Desempleada a mis 25 años

Por Daisy Valera

Este siete de enero cumplo 25 años y no me detendré a calcular logros o frustraciones.

Nacida en 1988 no pertenezco a la generación que disfrutó los beneficios del CAME, ni a esa que pudo respirar los pasajeros aires de cambio de los 90.

Mucho menos a los que en los 60 y 70 fueron peones en la construcción de “algo”.

Los hijos del período especial y de los 2000 hemos aprendido a no esperar buenas noticias, a que la palabra futuro no sea mucho más que parte de una frase repetida hasta el cansancio.

Seguimos la dinámica de la gran rueda de la supervivencia, donde queda muy poco tiempo para pensar en algo más que el pedacito de carne, el par de zapatos, o la pasta de dientes.

Creo que confundimos optimismo con estupidez y hemos aprendido a engavetar o mutilar nuestros sueños.

Para que nos vaya un poco mejor nos recomiendan hablar bajo y caminar en puntillas. Yo he resultado demasiado torpe.

Entonces no debe asombrar que mi cumpleaños lo pase en una de las oficinas del Ministerio de Ciencias, tratando de dialogar con una secretaria que me mirará con desprecio e incluso con rabia.

Ahora soy una desempleada más.

Han husmeado en mis correos, en mis escasísimas entradas en internet y han conseguido expulsarme utilizando los mezquinos reglamentos informáticos.

Soy una indisciplinada, me podían perdonar que pasara 5 de las ocho horas de trabajo viendo películas, conversando o descubriendo qué ejercicios hacer para eliminar la celulitis, pero buscar información sobre la realidad cubana, o escribir y dialogar sobre este tema es demasiado; una indisciplina grave.

Tendré que lidiar para mi reubicación con los mismos que hace un año y nueve meses me dijeron que aunque fuera química nuclear no podría trabajar en ningún puesto de investigación por mis “características”.

Y mis características no son más que escribir en esta página lo que me interesa o preocupa de mi país. Imperdonable.

Me esperan tal vez meses de desempleo, correr de un ministerio a otro, notar cómo los funcionarios me evaden, inventan pretextos poco creíbles y repiten más de cien veces: ven mañana a ver si podemos resolver tu problema.

Me queda un año y 3 meses para terminar mi servicio social y el Ministerio tiene la obligación de asignarme un puesto de trabajo.

¿Y después qué?

Mi expediente laboral dice más de lo que cualquier dirigente quiere oír para acceder a emplearme.

Mi situación actual es una advertencia y una visión de futuro.

Publicado en HAVANA TIMES

Fundiciones San José: Cafeteras y más

Por Regina Cano

A propósito del café y las cafeteras que explotan, hace unos meses pude ver un Documental llamado “+ 600º”.

La obra está basada en una investigación de Maestría en Antropología (Universidad de La Habana) por Yoel Rodríguez, joven comunicador social quien recientemente (2011) produjo y realizó ese audiovisual.

El audiovisual aborda la desaparición de las Fundiciones Metalúrgicas en San José de Las Lajas -al sur de la capital-, donde existe una tradición obrera de fundidores de cerca de 100 años valorada como “elemento de identidad que lo distingue.” Y nadie mejor que las voces de sus pobladores para contar la…

HISTORIA

Comenzó con “…una familia, se le decían los Catalanes, pero en realidad eran Valencianos… traen el oficio de fundidores a San José en 1919.”

“En su época, la fundición fue muy importante no solo para San José, sino para Cuba…confeccionaron las farolas, los bancos, alcantarillado, parrillas ornamentales y herrajes del alumbrado público del Parque “Fraternidad,” el “Paseo Martí” (Prado de La Habana)…en 1928,” y también el “…sistema de acueducto, alcantarillado, servicio sanitario y materiales de ferretería de…el Palacio de Comunicaciones, Palacio de Justicia, Monumento a Martí, Hospital Naval…, Cervecería La Tropical, Hotel Vedado, Reparto Eléctrico, Reparto Alta-Habana, el edificio FOCSA”: todos lugares capitalinos representativos.
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Otra mirada rebelde a la insurrección de la subclase inglesa

Por Takis Fotopoulos

"…los pueblos de España y Grecia están directa o indirectamente contra la globalización neoliberal en sí misma, y por tanto cualquier intento de engañarlos reemplazando los pseudo-socialistas, Papandreou y Zapatero, por otros miembros del personal político del sistema está condenado al fracaso, dada la larga experiencia de “democracia” representativa que estos pueblos han tenido."

Introducción: el significado del término “subclase”

El levantamiento espontáneo de la “subclase” británica fue, por supuesto, fácilmente aplastado por la enorme fuerza que el Estado acumuló contra ésta, ilustrando una vez más una de las principales lecciones de la historia: que los levantamientos espontáneos nunca pueden derrocar un sistema socio-económico (aunque sí su personal político) si no están respaldados por un movimiento político organizado con su propio proyecto antisistémico, su propia visión de la sociedad futura y una estrategia de transición para pasar de aquí a allí.

Sin embargo, es importante evaluar la importancia de esta insurrección –que no es la primera (véase, por ejemplo, las insurrecciones similares en Francia[1] y Grecia[2] hace un par de años) ni será, por supuesto, la última, como reconoce incluso una revista sistémica como Spiegel[3]- y, en el proceso, tratar de interpretar sus causas y efectos. De hecho, todas estas insurrecciones por parte de lo que podemos denominar la “subclase” representan, en mi opinión, la tardía reacción de las principales víctimas de la globalización neoliberal y particularmente de aquellas que aún no han sido integradas en esta, a pesar de los buenos esfuerzos de la izquierda reformista, o lo que yo denomino la “izquierda” degenerada[4].

Pero, primero, es necesario aclarar el significado de “subclase”, ya que aquí, obviamente, no es un término utilizado en el sentido peyorativo habitual de “pobres” o “Lumpen” (proletariado) –el significado que vemos tan a menudo en los diferentes análisis de los medios de comunicación sistémicos. En cambio, deberíamos entender por “subclase” las víctimas por excelencia de la globalización neoliberal, es decir, los desempleados y los marginados, aquellos que viven cerca del nivel de subsistencia y particularmente los jóvenes sin futuro: en una palabra, los sans culottes de hoy, que no pertenecen a ninguna de las clases sociales establecidas ya que no han sido integrados (aún) en el sistema social de la economía de mercado internacionalizada y su complemento político, la “democracia” representativa –a diferencia de la clase trabajadora, por ejemplo, que ha sido integrada en éste en diversos grados.

Así pues, la subclase es muy peligrosa para las élites, no porque pueda derrocar el sistema sino porque les fuerza a contraatacar inevitablemente para aplastar sus frecuentes insurrecciones, revelando así la verdadera naturaleza de lo que se hace pasar por “democracia” hoy en día –un sistema político basado en última instancia en la violencia física para reproducir la violencia económica sobre la que está fundado. Además, la reacción de las élites podría llevar a otros grupos sociales que actualmente sólo están parcialmente integrados en el sistema (personas con ingresos bajos, trabajadores temporales o a tiempo parcial, etc.) a participar en las insurrecciones del futuro y/o –aún peor para las élites- a organizarse “desde abajo” con el objetivo de trascender los sindicatos y partidos controlados por el sistema y crear un movimiento antisistémico.
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Toda una vida en un instante

Por Julio Tang Zambrana

(CHINA) El verano pasado tuve la oportunidad necesidad- de trabajar en una instalación de almacenes que arrendaba un colombiano residente en China hace ya más de 10 años. El lugar agrupa siete bodegas, de las cuales cuatro son alquiladas por el citado hombre y el horario de servicio se puede extender desde las 9:00 am hasta el otro día a la misma hora o sea, doce horas completas de trabajo. Dichos almacenes de aproximadamente 50x10x10m- albergan mercancías compradas al por mayor por enviados de diferentes países en este caso mayoritariamente colombianos- las cuales, al completar un contenedor son despachadas por aire o por mar utilizando transportación propia de la empresa o alquilada. El colombiano arrendatario de las bodegas es un representante de empresarios paisanos que desde su país dirigen el negocio y controlan las ganancias generales del mismo. Continue reading