Política de normalización a debate

Por Ramón García Guerra

Convaleciente de una operación, en enero, recibí la visita de un joven antropólogo español que me pedía mi opinión sobre la clase dirigente en Cuba. Específicamente se interesó por el proyecto de sociedad que aquélla echa adelante. [Investigaba el pico del petróleo y el futuro del capitalismo en el mundo. Particularmente, quería saber si Cuba era una alternativa en el tema de la energía.] Sobre la clase dirigente en la Isla, le dije: 1) Tiene plena conciencia de la tragedia social, histórica y política que enfrenta hoy el país; 2) Sinceramente, tiene la voluntad de resolver esta situación y hacen su mejor esfuerzo por hallar la solución; [Pero…] 3) Carece del poder que se necesita para llevar a término estos cambios; 4) Desconectada de la nueva sensibilidad de época la clase dirigente hará que la estructura de poder al final colapse. [Desde luego, tener total conciencia de la situación (1) no significa que dicha conciencia sea eficaz (4). Asimismo, mostrar una voluntad de cambio (2) no implica poder realizar esta voluntad (3)]. Enfrentados a un juego de fuerzas que les supera, todo el “realismo político” que hoy muestran los líderes históricos del proceso sólo pudiera ser entendido como el desarme de la ideología de la revolución.

La crítica que hacíamos antes al neodesarrollismo de los tecnócratas, ahora será completada con la crítica al neopopulismo de los ortodoxos. Encontramos detrás un proceso de normalización que prefigura una sociedad. [Proceso este que marcha lentamente dada la falta de asideros para proyectos de vida individual y colectiva que se encuentran en medio de una sociedad en transición.] En verdad no sería difícil imaginar cuánto contribuye la ideología del desarme en aquel proceso. Consideremos, por ejemplo, el impacto mediático del reciente discurso de Luis Ignacio Lula da Silva entre la audiencia cubana. Corremos el riesgo de que las actuales reformas cierren puertas ante cambios más radicales de la sociedad. Este artículo hace la denuncia y ofrece una alternativa al desarme. [La crítica que hicimos a Fidel Castro en 2008[1], basada en la lectura que hacía del Programa de Gotha –para acabar aquél negando el factor subjetivo que tan decisivo ha resultado en la historia (incluso en su propia biografía política)– hoy debe ser repetida una vez más.] Después de la intervención de Da Silva, –patrocinador del puerto de contenedores– asistimos al desarme de la ideología de la revolución.

Entender la política neopopulista que sigue el PT brasileiro sería algo sencillo. Pero hallar una solución de continuidad entre la estrategia de desarrollo que fuera adoptada por la quinta economía del mundo y los desafíos que debe enfrentar una pequeña isla caribeña es mucho más complejo. Empecemos por decir: Lula es nuestro Blair. La política liberal-burguesa (keynesiana) que adoptó Lula da Silva para redistribuir el ingreso nacional, resultó al final funcional a la rápida expansión del capital brasileiro y haría de él mismo el albacea de este proceso. Entonces acabó por resituar en otra escala la tragedia de los oprimidos en el Brasil sin modificar la lógica del sistema. [Salvar de la pobreza a millones no es una política de éxito si deja intactas las bases del sistema que produce tan triste figura.] Acaso si ha creado otro tipo de pobres. Espanta ver la actitud fascinada frente a las políticas neopopulistas en América Latina que adoptan los ortodoxos en Cuba. [Una actitud que sólo se podría comparar con la de los tecnócratas en la Isla con respecto a los modelos asiáticos.] Digámoslo de una vez: Lo que revela el discurso de Lula da Silva es la mala conciencia que padece un sector de la izquierda en el Brasil. Continue reading

¿Quién dijo: “Las mujeres mandan” en Cuba?

Por Ramón García Guerra

El jardín de los senderos que se bifurcan
“El consejo de siempre doblar a la izquierda me recordó que tal era el procedimiento común para descubrir el patio central de ciertos laberintos.”
Jorge Luis Borges

Desde luego, resulta una pregunta retórica. Todos en Cuba conocen al autor de la frase. Propia del populismo isleño. En cambio la frase significó un salto en la liberación de la mujer. Sexismo aparte, la mujer adquiría visibilidad política en la república. Proceso este que se había iniciado en 1902, pero que tiene sus antecedentes en el último tercio del siglo XIX. El ciclo populista se cierra –hemos dicho antes– en la década de 1960. La eclosión del sujeto popular en este período nos muestra un rostro femenino bien definido, que expresa una política de rescate de los contenidos más populares de aquel populismo más radical: el ortodoxo. La cuestión es hallar la continuidad entre aquel movimiento social-liberador y una decisiva presencia femenina en el siglo XXI. Este artículo habla del feminismo en Cuba y de la agenda política del mismo.

I

Durante el período 2013-2018, las mujeres serán la mayoría entre los presidentes de los gobiernos (67%) y entre los miembros de las asambleas provinciales (50%) del Poder Popular. Poder que se consolida con el parlamento (48%) y se reciente en las alcaldías (30%).

Sabiendo que la política de cuadros del Partido –según el texto constitucional: “fuerza dirigente de la sociedad”– ha sido acatada por las comisiones de candidatura en todos los procesos electorales, hemos de concluir que la mayor presencia de mujeres en esta legislatura es acaso la expresión de dicha política. ¿Pero esto significa más poder? Pensemos que esta presencia es mínima en el Consejo de Ministros: órgano estatal que concentra todo el poder. Por otra parte, la esfera del consumo ha sido entregada a los municipios en donde la presencia de las mujeres es ahora menor. Significa, en resumen, que la amplia presencia de la mujer en esta legislatura es apenas un poder marginal. Continue reading

Acaso os cortaréis la oreja

Por Ramón García Guerra

Del lado de allá es muy fácil faltar al respeto
y más si está por medio el océano completo.
Si tú eres guapo de verdad saca un boleto
y ven pa´ que te meta en la candela que me meto.

Los Aldeanos

Saber de qué se habla.

Este artículo mío hace de respuesta a uno anterior de Armando Chaguaceda: “Preservar la solidaridad, desterrar los sectarismos”, que acaba de publicar en estas páginas.

Pero antes debo definir una línea de debate.

La opinión de Marlene Azor ante mi artículo: “Suicidio político”, que publiqué acá, motivó un artículo de mi parte: “Defensa de la Utopía”. Paramentis. Emplee en el texto un viejo truco de Raúl Roa para hacer saltar a la liebre. Usé la palabra coño. Estalló el gusto pequeñoburgués de la Astor. Pero en ella lo peor no será su “tono”. [¡Pobrecitos nosotros: “pacientes de su sabiduría”!] También su modo de razonar se aparta de toda lógica. Porque los métodos que emplea la Azor, por ejemplo, conducen a absurdos. Sus análisis se desconectan del objeto. Estableciendo al final premisas que más tarde emplea en silogismos que, al mirar atrás, nos ponen en el lugar del alumno que entra a clases al final del turno y mira atónito un largo pizarrón lleno de trazos a todas. Pero no solo conmigo lo ha hecho. También usó métodos tales con Dmitri, con Isbel, con Rogelio, con Erasmo… Detesto el diálogo de sordos.

Entonces publiqué: “La causa libertaria en Cuba”, que sería el segundo texto de la serie. La idea que justificó ese texto era marcar la diferencia entre el ideal socialista del ¿SPD? y el de los ácratas en la Isla. (Algo que fue advertido por Octavio Alberola solo de un vistazo.) Intentaba con ese artículo, además, ofrecer una visión de campo al mapear el mundo de la política en Cuba. ¿Cuánto vale tener en política esa visión de campo? [Curiosamente, el mapa que ofrecí allí pasó de largo.] Dibujé un programa de acción. Siempre llevo esa idea en mente: Los árboles no deben hacernos perder la perspectiva del bosque. Porque, si no, la maya afectiva nos traga. Desde luego, quien no esté metido de barriga en las luchas sociales en Cuba poco tendría qué decir de aquel mapa de la política.

Después se publicó: “Reflexiones de un libertario”. Este análisis se basó en realidades y no en teorías. Todo el tiempo hablo de luchas, escenarios, actores… concretos. ¡Hablo desde la experiencia de luchas reales! Porque no hago lecturas apacibles de textos poéticos. Sucede que supe qué es la política bajo las balas, en África. Precisamente, yendo de la mano de Roque Dalton: mientras leía Taberna y otros lugares. No sé. Quizá otros aprendieron con Sartre. Pero yo no. Ciertamente, hay un tono ríspido en el texto. (Entiéndase que mientras otros hacen una carrera académica con la venia del Señor, los ácratas son condenados al ostracismo más severo.) Pero hay más. En el texto se menciona dos veces a Haroldo Dilla: 1) mientras me refería a la “soledad de los libertarios” en otra época, y 2) cuando hablo de un cambio de contexto en las luchas sociales en Cuba. Porque ayuda a entender mejor la realidad. Continue reading

Desarrollo local… ¿endógeno, autónomo, liberador?

Por Ramón García Guerra

Las luchas sociales están golpeando la puerta de la Academia y ésta trata de acomodarse a los nuevos tiempos. Participamos del taller: “El desarrollo local en Cuba: Potencialidades y desafíos”, que realizó en esta capital la Sociedad Económica de Amigos del País –teniendo por sede al Instituto de Literatura y Lingüística– los días 15 y 16 de noviembre de 2012. Este artículo se dedica a problematizar la actitud de la Academia frente a la actualización en Cuba del modelo de sociedad.

Patética es la Academia.

Quienes hoy presiden esta Sociedad, –según la confesión de parte– sienten ser herederos de aquella élite sacarocrática (criolla, ilustrada, colonial) que trató de modernizar el país a partir del liberalismo de la época. [¿Explica esto la adhesión de la vetusta Academia a la política del PC cubano? En su charla de introducción el doctor Julio García Oliveras trazó un silogismo laxo que integró: reforma política, modelo económico y desarrollo local en una ecuación. Convirtiendo en puerto de destino a este último.] ¡Sueñan ellos con ser mentores de un cambio en el país, para traer de vueltas a la Sociedad las glorias del pasado!

Debemos dejar morir en paz a estos muertos.

Esta élite letrada fue un fruto del Siglo de las Luces en la colonia. En tal sentido el régimen esclavista sería el resultado de su proyecto de sociedad. Ciertamente, nunca antes ni después una clase dirigente en Cuba fue capaz de realizar algo así en la Isla. Pero su éxito le condujo a un fiasco. La falta de confianza en la masa hacedora y silenciosa hace que la Ciudad Letrada se entregue al culto estatista. Defender en estos términos el desarrollo de la localidad –no endógeno– resulta una actitud congruente con la visión liberal-burguesa que asume el PC cubano al distinguir entre economía estratégica y economía ordinaria. La tarea que se adjudica la Academia sería la de hacer el trabajo sucio. Esto es, ordenar el gallinero… allá abajo. Dejando las manos libres al poder. Continue reading

Estamos en la Isla de la Libertad

Por Ramón García Guerra

La tradición libertaria tiene hondas raíces en Cuba. Foto: Isbel Díaz Torres

La tradición libertaria en Cuba fue rescatada –en pleno siglo XXI– por una generación de jóvenes que sobrevivió al naufragio de la revolución de los humildes. [Durante la década de 1960 Cuba fue bautizada como la Isla de la Libertad o el País de la Sonrisa.] El naufragio de esta revolución sería el resultado de la instauración del Estado obrerista en las décadas de 1970-1980.

La traición de esta revolución a manos de los estalinistas (Partido Socialista Popular) facilitó la integración de la nación al imperio soviético. Pero este resurgir de la tradición libertaria no fue algo fortuito, dado que la misma tiene hondas raíces en Cuba. [Situamos el punto de partida en la sociedad colonial del siglo XVII. (Hablamos del rescate de las libertades y derechos comunitarios del período de la Reconquista en España, ahora a manos de los criollos.)] Cuando la Isla fue lanzada a su suerte, entonces, florece en Cuba el Cabildo. Cuando naufraga el Estado obrerista, asimismo, resurge la tradición libertaria entre cubanos.

Porque dicha tradición está contenida en el magma popular. Las fuerzas de la reacción han intentado sofocar el fuego de la rebeldía. Esta fue la historia del siglo XX: caudillismo, populismo o fidelismo. Lo mismo da. Insistentemente esta tradición ha resurgido mil veces durante la larga marcha hacia la Libertad.

Todas las ortodoxias han hecho reverencia ante aquélla: desde los autonomistas hasta los comunistas… [Incluyendo a los liberales y los populistas.] Creciendo sobre sí misma la capacidad antropofágico-cultural del pueblo ha sido puesta al límite, siempre. Los mártires de la tradición libertaria en la historia de Cuba –desde Aponte hasta Guiteras– acaso han sido la expresión de un sentir popular. [Explica esto una realidad entre cubanos: porque ser libertario es más que ser anarquista. (Quienes hemos fundado el Taller Libertario Alfredo López luchamos por una refundación del socialismo que será libertaria.)] Incluso el fondo emocional del disenso (o malestar popular) es acaso la expresión de aquel espíritu libertario que bulle fortísimo desde el fondo del caldero.

Contamos en esta batalla con la fuerza de la tormenta que hizo naufragar al régimen estatista. El modelo de hombre masa que fue instituido en el proceso dañó la autoestima de millones de cubanos. La reacción pendular ante el agotamiento del socialismo estatista-autoritario bascula hacia el rescate de la integridad y plenitud de las personas. [Efectivamente, nada resulta más dramático en Cuba que rehacer el proyecto de vida individual y colectiva.]

La solución alternativa que ofrecen los libertarios está fundada en una individuación no egoísta (sino altruista) que libere el potencial de creatividad popular. En tal sentido, el rasgo que distingue a los libertarios al interior de la izquierda en Cuba habla de la mayor prioridad que éstos otorgan en la lucha contra la alienación. (La cuestión no es lograr el desarrollo sino qué tipo de desarrollo se trata de alcanzar.) La lucha de los libertarios en Cuba es contra la pobreza, el ecocidio, la homofobia, el racismo, la exclusión y el elitismo que define al ancie regime.

Santa Fe, La Habana, Cuba: 30 de octubre de 2012.
E-mail: ramon0260@gmail.com

Política de alianza: rechazo del pueblo

Por Ramón García Guerra

RESUMEN: La política de alianzas de los socialistas democráticos acaba de ser rechazada por el pueblo. El rechazo no se debió a la iniciativa de acción ciudadana que se había propuesto en esta ocasión, sino como un resultado de la política de alianza que adoptan éstos junto a la derecha. [Fidel Castro dijo en 1987: “En política las inconsecuencias se pagan caras”.] La crítica de los socialistas libertarios –que sería ideológica y política, además– no predijo este rechazo. Porque nos pareció mejor esperar por la respuesta del pueblo antes que usurpar su palabra y hablar por el mismo.

Izquierda radical apoya acción ciudadana.

Efectivamente, nuestro apoyo a la iniciativa no fue retórico. Incluso llegó en mucho a ser la actuación de los libertarios más eficaz que la de ellos mismos. (Para no llegar a enredar a todos los libertarios en dicha iniciativa el autor manifestó su adhesión al proyecto al hacer pública su intención de voto en esta ocasión. Y así lo hizo: votó por la D. Pero hizo más. Entonces el autor se dedicó a organizar un comité en el Consejo Popular 1 del municipio Playa y varios grupos por circunscripción en tan breve tiempo.) Creamos un equipo de trabajo de 18 miembros. [Integrado este equipo por dos masones, un abakúa, un rockero, una pentecostal, ¡un testigo de Jehová!, cinco amas de casa, dos lesbianas, una anciana… un secretario del Partido (núcleo zonal) y tres delegados del Poder Popular.] El análisis autocrítico del trabajo que realizamos nos reportó ciertos resultados que ahora relaciono:

  1. La eficacia de la movilización se redujo al fundar en exclusiva el trabajo en una relación interpersonal con los electores. Incidió en esto la logística del equipo y la censura del régimen.
  2. La falta de debates que cargaran de sentido la acción ciudadana hizo que ésta cediera ante la liturgia política (despolitización) que alienta el Estado cubano.
  3. La acción de manera independiente que realizó la derecha, instada por Radio Martí, y la ausencia de confrontación con aquella, redujo la cantidad de votos por la DEMOCRACIA.

Fuera de este análisis están los aciertos en el trabajo. Pero por encima de todo se hallará la lección que ofreció el pueblo por sí mismo. Continue reading

Reflexiones de un libertario

Por Ramón García Guerra

I

Cuando se observa el mapa político del país desde las élites letradas de la vieja clase media (OCM) en Cuba los motivos para ser optimista se diluyen; puesto que, según éstas, inexorablemente, las reformas nos deben de conducir hacia un maridaje entre el régimen estatista-autoritario y el capital transnacional a corto o mediano plazos. Las bases epistémicas y políticas que adoptan estos compatriotas les impide un acercamiento al universo de luchas populares que suceden hoy mismo. [Padecen aquéllas de miopía política.] Sin embargo, los espacios de fronteras en la sociedad cubana se han convertido en laboratorios de creatividad popular y activismo comunitario que se adelantan en mucho –o desdicen– a las reformas.

Pongamos un ejemplo:

Los notables de una pequeña ciudad (de 30 mil habitantes) han constituido una Sociedad de Fomento y Desarrollo de la Comunidad (SF&DC) y han creado un fondo fiduciario –con un efectivo de $ 96 mil pesos (CUC) y activos por 1,7 millones de pesos (CUC)– para la creación y estímulo de un entramado de Pymes en la localidad. La política de créditos a la inversión que han adoptado exige que la Sociedad tenga un 15-20% de participación en las nuevas cooperativas creadas y que estas últimas estén en la obligación de contribuir (con el 5%) en la financiación de los proyectos de tipo cultural, ecológico, etcétera que resulte de beneficio para la comunidad. Los notables parten de un diagnóstico bien fundado y han adoptado la política de intervenir en puntos decisivos del proceso de reproducción social de la comunidad. Consideran que el modelo de sociedad local debe ser rehecho por los lugareños sin mediación alguna y su misión sería la de facilitar dicho proceso.

[Incluso, tanto han avanzado en esta experiencia práctica de autogestión que una de estas empresas ha logrado la firma de un contrato de servicio en la Zona Franca del Mariel sin aún estar aprobada la Ley Cooperativas que fuera anunciada (y no cumplida aún) por las reformas.]

Estamos ante la creación de una fundación en tal caso. [“Entidad privada con fines públicos sin ánimo de lucro” –según el Código civil vigente–.] Institución que no puede ser inscrita en el Registro de Asociaciones del MINJUS, aclaro, dado que la política de confiscación de los derechos civiles que practica el Estado cubano así lo impide. Continue reading

Defensa de la Utopía

Por Ramón García Guerra

SUMARIO

La crítica que recibió mi artículo La causa libertaria en Cuba, hace que precise mi análisis al respecto de la política de UNIDAD –o frentista– que animan los socialistas democráticos en Cuba ante un enemigo en común. (¿Estatismo o castrismo?) Empezaré por quitar de en medio la hojarasca. Discreparé con la socióloga Marlene Azor Hernández en puntos específicos y trataré de dialogar con un libertario de mil batallas: Octavio Alberola. Después me ocupo de identificar los desafíos de los socialistas en Cuba de frente a la transición.

DIATRIBAS (ACASO) ERRÁTICAS.

Deficiente el artículo dada “la ausencia de posibilidad de que la voluntad popular no sea en la dirección de [la] plataforma” que ofrece el mismo.

1. Epistémicamente, usted sufre de empacho libresco en tal caso –fruto de leídas de última hora–. Indigestión que hace evidente en su crítica a mi artículo. [Cuando tan magras lecturas hayan llegado al giro decolonial –sic. Ramón Grosfoguel y otros– (dado en las academias del NORTE), entonces, podré hablaros de Nicolás Guillén Landrián y Sara Gómez –o acaso de subalternistas y poscoloniales auténticos, como: Martí, Mariátegui o Fanon–.] Desde luego, hallo correcta la observación de Octavio Alberola en este punto. Precisando, usted debió de consultar el gráfico que había insertado en el artículo. Las fuerzas que alientan dicha “plataforma” se deducen de las bases sociales que sostienen la causa libertaria en Cuba. Entonces no será difícil dar cuentas de que –con las viseras– hablo desde adentro y desde abajo con el pueblo cubano.

“Y como estrategia política discursiva no me parece feliz definirse a partir de criticar al hermano ideológico más cercano”.

2.   Empecé así mi artículo: “Este estudio no personaliza el objeto de crítica”. Usted hace tal cosa ahora. [Debería de revisar los artículos de su autoría en relación con las críticas a nuestros “hermanos ideológicos” hechas en estas páginas (Observatorio Crítico).] ¿Acaso me ha medido con su vara? Sugiero mirar todo desde otro ángulo. Precisamente, la fuerza de la izquierda está en debatir sus diferencias en público sin miedo a errar y rectificar. ¡Quién dijo que le hacemos el juego al enemigo al debatir las diferencias en público! Cuando recién se había alfabetizado este pueblo, abrirá el Che Guevara un debate sobre la vigencia de la ley del valor en la transición al socialismo, entre otras cosas, porque hacer la revolución no es tarea de elegidos sino drama de multitudes. Nada en los salones sino en las calles. Porque a todos compete hacer la sociedad. Continue reading