Entrevista al profesor Carlos Simón Forcade por Dmitri Prieto Samsónov
Ante el drama de la crisis capitalista actual –uno de cuyos eslabones más estruendosos ha sido Grecia- muchos cubanos pensamos sobre nuestra propia tierra. Carlos Simón Forcade –un autor ya conocido para quienes leen Espacio Laical– acaba de regresar de Grecia, y he aprovechado la oportunidad para entrevistarlo. Se trata de alguien de nuestra más joven generación intelectual. Graduado de Artes y Letras en la Universidad de La Habana, Simón no optó por involucrarse con éxito en las farándulas letradas, sino escogió un camino aparentemente paradójico: profesor universitario, cristiano ortodoxo y activista de colectivos críticos, como la Cátedra Haydée Santamaría.
Muchos de estos rasgos nos unen: también yo, el entrevistador, soy ortodoxo y junto con Simón he compartido la coordinación de la Cátedra Haydée Santamaría, desde donde hemos promovido el espacio de solidaridad Observatorio Crítico. Siempre me ha atraído la dedicación con la que Simón ha estudiado a unos cuantos autores poco conocidos que consideramos fundacionales para la actual crítica de esa modernidad tan capitalista y autoritaria. Nunca alcanza el tiempo para intercambiar sobre el pensamiento de gente como Walter Benjamin, Simone Weil, Emmanuel Levinas y Cornelius Castoriadis.
La tesis de graduación de Simón fue precisamente sobre Walter Benjamin, ese pensador hebreo tan citado y tan poco leído, que se suicidó en los Pirineos mientras huía del nazismo, y legó que sus papeles fuesen entregados a Hannah Arendt. Benjamin, autor del dictum tan testimonial de que “todo documento de cultura lo es también de barbarie”, el de las alegorías como esa del Ángel de la Historia que no logra elevarse para iniciar su labor salvadora por causa de ese huracán que denominamos “progreso”, contó en Simón con un cuidadoso exegeta cubano, probablemente el más notable estudioso de su pensamiento en nuestra Isla. La investigación de Simón contó con la tutoría del profesor Inti Yañez – hoy Padre Athanasios para nosotros los ortodoxos, indagador de las historias de las culturas quien ha sido, además, mi padrino. Hoy, Simón es ciertamente un becario que estudia Teología en Grecia.
Carlos Simón y yo hablamos también de algo que para mucho oído actual “laico” puede oler a demasiado incienso, sonar demasiado light y leerse en las secciones “Mind-Body-Spirit” de las librerías primermundistas: la espiritualidad. Pero para Simón, capaz de citar a filósofos críticos junto con el Nazareno, lo espiritual es algo muy concreto, tremendamente político y actual. Un antídoto, quizás, contra las “huidas” de los problemas reales por caminos ficticios. Justo lo inverso a lo que muchos imaginan… La espiritualidad es para Simón base para un nuevo realismo: un realismo de la libertad. Le damos, pues, la palabra. Continue reading