La central sindical, el turismo y otras maledicencias nuestras

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Me encuentro con una socita mía, una que escribió un artículo hace poco sobre la eximia central sindical que tenemos por acá, y empezamos con nuestra maledicencia. Mira tal nota, le comento apegado a mi capacidad de relacionar la gimnasia con la magnesia, dijo hoy Cubadebate que había tantos millones de cubanos que fueron de turistas el año pasado. Qué bien que estamos, y eso que ya el sindicato no le da reservaciones a los trabajadores. Por mucho que se inmolen en su puesto de trabajo, por ejemplo un médico o un maestro, con su sueldito de 20 cuc mensuales, no podrán ir al hotel; en cambio, seguro se consolarán con los compatriotas que sí pueden ir. Así, concordamos, todavía se pueden pensar más maravillas de la CTC y de las buenas decisiones que toma sobre el lado del que se va a poner.

Cabe también recordar otras noticias interesantes de nuestros diarios nacionales sí, porque aquí no leemos esa malvada prensa internacional, y no digamos ya la pérfidaInternet. Como aquellas noticias que hablan del trabajo por cuenta propia, y cómo la categoría de los trabajadores empleados por los pequeños y medianos empresarios o hacendados, es ya la más poblada. ¿Pasarán por la mente de la organización sindical cubana, la idea de facilitarle a estos proletarios, maneras organizativas o cualquier otro apoyo, frente a la perspectiva de ser explotados todo lo posible por la nueva clase empresarial? Digo yo, esto sería preferible a que se alinearan con los patrones, pero quién sabe. Imagino en mis pesadillas que en la élite de la nueva clase empresarial, seguramente, va a haber más de un exdirigente o gerente u oficial, de los que llevan ya tiempo orientando amistosamente a la CTC.

Esto de apoyar a los trabajadores del capitalismo está muy bien, seguramente, pero para los países extranjeros. Uno se pregunta lo que no tiene que preguntarse, porque los capitalistas resulta que desembarcan luego aquí. Con las nuevas zonas francas, como las del puerto del Mariel, y las flamantes maquilas que se instalan en ellas, tendremos una vitrina inmejorable para apreciar la reproducción del capital a cuenta del trabajo producido, pero no totalmente remunerado: o sea, la explotación clásica Continue reading

Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún

Por Roberto Zurbano

La Habana, 23 de marzo – La últimas noticias salidas de Cuba se refieren a los cambios, aunque esto es más un sueño que una realidad para los afrocubanos como yo. A lo largo de la última década, han sido abolidas muchas prohibiciones ridículas para los cubanos que viven en la Isla, como dormir en un hotel, comprar un celular, vender una casa o un automóvil y viajar al extranjero. Estos gestos han sido celebrados como signos de aperturas y reforma, aunque en realidad solo son esfuerzos para normalizar la vida. La realidad es que en Cuba tu experiencia de estos cambios depende del color de tu piel.

El sector privado goza ahora en Cuba de cierto grado de liberalización económica, pero los negros no estamos en posición ventajosa para aprovecharnos de ello. Heredamos más de tres siglos de esclavitud durante la era colonial española. La exclusión racial continuó después de la independencia de Cuba en 1902, y medio siglo de Revolución desde 1959 ha sido incapaz de superarla.

En los primeros años de la década de los 90, después del fin de la Guerra Fría, Fidel Castro se embarcó en reformas económicas que continúa Raúl, su hermano y sucesor. Cuba había perdido su mayor benefactor, la Unión Soviética, y cayó en una profunda recesión que se conoció como el periodo especial. Había frecuentes apagones. El transporte público apenas funcionaba. La comida escaseaba. Para encauzar el descontento, el gobierno dividió la economía en dos sectores: uno para el negocio privado y las empresas de orientación extranjera, esencialmente autorizadas a negociar en dólares estadunidenses; y otro que continuaba el viejo orden socialista centrado en puestos gubernamentales de trabajo con un promedio de 20 dólares mensuales. Continue reading

Posición del Capítulo Cubano de ARA sobre las recientes polémicas acerca de la problemática racial en la Cub a de hoy

Posición de la Articulación Regional de Afrodescendientes de Latinoamérica y el Caribe, en su Capítulo Cubano (ARAC)

En relación con las recientes polémicas en medios nacionales e internacionales acerca de la problemática racial en la Cuba de hoy, deseamos expresar lo siguiente:
1. La Articulación Regional de Afrodescendientes de Latinoamérica y el Caribe, en su Capítulo Cubano (ARAC) proyecto de nuestra sociedad civil aún en plena construcción- reconoce que el antirracismo radical es parte de la profunda esencia y de los contenidos populares más genuinos del Proceso Revolucionario cubano, uno de cuyos momentos cumbre ha sido el triunfo insurreccional de enero de 1959.
2. Urge erradicar en Cuba todo vestigio de racismo, discriminación racial, colonialidad, exclusiones, desigualdades sociales e irrespeto a las diferencias. Reconocemos que tan lamentables prácticas lesivas a la dignidad humana aún persisten en nuestro país, y la lucha contra ellas constituye nuestro más alto propósito, al cual dedicamos nuestros esfuerzos de pensamiento, amor y acción directa – empeño que consideramos parte de las luchas revolucionarias de alcance planetario, que ocurren hoy mismo en aras de los múltiples fines de la emancipación humana.
3. ARAC apoya y apoyará resueltamente la libre expresión de ideas por tod sus activistas, como parte de la imprescindible libertad de expresión en la sociedad toda.
4. ARAC se opone pues a cualesquiera medidas o procedimientos institucionales o personales de carácter obstructivo o represivo contra cualquier participante en tales polémicas que a título personal haya expresado sus opiniones o criterios.
5. Al interior de ARAC existe pluralidad de posturas, lo cual constituye una condición necesaria. Consideramos que el hecho de que cubanos y cubanas profundicen en las polémicas en torno a los problemas que nos preocupan, es un buen síntoma de la capacidad de nuestra sociedad para resolverlos de manera autónoma, protagónica y solidaria, con respeto a la diversidad y sin intromisiones de poderes externos.

La Habana, 4 de abril de 2013

El derecho a equivocarse ¿también es racista?

Por Rogelio M. Díaz Moreno

Roberto Zurbano durante una sesión de la Cofradía de la Negritud - Foto Isbel Díaz Torres

Roberto Zurbano durante una sesión de la Cofradía de la Negritud – Foto Isbel Díaz Torres

Cuando leí el artículo de Roberto Zurbano que tanta algazara ha despertado, recuerdo que no estuve muy de acuerdo con los puntos A, B y C, pero los subsiguientes D, E y F me parecieron muy ciertos. Distintas miradas pueden introducir distintos matices. Un escrito corto es necesariamente más superficial que un hondo tratado. Y, por supuesto, queda pendiente el asunto de la manipulación del título por el órgano estadounidense que lo divulgó en primera instancia. Si el nombre original dice que la Revolución en Cuba, para los negros, no ha terminado, en lugar de iniciado, yo únicamente le añadiría: y para los blancos, tampoco ha terminado.

Pero no quiero polemizar con los aciertos o fallas del material en cuestión, como tampoco me interesa por el momento debatir con los intelectuales indignados que salieron a rebatirle a Zurbano. Estos últimos también manejan ideas certeras, como mismo pueden equivocarse en otros aspectos la afirmación de Rodríguez Rivera, por ejemplo, sobre las elecciones presidenciales que los cubanos tendríamos en el 2018, es una pifia singular. Lo que me motiva a meter mi indiscreta cuchara es la reacción institucional-punitiva, que considero deleznable: ¡Despedido el Zurbano!

¿Qué es esto que estamos contemplando? ¿Acaso esta es la manera de resolver polémicas o discusiones histórico-filosóficas? Yo encuentro muy bien que, quienes no estén de acuerdo con Zurbano, publiquen sus críticas, en tono y volumen tan alto como estimen conveniente, pero otra cosa muy distinta es que se tome una represalia administrativa y profesional contra una persona que da empleo a sus capacidades de pensamiento. Hasta antes del despido, teníamos un debate académico e ideológico, pendiente de algunas aclaraciones. A partir de ese punto, lo que se escucha es un mensaje alto, claro y muy, pero muy racista: ¿qué le pasa al ´negro equivocao´ este?, ¡fuera!.

Este incidente remarca cómo todavía están bien lejanos los aires de renovación y cambios que se necesitan, para oxigenar y liberar las ataduras al pensamiento y la crítica, y su expresión en nuestra sociedad. Los problemas del racismo están ahí; nunca fueron resueltos totalmente y lacerarán por mucho tiempo aún el tejido social de la patria. La creciente diferenciación de clases sociales que trae la transición cubana, hacia un sistema mixto con mercado, no hará sino acrecentar estos problemas, junto con muchos otros. Señalar críticamente estas realidades no será darle armas al enemigo eterno argumento de la falange estalinista atrincherada en sus puestos de autoridad y privilegios, sino que hace todo lo contrario: fortalece las capacidades internas de la nación para trabajar en la solución de los problemas que afectan a todos los cubanos. Continue reading

Vigencia del capitalismo

Por Félix Guerra

La vigencia del capitalismo hasta hoy día, su casi eterna contemporaneidad en agonía, se debe o puede deberse, básicamente, a algunos acontecimientos y realidades del mundo en que hemos vivido durante el pasado siglo XX. Pasemos lista.

EN PRIMER LUGAR

Su gran capacidad de reinventarse. De rehacerse a partir de una y otras crisis. De su habilidad de asimilación, estimulada siempre por recompensas diversas y ganancias mercantiles. Discurso, oratoria, publicidad y propaganda, arte, además de ideología, se reprograman así casi de forma cíclica y constante para prometer y facilitar nuevas expectativas sociales. Su arsenal ha estado dotado de variadas exitosas manera de alargar el estirón.

Su destreza y arte, con recursos de comunicación amplios, para utilizar tormentas de ideas al gran nivel social, que desataron en su momento desarrollos y consecuentes auges cíclicos de consumos, industria, agricultura, tecnología, ciencia, estética y finalmente de producción (no previstos en amplitud por teóricos de la economía ni clásicos del marxismo).

Su capacidad de refundarse económicamente, de acuerdo y con arreglo a las bases productivas en movimiento, tanto en aspectos sociales, culturales, científicas y tecnológicas, como en imaginerías y esperanzas. Continue reading

Sobre cómo percibir la falsedad en la homeopatía

Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

Este tema de la homeopatía merece tomarse con gran seriedad, debido a las potenciales consecuencias sobre las vidas de los seres humanos, que tienen cualesquiera acciones relacionadas con su salud. Desde estas páginas hemos denunciado los intentos de imponer al pueblo cubano una práctica probada como falsa desde todos los puntos de vista de la teoría y de la práctica. Algunas personas podrán cuestionarse por qué descarto una técnica que tiene, a decir verdad, un buen número de practicantes. Sirvan estas líneas para todo aquel que conserva dudas al respecto y esté sinceramente interesado en discernir el grano de la paja.

Empecemos por reconocer que la medicina llamada occidental ha sido objeto de muchas críticas; que se le tacha de mercantilista, de cosificar al paciente y de proceder de manera academicista o dogmática. Como alternativas más humanas se erigen variantes de otros saberes, por lo general agrupables bajo el rótulo algo impreciso de Medicina Natural y Tradicional (MNyT). Bajo este rótulo trata de presentarse la Homeopatía, pero en el criterio de este opinador que no tiene nada en contra de otras prácticas de la MNyT este sayo no le sirve para esconder las vergüenzas.

Para empezar, si se trata de mercantilismo, no se puede desconocer que hay muchos laboratorios que hacen mucha plata vendiendo remedios homeopáticos. Boiron et al, por ejemplo, es una empresa capitalista tan buena o tan mala según quiera verlo cada uno como Pfizer, Merck o Bayer. De igual forma que estas venden antibióticos y otras medicinas validadas por la ciencia moderna, aquel vende agüitas milagrosas con etiquetas que prometen lo que no pueden cumplir. Boiron et al es, dicho sea de paso, el famoso consorcio homeopático relacionado con el escándalo del inmunólogo francés Jacques Benveniste, ampliamente recogido en la revista Nature, cuando el científico galo envió su trabajo relacionado con la homeopatía [1, 2].

¿Y cómo es posible que esto ocurra en sociedades desarrolladas y reguladas? Por ejemplo, en Estados Unidos, esto puede explicarse dado que la agencia gubernamental que regula estas cosas, la FDA, solo exige licencias y demostraciones a los medicamentos que presentan un principio activo, esto es, a los medicamentos occidentales. Un preparado homeopático solo tiene agua a veces, también un poco de alcohol, por lo tanto, no requiere licencia de la FDA y se puede vender libremente. Si los homeópatas sostienen que en esa agua hay propiedades milagrosas y convencen así a sus clientes, eso no le importa a la FDA, que con ello se lava las manos. Los científicos serios, empezando por la Asociación Médica Americana, han estado bien claros por su parte de que todo no es más que una vil estafa [3, 4, 5]. En otro país, Gran Bretaña, las instituciones gubernamentales se han asesorado también sobre el asunto pero la respuesta ha sido más drástica, y han llovido truenos contra la homeopatía [6]. En otros países desarrollados no sé bien cómo está establecido el asunto, sería positivo que otras personas informadas lo expusieran.

Para continuar con lo del academicismo: hay pocas cosas más absurdamente dogmáticas y cerradas que los llamados principios de la Homeopatía. Un alemán de los siglos XVIII y XIX, Samuel Hanehman, se sacó dos afirmaciones de abajo de la manga: que lo semejante cura lo semejante y que mientras más diluído, más fuerza tiene. En esas dos frases se basa todo el tinglado homeopático, en ese par de ideas poco convincentes pero que son proclamadas a grito pelado, sin el más mínimo sentido crítico, lógico, racional, por parte de sus propulsores. Eso es así porque así es; así lo dijo Hanehman, por lo tanto es cierto.

Desde el punto de vista científico, la primera afirmación no se apoya en nada más que la palabra del señor Hanehman, y la segunda viola todos los principios del conocimiento existentes. En realidad, hoy no se requiere ser un graduado de Física Nuclear para estar hoy un poco más al día que Hanehman y, con una educación muy sencilla, cualquier persona en sus cabales comprende que echar agua en cantidades cada vez mayores a un preparado de una sustancia cualquiera, disuelta allí, solo puede conducir a la desaparición de hasta la última traza de la sustancia punto en el cual los homeópatas recomiendan seguir echando agua porque entonces es que el efecto, según ellos, está empezando a ponerse bueno de verdad.

Nótese que no hemos querido decir que, por ejemplo, el cocimiento de mastuerzo no funcione. Lo que definitivamente no funcionará, es un cocimiento hecho con dos hojitas de mastuerzo y un billón de billones de galones de agua. A menos que usted esté muriendo de sed.

Ah, que se puede encontrar personas que se han curado o han visto curarse seres queridos luego de consumir un medicamento homeopático, es cierto. Esto no demuestra, sin embargo, que lo que lo haya curado sea el preparado de marras. La persona puede haber tomado, además, el tratamiento occidental. O puede ser alguien de constitución fuerte, la enfermedad no era muy grave, y se mejoró por sí mismo. En todo caso, es posible que tras consumir el remedio homeopático, la persona se haya sentido mejor psicológicamente, simplemente por la confianza en lo tomado, y este sentimiento subjetivo, denominado efecto placebo, es conocido por ayudar al organismo a curarse.

Ahora bien, una medicina comprobada por la ciencia moderna, se diferencia de otras en que se ha demostrado, en estudios clínicos de elevado rigor, que presenta una acción objetiva, capaz de actuar sobre el paciente aún cuando éste no esté tan confiado o ni siquiera sepa que se le suministró aunque si se presenta el efecto placebo y ayuda, bienvenido sea. Estos estudios descartan a los preparados homeopáticos como posibilidades realistas de curar ningún problema de salud concreto, como lo revelan numerosas publicaciones de las revistas científicas más establecidas y de mayor prestigio [7, 8, 9, 10, 11].

Un último paréntesis es necesario para recordar que muchas personas requerimos de auxilios espirituales en los duros bregares de la vida, especialmente en casos de enfermedad. Nuestra diatriba antihomeopática no pretende atacar las ceremonias mágicas o religiosas de cualquier tipo, que cualquier ser humano perciba como adecuadas para sí, que respetamos profundamente y que no interfieren ni estorban la acción de la medicina que se aplica entretanto. El problema con la homeopatía es que pretende ser una disciplina científica, emplea un vocabulario que puede confundir a un incauto por su énfasis en este sentido y lo puede conducir a dejar camino por vereda al dar de lado al remedio de verdad probado científicamente, a cambio de un pomito de agua etiquetada.

Teniendo en cuenta que la fundamentación teórica de la homeopatía es lo peor que hay, y que los resultados prácticos son tan pobres, la mayoría de los que conocen del asunto guardan (guardamos) una pobre opinión sobre la ética de los que, desde la aventajada posición que les puede dar un conocimiento científico medio y cierta disponibilidad de recursos industriales, manipulan al público y lo inducen a consumir falsos medicamentos [12]. Esta actitud puede provocar consecuencias fatales para la salud y la vida del que descarte la atención médica científicamente validada para irse con estos aprendices de brujo, situación inaceptable para cualquier persona con un mínimo de decencia y enterada del asunto. Esto es válido tanto para los consorcios capitalistas extranjeros, como para nuestros aventureros locales de Labiofam y el Instituto Finlay.

Las fuentes propuestas en este material pueden encontrarse con bastante libertad a través de Internet, en bibliotecas públicas de ciencias o, en el caso cubano, también a través de la red de Infomed. Espero que fundamenten un poco más mis palabras a los ojos de quienes todavía no se sientan convencidos.

[1] E. Davenas et al, Human Basophil degranulation triggered by very dilute antiserum against IgE.
Nature, Volumen 333, número 6178, pag. 816, Nueva York, 30 Junio 1988, ISSN: 0028-0836 EISSN: 1476-4687
[2] Maddox, J., Randi, J., and Stewart, W., High dilusion experiments a delusion. Nature, Volumen 334, número 6180, pág. 287, Nueva York, 28 julio 1988, ISSN: 0028-0836 EISSN: 1476-4687
[3] “Supported by science?: What Canadian naturopaths advertise to the public”. Allergy, Asthma and Clinical immunology. http://www.aacijournal.com/content/7/1/14.
[4] Paul S. Boyer. The Oxford Companion to United States History. ISBN 9780195082098.
[5] James Randi (1995). An encyclopedia of claims, frauds, and hoaxes of the occult and supernatural. St. Martin’s Press. ISBN 9780312109745
[6] Evidence Check 2: Homeopathy, Fourth Report of Session 200910, House of Commons Science and Technology Committee, 20 October 2009, parliament.uk
[7] Jonas WB, Kaptchuk TJ, Linde K, A critical overview of homeopathy.
Annals of Internal Medicine Volumen 138, Número 5, Página 393. Washington, 4 Marzo 2003 Print ISSN: 0003-4819 Online ISSN: 1539-3704
[8] Linde K, Clausius N, Ramirez G, Melchart D, Eitel F, Hedges LV, Jonas WB. Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? A meta-analysis of placebo-controlled trials. The Lancet. Volumen 350, Número 9081, página 834. Londres, 20 septiembre 1997. ISSN 0140-6736
[9] Cucherat M, Haugh MC, Gooch M, Boissel JP., Evidence of clinical efficacy of homeopathy. A meta-analysis of clinical trials. HMRAG. Homeopathic Medicines Research Advisory Group. European Journal of Clinical Pharmacology. Volumen 56, Número 1, página 27, Berlin, Abril 2000. ISSN 0031-6970
[10] Shang et al, “Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy”, The Lancet, Volumen 366, Número 9487, página 726. Londres, ISSN 0140-6736, 27 agosto 2005
[11] Ernst, E. (2002), “A systematic review of systematic reviews of homeopathy”, British Journal of Clinical Pharmacology 54 (6): 57782
[12] Homeopathy is where the harm is: five unethical effects of funding unscientific remedies. Editorial. J Medical Ethics 2010;36, 3:130-131.