Memoria sindical, racismo y mecánica celeste

Por: Yasmín S. Portales Machado

Estas semanas de junio han sido muy movidas en La Habana, llenas de palabras nuevas, como “afrodescendiente”, y de visitantes entrañables, como Danny Glover. Las cámaras de la TV viajaron a la sede del Centro Juan Marinello, y siguieron los debates que allí se desarrollaron, el aporte de Cuba a la reflexión sobre la diáspora africana que propone la ONU con su “Año Internacional de la Afrodescendencia”. Sin embargo, vale apuntar que no todo lo hecho fue transmitido a millones de espectadores a través del lente -a veces indiscreto- de Cubavisión y Cubavisión Internacional, por eso quiero compartir mi experiencia con este asunto. Sucedió así: el martes 14 de junio me bajé de la ruta 8 frente al viejo Convento de San Francisco y caminé a la sede del Instituto Cubano de Antropología (ICAN).

Petroglifo de un Cemí taíno, símbolo del ICAN

Como seguidora de las propuestas del Observatorio Crítico -una red de intelectuales cubanos anticapitalistas bajo la sombrilla de CLACSO-, sabía que esa mañana estaba programada la tercera acción del ICAN en 2011 para promover el debate sobre el legado africano en la cultura cubana. Me perdí en enero la lectura crítica de la Letra del Año, y en mayo el III Coloquio Internacional sobre Investigaciones de las Religiones Afroamericanas, esta vez no dejaría pasar la oportunidad. Mientras subía desde la Plaza de San Francisco, esperaba llegar a tiempo para esta, la tercera y casi desconocida acción, que coincidía en tiempo con el amplio programa del Ministerio de Cultura. El anuncio publicado en la web y que circulara por correo electrónico anunciaba las intervenciones de la Dra. Angelina Rojas, el hermano Tato Quiñones —de la Cofradía de la Negritud—, y los investigadores del centro Mario Castillo y Dmitri Prieto —estos dos también coordinadores— en el panel “Afrodescendencia y movimientos obreros en Cuba”. Con el objetivo de analizar los cruces entre el desarrollo del movimiento sindical y el papel de varios líderes afrodescendientes de Cuba durante los siglos XIX y XX.

Según declaró Mario Castillo al iniciar reunión, poco se ha analizado en Cuba el movimiento de afrodescendientes –con sus expresiones culturales, políticas y asociativas específicas– en relación dinámica con el movimiento obrero. Abundan los especialistas de uno u otro campo, pero no los acercamientos que pongan en el punto de mira el intercambio de influencias, los impactos de la lucha antirracista en el desarrollo del sindicalismo cubano o el aporte de las experiencias asociacionistas de los afrocubanos en la lucha por los derechos laborales y las iniciativas culturales de los sindicatos cubanos. Para señalar el lastre que genera esa separación metodológica se decidió tomar de ejemplo las vidas de tres insignes afrodescendientes cubanos: Aracelio Iglesias, Alfredo López y Pablo Lafargue.

La primera intervención correspondió a la Dra. Angelina Rojas, quien trazó un panorama general de las lógicas en la violencia política de las décadas tercera y cuarta del siglo XX, cuando el enfrentamiento a las dictaduras de Cuba se complicó por la división interna del movimiento popular, promovida desde los medios de prensa de la derecha. Uno de esos casos fue el asesinato de Aracelio Iglesias, atribuido a los líderes del Partido Comunista. En medio de tal ambiente, la retórica racista tenía mucho peso, ya que un número importante de líderes sindicales eran negros o mestizos, personas de la más humilde extracción social e insobornable ética.

Para enfrentar ese asunto de modo específico, explicó Rojas, se intentó negar el aporte de las personas afrodescendientes a la gesta emancipadora. Un ejemplo de esos gestos fue la negativa de los funcionarios del Ayuntamiento de Santa Clara a colgar un retrato de Antonio Maceo en la galería de los próceres, por el color de su piel, medida que derogaron sindicalistas, comunistas y organizaciones de personas negras en acción conjunta. Otro recurso de la reacción fue organizar el Ku Klux Klan cubano. Este grupo de supremacía fue tolerado por las autoridades hasta que la violencia cobró la vida de un hombre mestizo de Santa Clara —alegaron sus asesinos que había cruzado el límite del Parque Vidal que separaba el sector blanco del sector negro. Para la compañera Angelina, además, es imperativo estudiar esos intercambios entre lucha antirracista y movimiento obrero de modo que recuperemos en la conciencia colectiva aquello que nos une como nación multiétnica.

Al intervenir en el panel, Tato Quiñones optó por compartir con la audiencia parte de la leyenda de Aracelio Iglesias, líder del sindicato marítimo-portuario en la capital de Cuba, en los años veinte y treinta del siglo pasado. Quiñones explicó —a modo de prólogo— que estos recuerdos se han transmitido de forma oral y así los aprendió él, descendiente de obreros del puerto, pero la decadencia de la Bahía de La Habana como espacio económico, ante el auge de El Mariel, ponen en peligro la memoria.

Aracelio Iglesias (La Palma, Pinar del Río, 22 de junio de 1901) vino desde los doce años a vivir a Regla y trabajar en el puerto de La Habana. Ascendió en la dirección del sindicato marítimo-portuario por su honestidad y hombría a toda prueba, lo que le permitía enfrentarse a gobernantes, dueños de muelles y obreros por igual. Contexto complejo, porque en esos años los miembros de la Sociedad Abakuá controlaban el trabajo en los muelles de La Habana y repartían los escasos puestos entre sus hermanos de sociedad. Iglesias no era miembro de la hermandad, pero con el uso sistemático y coherente del debate político —la Asamblea de Trabajadores tenía la última palabra— y la lucha contra las divisiones internas, logró romper este monopolio en beneficio de la clase obrera sin distinciones de raza, credo religioso o político. Fue así como con su dirigencia se implementó la “Lista rotativa”, para garantizar el acceso regular de todo estibador inscrito en la misma a los turnos de trabajo de los muelles. A quienes trataban de violar el sistema, amparados en la guapería, Aracelio personalmente los lanzaba al mar. También en esos años creció el nivel organizativo y de gestión del sindicato marítimo-portuario, hasta mantener un consultorio médico, una escuela y un sistema de seguros de vida que —en caso de muerte por accidente de trabajo— entregaba a la familia del obrero 1000 pesos (década de 1940) y corría con los gastos funerarios. El ejemplo de este hombre, explicó Tato en sus conclusiones, es importante porque demuestra que los dirigentes sindicales no se construyen en escuelas, sino desde la base. Aracelio devino comunista tras enfrentarse a la discriminación y liderar hombres en sus luchas laborales. Conocía el puerto y sus trabajadores le conocían a él, por eso podía lanzar a un Abakuá al mar sin miedo, si la causa era justa.

El 17 de octubre de 1948, Aracelio Iglesias fue asesinado por la espalda en la sede del sindicato marítimo-portuario, mientras esperaba para una reunión ordinaria.

La tercera exposición fue de Mario Castillo, para referirse al ejemplo de Alfredo López, líder del sindicato tipográfico en las primeras dos décadas del siglo XX. López experimentó la miseria desde pequeño, pues sobrevivió a la Reconcentración de Weyler (impuesta por el gobierno español durante la guerra anticolonial de 1895-98) en el pueblo de Sagüa la Grande, junto a su madre y hermanos —el padre había marchado al exilio, perseguido por su apoyo a la causa independentista—, también la discriminación racial, pues era mestizo y sus padres no estaban legalmente casados. Al integrarse al sindicato tipográfico en La Habana, la organización se encontraba en crisis, a pesar de que se trataba de una asociación de integrantes de amplia cultura —en esa época había que leer página a página para componer las páginas de metal—, pues los recursos organizativos del siglo XIX colonial no funcionaban en la república. Alfredo López sería pronto respetado por su carácter serio y formal y porque introdujo soluciones que permitieron la integración de las nuevas dinámicas laborales y la defensa de los derechos del gremio. ¿Cómo se le ocurrió? El joven era discípulo del hoy poco recordado Margarito Iglesias, de quien aprendió los métodos de las “sociedades de color” y de las organizaciones anarcosindicalistas. Esos mecanismos organizativos y de acción política los puso en ejecución de modo crítico para promover la lucha obrera.

Margarito Iglesias no era el único afrodescendiente que impactaba la esfera pública cubana en los años 1890-1910, recordó atinadamente Mario Castillo. Sin dudas las polémicas entre Martín Morua Delgado, Juan Gualberto Gómez, Marcelo Salinas y Rafael Serra —por citar algunos— sobre cómo, cuándo y dónde intervenir para la lucha contra la discriminación racial, influyeron en Alfredo López y otros líderes afrodescendientes de la primera mitad del siglo XX.

Una de las acciones de impacto más duradero que lideró Alfredo López fue la creación de la Universidad Popular “José Martí”, en colaboración con el líder estudiantil Julio Antonio Mella. Este proyecto docente no era solo reflejaba la lógica de construir la cultura propia de los proletarios –base del anarcosindicalismo–, sino que el proyecto demostraba la pertinencia de crear alianzas, en este caso entre anarquistas y comunistas, entre obreros y estudiantes, en la construcción de espacios que beneficiaran a las clases desposeídas. Además de defender a su sector, este joven fue uno de los fundadores de la Confederación Obrera de La Habana, lo cual daba fuerzas al pujante movimiento sindical de la capital. El secuestro y asesinato de Alfredo López en 1927, sus restos se recuperaron en una fosa común tras la caída de Machado en 1933, es la prueba más elocuente de su poderosa influencia entre la clase trabajadora de ciudad. Por desgracia, poca o ninguna bibliografía hay disponible sobre este joven, pero siempre se puede consultar la biografía de Olga Cabrera Alfredo López, editada por Ciencias Sociales en 1985.

El último de los ponentes fue Dmitri Prieto, conocido de los lectores cubanos por su libro Transdominación en Haití (Ciencias Sociales, 2010). Su intervención se refirió a un cubano que apenas hizo política aquí, pero cuya historia de vida es muy significativa: Pablo Lafargue, escritor, líder sindical y político marxista nacido en Santiago de Cuba en 1842, mestizo descendiente de franceses que vinieron a Cuba huyendo de la Revolución Haitiana. Aunque mucha gente conoce a Pablo sobre todo por su filiación familiar –se casó con una de las hijas de Carlos Marx, Laura–, lo cierto es que era un intelectual y líder sindical importante a fines de la sexta década del siglo XIX en Francia, y discípulo de Proudhon, uno de los teóricos del anarquismo. Con esa condición es enviado a Londres, como representante galo en la Primera Internacional, allí conoce a su futuro suegro. El intercambio de ideas con Marx –y la pasión por su hija– le deciden a permanecer en Gran Bretaña, poco a poco asume el marxismo como ideología y llegará a ser hombre de confianza del autor de El Capital.

Lafargue hizo una asimilación apasionada y profunda del marxismo, lo que le permitió producir un texto tan singular como El derecho a la pereza, primer análisis crítico que se enfrenta a la tradición industrialista del marxismo “clásico”, que en esa época era el único. En ese ensayo, él desmitifica el valor del trabajo y señala su carácter empobrecedor si sus mismas categorías no son transformadas, si el trabajo no se convierte en una opción, tan legítima como la pereza.

El otro rasgo que Dmitri señaló como valioso para Cuba, es el desarrollo de la relación de Lafargue con la familia Marx. Citando fragmentos del libro Textos escogidos (Ciencias Sociales, 2007), Prieto demostró cómo el intercambio epistolar refleja los prejuicios de las personas involucradas: el suegro usa a menudo términos racistas para calificar el carácter del joven prometido, pero esa actitud cambia en la medida que los lazos se estrechan. El ejercicio de descolonización en las relaciones entre el sabio alemán y el afrodescendiente caribeño, deviene ejemplo de cómo enfrentar las reservas que la diferencia de culturas puede generar.

En el debate que siguió a las cuatro intervenciones, integrantes del público llamaron la atención sobre la diferencia entre los líderes sindicales de principios del siglo XX y los dirigentes sindicales contemporáneos. Nuestro tiempo se llena con discursos y acciones lastradas por el formalismo, lo cual aleja a los colectivos laborales y desprestigia los espacios de debate obrero, de suma importancia en una sociedad socialista. Resumo aquí la intervención de Tato Quiñones, pues me parece que recogió la mayor parte de las inquietudes expuestas: Estos hombres transformados en leyenda (Aracelio Iglesias, Alfredo López, Jesús Menéndez) demuestran que el carácter de la lucha gremial no admite directivos formados en probeta —como ya señaló el Presidente Raúl Castro en el reciente VI Congreso del PCC—, sino que exige líderes salidos de la base, que conozcan las necesidades del colectivo, sus características humanas y que sean conocidos y respetados por sus electores. En los últimos veinte años, por desgracia, la crisis económica golpeó de modo especial a la clase obrera, la cual ha sido diezmada –Cuba produce mucho menos y se concentra en el sector de los servicios– y corrompida por la pérdida de valores, de modo que la conciencia de clase desapareció. El movimiento sindical se ha burocratizado y es como una guagua con la caja de velocidad trabada en reversa.

Al final no nos pusimos de acuerdo en cómo destrabar la caja de velocidades sindical, pero quedó abierta la participación a la cuarta acción del ICAN por el “Año Internacional de la Afrodescendencia”: El miércoles 20 de julio a las 10 a.m.: se estrenará el documental Osha Niwe, sobre el desaparecido Lázaro Ross, gran Akpwon de la música de origen africano en Cuba. ¿Volvemos a discutir de mecánica con fondo de tambores?

Publicado el 17 de julio de 2011 en CubaLiteraria: http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=13244&idseccion=25

Comunicado Oficial de Rotilla Festival

La Habana, Cuba. 20 de Julio de 2011

•DECLARACION OFICIAL DEL CONSEJO DIRECTIVO DEL FESTIVAL ROTILLA.
•Motivo: Denuncia del Secuestro del Festival Rotilla.
Rotilla Festival, fundado en el año 1998, es el único evento de su tipo en Cuba. Se realiza cada año en el mes de agosto, y durante tres días consecutivos promueve y expone la gran mayoría de las manifestaciones
de la vanguardia artística cubana. Es de carácter no lucrativo, totalmente gratuito y abierto a todos los públicos. Al principio comenzó siendo un movimiento promotor exclusivamente de la música electrónica, a partir del 2008 incorporó a su programa artístico bandas musicales de los más variados formatos, pero siempre bajo el principio de promover lo alternativo dentro de las artes. Igualmente el festival desde su nacimiento ha sido administrado de manera INDEPENDIENTE por sus fundadores, y sin prácticamente ninguna colaboración de las autoridades cubanas (estado-gobierno). Esa ha sido nuestra política y nuestra posición, queríamos crecer desde nosotros mismos, desarrollarnos y generar un movimiento auténtico dirigido especialmente hacia los jóvenes teniendo muy en cuenta sus verdaderas expectativas y exigencias. En la ultima edición (2010), ya por las propuestas artísticas, por el eco de prensa tanto nacional como internacional, por la larga trayectoria y el renombre adquirido mundialmente, el festival obtuvo el récord en asistencia de 20 000 personas, colocándose así como el evento mas largo en tiempo y de mayor asistencia juvenil dentro la isla. La gran cantidad de materiales fílmicos acopiados en todo este tiempo así lo legitiman.
Hoy, en el 2011, Rotilla Festival enfrenta su mayor oprobio.
El Gobierno Cubano, en la persona del vicepresidente Estaban Lazo, junto al Ministerio de Cultura, en la persona del viceministro Fernando Rojas, pretenden secuestrar el evento de las manos de sus organizadores y fundadores, y realizarlo desde las instituciones estatales, arrebatando y plagiando para esto nuestro nombre, nuestros días señalados y nuestra convocatoria, violentando el concepto propio del evento, llevando al “festival“ bandas que modifican el formato que nosotros, sus legítimos dueños, habíamos establecido. Por otra parte, las instituciones en cuestión han ofrecido remuneraciones económicas a los artistas participantes en este “evento“ para de este modo deteriorar la relación social establecida históricamente (sin basamento lucrativo) entre los organizadores originales y los artistas, asegurando así la presentación de estos últimos.
Tradicionalmente había existido un dialogo con las autoridades, donde estas presionaban para que no se presentara determinado grupo y en cambio cooperaban para que se realizara el festival, se había establecido así un modus vivendi, de coexistencia. Nunca ha sido algo cómodo informar a un artista que no puede presentarse, pues el Ministerio de Cultura lo rechaza. Pero ese, es el folklore tradicional que en cuanto al arte se vive en Cuba. Eso es por todos conocido.
Sin embargo, en esta ocasión… han ido demasiado lejos las llamadas instituciones.
Nos han comunicado informalmente, a través de Noel Soca, funcionario que dirige la Comisión de Recreación y Cultura en la nueva provincia de Mayabeque, que no teníamos mas nada que ver con ello, que el festival sería realizado por el Ministerio de Cultura y el Instituto de la Música en los días señalados, pues los jóvenes iban a asistir de cualquier manera. La directiva del Festival Rotilla acudió al Ministerio de Cultura
sabiendo que se estaba realizando una reunión con motivo y nombre “Rotilla“, en las oficinas de Fernando Rojas, viceministro de cultura. De ella fuimos cortésmente expulsados, no habíamos sido convidados.
Una cosa es la censura (ya tradicional), otra muy diferente es el robo, el plagio y el secuestro de una obra que ha alcanzado muy altos niveles de atención a nivel incluso internacional, y que cuenta con las congratulaciones de miles de jóvenes cubanos que allí han asistido por años. El equipo organizador de Rotilla Festival, quiere dejar muy claro y de manera categórica, que este año 2011, se cancela el Festival Rotilla, por la violencia ética que han manifestado las máximas autoridades de la cultura cubana.
Nosotros, realizadores y autores de Rotilla Festival, y en mi nombre propio, su director y fundador, DENUNCIAMOS el robo, el plagio y el secuestro que esta actitud significa para todos los jóvenes de esta tierra que hoy representamos. Denunciamos la excesiva y terca censura que se esta ejerciendo contra cualquier actividad cultural que NO provenga de las llamadas instituciones. Denunciamos el acoso a que estamos siendo sometidos de manera constante, a la vigilancia y las amenazas sutiles o directas de las que somos objeto cotidianamente.
“Un país no se dirige como se dirige un campamento!“ Dijo en ocasión de la guerra chiquita José Martí al generalísimo Máximo Gómez. Y es que en un país debe primar un pensamiento plural, su sociedad debe ser dueña y soberana verdadera de la nación, y por encima de todo, dueña de la buena obra construida con el esfuerzo de los años y el sudor de la propia frente.
El robo de una obra propia, que se concibe como proyecto de vida, es el acto más inmoral y deplorable en que se puede ver involucrado el estado-gobierno de una nación. Rompe con todos los principios de la ética revolucionaria, cuyo concepto esta escrito en cada esquina de cada barrio de todo el país.
Queremos advertir a nuestros líderes, que este tipo de actos, atacan incluso la base del contrato social vigente en la sociedad cubana. Arremeten contra el principio de respeto que un pueblo debe tener por su gobierno. Consideramos que incluso, contradice los mismos lineamientos que se acaban de lanzar con razón del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, ignorando algunos de los principios que allí quedaron plasmados; dejándonos a los hijos de Cuba sin norte de guía y sin esperanzas.
Para reconstruir la nación, es evidentemente necesario que participemos todos. Y esa participación solo se puede generar con la confianza y el respeto entre el estado–gobierno y la base de la sociedad, sus gentes. Este tipo de actos sembrarán entre nosotros, hoy los más jóvenes, la desconfianza a construir y crear en nuestro suelo, pues no existe garantía de hecho ni derecho de que serán respetadas nuestra creación o nuestra inversión en tiempo y recursos humanos y materiales.
Dejamos claro a nuestra contraparte institucional que iniciaremos los procesos legales correspondientes en su contra, pues este acto no es solo violatorio de todos los conceptos de ética y moral conocidos, sino también de un conjunto de leyes sobre derecho de autor y propiedad intelectual que esperamos, estén aún vigentes en la nación cubana.
Es hora que cada uno de nosotros exijamos los derechos que nos corresponden como ciudadanos, y que estos marquen nuestra relación con las instituciones. Es tiempo de poner orden a la insensatez y la arbitrariedad.
Queremos hacer nuestro ejercicio en nuestra tierra, invertir y ganar haciendo lo que hacemos, nuestro negocio personal, nuestra fiesta, nuestro festival, ese derecho, sí que lo exigimos, por que no lo tenemos. Es justo y necesario.
El equipo de Rotilla Festival invita a todo aquel que se identifique o adhiera a esta causa que se haga eco de este discurso y que lo difunda por cualesquiera de los medios a su alcance. Así edificaremos hoy la solidaridad del mañana. Esperamos que este comunicado sea recibido con el mismo respeto que hemos querido imprimirle, pues es nuestra intención dialogar para reformar, para crecer y salir adelante, para construir una nación para todos donde todos tengan a salvo su propio espacio y crezcan como individuos capaces y seguros de sí.
Que no quepa duda que vamos a continuar reclamando el derecho a realizar nuestro festival en los próximos años, es nuestro legítimo derecho.
MATRAKA PRODUCCIONES • ROTILLA FESTIVAL

Las revoluciones contra las vanguardias

Por Raúl Zibechi

Las potentes movilizaciones que atraviesan el mundo están desbordando tanto democracias como dictaduras, regímenes nacidos de elecciones y de golpes de Estado, gobiernos del primer y del tercer mundo.

No sólo eso. Desbordan los muros de contención de los partidos socialdemócratas y de izquierda, en sus más diversas variantes. Desbordan también los saberes acumulados por las prácticas emancipatorias en más de un siglo, por lo menos desde la Comuna de París.

Naturalmente, esto produce desconcierto y desconfianza entre las viejas guardias revolucionarias, que reclaman organización más sólida, un programa con objetivos alcanzables y caminos para conseguirlos. En suma, una estrategia y una táctica que pavimenten la unidad de movimientos que estarían condenados al fracaso si persisten en su dispersión e improvisación actuales. Lo dicen a menudo personas que participan en los movimientos y quienes se felicitan de su existencia, pero que no aceptan que puedan marchar por sí mismos sin mediar intervenciones que establezcan cierta orientación y dirección.

Los movimientos en curso cuestionan de raíz la idea de vanguardia, de que es necesaria una organización de especialistas en pensar, planificar y dirigir al movimiento. Esta idea nació, como nos enseña Georges Haupt en La Comuna como símbolo y como ejemplo (Siglo XXI, 1986), con el fracaso de la Comuna. Continue reading

Instituto Cubano de Antropología: Jornada “Afrodescendencia y movimientos obreros”

Como parte de la conmemoración del Año Internacional de los Afrodescendientes, el Instituto Cubano de Antropología (ICAN) le invita a participar de la Jornada de Debate “Afrodescendencia y movimientos obreros: Pablo Lafargue, Alfredo López, Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias”. Coordinador: MSc. Dmitri Prieto Samsonov.

Día: Martes 14 de junio; lugar: Sala Fernando Ortiz, 3er piso, en la sede del ICAN (Amargura 203 entre Habana y Aguiar, La Habana Vieja); hora: 10:00 a.m.

Un día lindo para una revolución: ¿Por qué el Primero de Mayo deberíamos levantarnos para cambiar el sistema?

Por David Harvey
(
City University of New York)

Traducción al castellano: cortesía Observatorio Crítico.
Un análisis de las razones para el protagonismo solidario de los movimientos sociales contra el capital global.

Proletarios, uníos: Trabajadores indonesios marchan el 1 de mayo de 2003 (Reuters)

El Primero de Mayo es la ocasión en que celebramos los grandes logros de los trabajadores del mundo en aras de hacerlo un sitio mejor, mucho mejor para vivir. Pero desafortunadamente no hay mucho que celebrar por estos días. Los 30 años más recientes están salpicados de batallas y escaramuzas que resultaron de una derrota tras otra para la clase obrera organizada.

La ensoberbecida clase capitalista ha consolidad su poder de mandar y corromper casi todas las instituciones principales que regulan el cuerpo político: los partidos políticos (de derecha o de izquierda por igual), los medios de comunicación social, las universidades, el Derecho, sin mencionar el aparato represivo del Estado ni las instituciones internacionales. La democracia del poder monetario impera hoy. Una plutocracia global ejerce su voluntad sin resistencia casi en todas partes.

Entonces, ¿qué hay para celebrar? No tendríamos, por supuesto, lo que aún tenemos (desde las jubilaciones a los remanentes de una atención sanitaria razonable y de la educación pública) si no fuera por el movimiento obrero. Pero hacer nostalgia sobre los indudables logros y heroísmo del pasado nos lleva a ninguna parte.

El Primero de Mayo, por tanto, debe ser para relanzar un movimiento revolucionario hacia el cambio del mundo. La idea misma de hacerlo así –o simplemente decirlo o escribirlo- es tan exhilarante como sorprendente. Continue reading

El Trencito

Por Regina Cano

Había escuchado mucho sobre Educación Popular y Arte Educando* y sus logros en actuaciones con los más pequeños y con el niño que llevamos dentro. También de lo importante que para adultos puede ser experimentar estas prácticas, logrando maneras más horizontales de comunicación y entendimiento entre nosotros mismos. Todo lo anterior fue siempre muy lejano para mí hasta que me encontré con el proyecto El Trencito. El Trencito es una intención con una vida cercana a los 15 años, del que dos generaciones ya salieron imbuidas de herramientas necesarias a la hora de cuestionarse de qué manera estoy actuando para mí y para el otro, cuál es mi lugar en el hoy y el ahora en este país donde deseo vivir y crear mi familia. Este Proyecto acoge a un grupo de niños al final de cada semana en la casa de sus creadores Yadira y Ernesto, quienes comenzaron esta colaboración social siendo dos jóvenes esposos con un hijo en camino y que actualmente ya tienen dos niños propios. Ellos, con el deseo de entregar el amor que los llena y jugar semana por semana con los niños de su barrio que estén dispuestos a hacerlo, han logrado ser una referencia en la Ciudad. Este espacio de juegos defiende el principio de la no competitividad, ante una realidad que presiona al niño educacionalmente a tener una actitud contra el igual, lo mismo por el barrio, la escuela, que por los padres y la sociedad en general. Continue reading

El origen del Primero de Mayo

Por: Rosa Luxemburgo

La feliz idea de instaurar un día de fiesta proletaria para lograr la jornada laboral de ocho horas nació en Australia, donde ya en 1856 los obreros habían decidido organizar un día completo de huelga -con mitines y entretenimiento- como una manifestación a favor de la jornada de ocho horas. Se eligió el 21 de abril para esa celebración.

Al principio, los obreros australianos pensaban en una única celebración, aquel 21 de abril de 1856. Pero como esa primera celebración tuvo un efecto muy fuerte sobre las masas proletarias de Australia, al animarlas con ideas agitadoras, se decidió repetirla todos los años. Efectivamente: ¿qué podría proporcionarles a los trabajadores más coraje y fe en su propia fuerza que un paro masivo, decidido por ellos mismos? ¿Qué podría proporcionarles más valor a los eternos esclavos de las fábricas y de los talleres que el reconocimiento de su propia gente? Continue reading