que podamos encontrarnos. Déjennos tranquilos para que podamos congregarnos en nuestras plazas, parques y explanadas, en nuestros salones sindicales, escuelas, universidades, iglesias, sinagogas y mezquitas, y déjennos en paz para que podamos encontrar vías horizontales democráticas para discutir la crisis de nuestros tiempos y sus muchas alternativas. Junt@s.

Con el escalofrío de la democracia real,

Marina.

Enviado 30/9/2011 desde Nueva York. Traducción al castellano: cortesía Observatorio Crítico de Cuba.