La ocupación de Wall Street: entrevista con Marina Sitrin

En solidaridad con la liberación de la mayoría de lxs indignadxs detenidxs en Wall Street, compartimos este material de lavaca (Argentina) que contiene una valiosa entrevista de nuestra compañera Dra. Marina Sitrin, activista social norteamericana, profesora universitaria, amiga de Cuba y partícipe directa en los hechos.

Desde el 17 de setiembre hasta hoy un grupo cada vez más nutrido sostiene la ocupación simbólica de Wall Street. Las asambleas diarias llegan a reunir más de 2 mil personas y por lo menos 200 duermen desde hace 15 días allí para sostener el acampe. El movimiento se ha expandido a Chicago y San Francisco y es probable que en los próximos días sume más ciudades dispuestas a expresar así su indignación.

La consigna que los reúne es simple: “Somos el 99%”. Una forma de señalar cómo el 1% se ha privilegiado con la crisis. Marina Sitrin, abogada, profesora universitaria y, sobre todo, activista, es una entrañable amiga de los movimientos sociales argentinos. Ha pasado varios años en el país, escrito un libro sobre las asambleas y sus formas de organización horizontales, que ha tenido versiones en castellano, inglés y griego. Marina está ahora mismo formando parte de este movimiento que sostiene la ocupación simbólica de Wall Street. En diálogo con lavaca, cuenta cómo se generó y qué resonancias de la experiencia argentina hay hoy en juego allí.

El origen

Nos cuenta Marina: “Desde julio de este año, en el parque Tompkins, en el East Village, se venían reuniendo unas 100 personas en una asamblea semanal donde se debatían los alcances de la crisis y las posibles alternativas para superarla. Allí se comenzó a hablar de la ocupación de Wall Street, al comienzo de una manera muy potencial”. Así nació el lema que la impulsó y que se transformó en la consigna que se gritó el día que se concretó: “Un día, una semana… vamos a ocupar Wall Street”.

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En varios recitales que se llevaron a cabo en las semanas previas, ese grito se hizo presente tanto desde el escenario como desde el público.

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Luego, comenzó a agitarse desde Internet, por grupos como Anonymus. Finalmente, fue el 17 de setiembre cuando se hizo realidad. “Se decidió ocupar una plaza sobre la calle Brodway, porque está en una zona gris de criminalización con respecto a la normativa oficial: es una plaza de propiedad privada con acceso público. Eso nos permitió eludir la orden de desalojo, ya que en la ciudad de Nueva York está prohibido dormir en plazas públicas y esa norma vigente hubiese autorizado de por sí la represión. Al estar allí, la policía sólo puede actuar si los dueños del predio lo solicitan, cosa que por ahora no han hecho supongo que porque no quieren verse involucrados en una represión salvaje”. El problema es que allí no se puede instalar ningún tipo de equipo que requiera electricidad. “No tenemos sonido ni posibilidad de proyectar nada, por ejemplo. Pero las restricciones han permitido que surjan soluciones muy creativas. Por ejemplo, en las asambleas utilizamos lo que llamamos “el micrófono del pueblo”. Esto es: alguien habla y todo el grupo repite lo qu esa persona dice palabra por palabra, amplificando su voz. En los hechos, el grupo funciona como un nivel de aprobación en sí mismo, porque pone más énfasis en aquellas palabras que lo representan y mucho menos entusiasmo en las arengas del aparato político.” Aquí Marina resalta la primera lección de la experiencia argentina: “Estamos muy atentos a que no nos copen los partidos políticos, como sucedió en Argentina y ahora en Grecia. No queremos que la ocupación se convierta en un auditorio para que la izquierda grite sus consignas, sino en un espacio de creación y diálogo, de pensamiento y acción colectiva y horizontal.”

Sumando apoyo

Aquel primer día se hizo una asamblea para decidir qué hacer: si quedarse o volver al día siguiente. “Mientras lo estábamos charlando, comenzaban a llegar más y más personas con bolsas de dormir, hasta que fueron más de 200 y nos demostraron, en los hechos, que había voluntad de quedarse allí. Al principio eran todos muy jóvenes, chicos recién salidos del secundario. Los más afectados por la crisis, sin duda, porque ninguno de ellos tenían en su horizonte la posibilidad de continuar con sus estudios o conseguir un empleo. Pero con el correr de los días la composición fue variando y sumando diferentes edades, clases y sectores sociales.” También fueron sumando apoyos: dos veces los visitó Michael Moore (les dijo “Todos tenemos que ocupar nuestro propio Wall Street”), una Susan Sarandon y otra Collin Powell. Sin embargo, la ocupación no fue noticia en los medios hasta que circuló por Internet la filmación de la brutal represión policial dirigida especialmente hacia las mujeres. “Cuando las imágenes de chicas muy jóvenes detenidas y maltratas por la policía comenzaron a circular por toda la red social, los canales de tevé comercial acusaron la presión y las primeras noticias sobre la ocu pación aparecieron en los noticieros”, cuenta Marina.

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Ayer recibieron un apoyo que consideran clave: el del sindicato de transporte. “Tiene 38 mil miembros que en su asamblea anual y por unanimidad votaron el apoyo a la ocupación de Wall Street. Muchos miembros de sindicatos están aquí apoyando, no sus dirigentes, pero ese apoyo desde abajo se transmite como presión a las cúpulas. Por eso creo que en los próximos días otros sindicatos terminaran haciendo pública su adhesión”.

Un mes, un año

La ocupación tiene ahora 17 comisiones que organiza su vida y una rutina diaria. Todos los días, cuando suena el primer timbre de la Bolsa de Valores de Wall Street una multitud se moviliza hacia las puertas del mayor centro del capital especulativo del planeta y grita su indignación. En esas movilizaciones ya fueron detenidas 100 personas. “Ochenta el sábado pasado. Fueron retenidas por 24 horas y liberadas con cargos leves. Lo peor fueron las condiciones de detención: muchas mujeres fueron retenidas en los camiones policiales durante más de 10 horas, sin agua, sin aire y sin saber qué les esperaba. Pero cuando las soltaron, regresaron a la plaza a sumarse a la asamblea. Ninguno de los detenidos dejó de venir al acampe. ”

Marina se sorprende porque la mayoría de los participantes no tiene experiencia política “pero sin embargo tiene muy claro cómo quiere organizarse.” Asambleas, horizontalidad: “Nunca se debatió cómo era mejor organizarse: simplemente se hizo así, como si esa fuera la forma natural de estar juntos para hacer este tipo de cosas. En eso creo que la experiencia argentina fue fundamental. Sin embargo, acá pocos saben lo que pasó en Argentina, o en Chiapas, ni siquiera en Seattle hace 10 años. De eso estuvimos hablando ayer en la plaza, cuando organizamos una charla sobre movimientos sociales. Fue para mí muy intenso ver cómo jóvenes de Estados Unidos escuchaban los relatos que yo había registrado de asambleístas argentinos en diciembre de 2001″.

Marina define así el panorama cotidiano de esta ocupación: “Esto comenzó con un grito utópico: un día, una semana…vamos a ocupar Wall Street. Ahora estamos diciendo: un mes, un año… Pero todos los días tenemos la sensación de que estamos construyendo lo que haremos mañana, por lo tanto no podemos hacer pronósticos, sino estar acá, construyendo juntos cómo continuar.”

Más info en: www.nycga.net

Tomado de: http://lavaca.org/notas/la-ocupacion-de-wall-street-en-clave-argentina/

La empresa Hugo Boss se confronta con su pasado nazi

Autor: Friedel Taube / Diego Zúñiga

La marca de moda se ha unido al creciente número de compañías alemanas que han ordenado voluntariamente investigaciones sobre sus vínculos con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Hugo Boss comenzó su carrera como un simple sastre. Después de la Primera Guerra Mundial fundó su propia compañía, cuando tenía 33 años, en la ciudad de Metzingen. En ese tiempo era una pequeña sociedad relativamente exitosa, con cerca de 30 empleados, pero lejos de ser la renombrada marca de moda en la que se convertiría con el tiempo. Cuando en 1931 la compañía sintió el impacto de la crisis económica mundial, Boss recibió una oferta para fabricar uniformes para el partido nazi. Y ese mismo año se volvió uno más de los miles que portaban su carné de miembro del Partido Nacionalsocialista, que precisamente a comienzos de la década del 30 vivió un auge explosivo en el número de sus afiliados. "El hecho de ser miembro del partido en 1931 ciertamente no le afectaba, y si ves el resto de la carrera de Boss, te queda claro que no se unió a ellos sólo por una cuestión económica", dice a Deutsche Welle Roman Köster, de la Universidad de la Bundeswehr en Múnich, quien ha estudiado el pasado de Boss. "Al contrario, uno puede ver con claridad que él era un nazi convencido", agrega el estudioso, quien llevó a cabo el estudio por encargo de la empresa Hugo Boss.

Auge comercial

En 1931, los empleados de la compañía de Boss manufacturaban uniformes para las fuerzas paramilitares SS y SA, y también para las Juventudes Hitlerianas. Boss compartía el negocio con muchas otras empresas de confecciones en toda Alemania. Además de los uniformes, Boss también fabricaba ropa para trabajadores y camisas.

"Eso cambió en 1938. Desde esa fecha, Boss se enfocó en producir exclusivamente uniformes para la Wehrmacht y las Waffen SS", dice Köster sobre los resultados de su investigación… "Pero hay que decir además que Hugo Boss era una compañía entre muchas otras", continúa. "Sacaron provecho del régimen, eso es demostrable, su número de empleados llegó en algún momento hasta los 300 trabajadores, pero no eran uno de los grandes en el campo de la producción de uniformes", indica. El estudio de Köster demuestra que los negocios con los nazis permitieron a Hugo Boss convertirse en parte de la mediana empresa. Durante el proceso de desnazificación en 1945, Boss fue clasificado como alguien que no tenía "las manos limpias", pero se le permitió seguir adelante con su compañía.

Boss no vivió para ver a su empresa convertida en una reconocida marca internacional. Murió en 1948 en su ciudad (Metzingen) y fueron sus hijos los que se hicieron cargo de todo. En los 60 giraron hacia la fabricación de trajes, lo que que llevó a Boss a obtener la categoría de marca de nivel mundial.

Confrontación con el pasado

Sólo en los últimos años la firma Hugo Boss se ha visto confrontada con acusaciones que la vinculan con el nazismo, según Hjördis Kettenbach, del departamento de comunicaciones de la empresa. Pero en la actualidad Boss no tiene ningún vínculo con la familia que le da el nombre a la marca, pues pertenece a nuevos dueños. "Es muy molesto que el nombre se vincule con esto, pero por otro lado la decisión de mantener el nombre fue tomada con el fin de continuar con la marca", dijo Kettenbach a Deutsche Welle. "Es necesario enfrentar el pasado. Era nuestro deseo realizar un estudio objetivo con el fin de mostrar qué sucedió en ese tiempo y expresar nuestro pesar. Pero hoy somos una compañía distinta", afirmó.

Ola de revelaciones

Hugo Boss no es la única compañía que ha encargado estudios independientes de sus vínculos con el régimen nazi. Este año la familia Quandt, una familia industrial que posee la mayor parte de la empresa BMW, rompió su silencio y admitió haber tenido cientos de trabajadores forzados y haber hecho negocios con los nazis. Por su parte, en 1999, el Deutsche Bank ordenó una investigación interna sobre las prácticas de la compañía durante la época nazi. Entre otras cosas, un crédito del Deutsche Bank fue utilizado para construir el campo de concentración de Auschwitz. Y también una institución política como el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán ha revisado recientemente su pasado, llegando a la conclusión de que durante las décadas de los 50 y 60 muchos de sus diplomáticos tenían un pasado nazi.

Trabajo forzado

Con el fin de compensar a las víctimas de los trabajos forzados, el Estado alemán creó a fines de los 90 un fondo de reparaciones. Compañías con pasado nacionalsocialista, incluida Hugo Boss, entregaron dinero a ese fondo. Al igual que otras empresas, en todo caso, no revelaron la cantidad que pagaron al fondo de reparaciones.

En su investigación, Köster muestra cómo Boss interactuaba con sus 140 trabajadores forzados polacos y 40 franceses, la mayoría mujeres. "Boss solicitó que sus trabajadores comieran en su cantina y no en el campo de trabajadores del este, donde ellos tenían que vivir en 1943", dice Köster. "Pero por otro lado también tenemos reportes de casos de abuso. Trabajadores, por ejemplo, que fueron amenazados con ser enviados el campo de concentración. Estos casos no dejan una buena impresión de la compañía". Eso se complementa con lo que describe su informe: "Muchas veces las condiciones de higiene y la entrega de comida no estaba asegurada", escribe Köster.

El trato de los medios

Desde la publicación del estudio, la marca de moda siente que no ha sido representada fielmente por la prensa. Kettenbach dice que al menos en un principio, muchos periódicos no entendieron que lo que Hugo Boss quería era promover la transparencia poniendo un poco de luz sobre su pasado y ofreciendo disculpas. "En vez de eso, se ha tomado esto de la peor forma", dice. "Hay hechos que no han sido presentados fielmente y han aparecido muchas preguntas del estilo ¿Fue Hugo Boss el sastre de Hitler? El estudio, que está disponible para las partes interesadas, claramente refuta esto. Todo se ha presentado de manera sensacionalista. Nuestra idea, y recordemos que publicamos el estudio de forma voluntaria y sin que nadie nos obligara a hacerlo, no consiguió sus objetivos".

De acuerdo con la compañía, lidiar con su pasado es un proceso que no ha concluido con el estudio. En los próximos años la investigación interna continuará. Los interesados pueden descargar el estudio desde Internet.

Tomado de Deutsche Welle: PORTADA.

El chino más millonario entra en el Comité Central del Partido Comunista chino

Lunes, 26 de Septiembre de 2011 18:00 inSurGente.org Internacional Mundo

Liang Wengen, considerado el hombre más rico de China, ingresará en el comité central del Partido Comunista Chino. Lo informó hoy el periódico Global Times, según el cual Liang sería el primer capitalista de un gran grupo privado que ingresa en el organismo dirigente del PCCh. Algunos dirigentes industriales como el Ceo de la Haier, Zhang Ruimin, y el presidente de la Sinopec, Li Yi, ya están presentes en el comité central, pero sus compañías son de propiedad estatal.

Cosas veredes o la re-reinterpretación de la lucha de clases.

Liang Wengen, de 57 años, es el fundador de Sany Group (maquinarias industriales) y apareció en el primer lugar de las clasificaciones de los más ricos de China por la revista Forbes y por el sitio on line Hurun. Su patrimonio está estimado en 10 mil millones de dólares. La revista Time Weekly, publicada en Guangzhou en el sur de China, sostiene que la aprobación de la nominación de Liang la tomó la semana pasada el Departamento para la Organización del Partido. Según el periódico de Singapur Linha Zaobao, el fundador del Sany Group será electo como miembro suplente del comité en el próximo congreso del partido, que se llevará a cabo en el otoño de 2012.

Publicado en inSurGente

A propósito del mercado, la sociedad total y el socialismo

Por Ovidio D’Angelo

Necesidad de contextualizar y ampliar el debate

De acuerdo al comentario de Rolando López del Amo, aparecida en cubadebate el 27de julio de este año, parece que el libro del compañero Vascós Socialismo y Mercado puede ser interesante. De hecho, la relación entre socialismo y mercado ha sido, durante años, uno de esos temas excluidos a priori de la discusión sociopolítica. No el único, como veremos más adelante.

Sin embargo, me quiero referir primero a ciertas cuestiones planteadas que, me parece, merecen un comentario aclaratorio.

La primera, de Rolando López, plantea la opinión ciertamente ya esbozada entre algunos autores- de que la denominación Socialismo del siglo XXI debería sustituirse por la de Socialismo en el siglo XXI, algo con lo que pudiéramos estar medio de acuerdo ó medio en desacuerdo, en dependencia del énfasis argumentativo.

1- Si se trata, no de la referencia a una corriente que, en realidad, parece aún bastante difusa sino de un espacio-momento histórico de apertura a la superación de los socialismos reales ó de los socialismos de rumbo transnacional capitalista (en lo que coincido con algunos otros comentaristas sobre la realidad china, al menos mientras no se vislumbre una vía de re-encauzar la apertura capitalista hacia objetivos socialistas, más allá del impacto económico y de algunos indicadores sociales, mientras otros se mantienen críticos), entonces estaría de acuerdo en que el socialismo en el siglo XXI, aún con características propias de los países, estaría definiendo algo diferente a lo entendido hasta ahora por Socialismo volveré a esto-.

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Invitación a Video-taller con el audiovisual “El taxista a full”

El Grupo de Estudios del Trabajo del Instituto Cubano de Antropología (ICAN) y el Grupo Anticapitalismos y Sociabilidades Emergentes (ACySE) del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) invitan al

Video-taller con el audiovisual “El taxista a full” (España, 2005).

Cuando un trabajador queda desempleado en Barcelona, decide ocupar taxis de otros trabajadores en las madrugadas y devolverlos al amanecer, con reposición de gastos por su uso. La justicia burguesa lo acusará de ladrón y fuera de su Ley. ¿Dónde encontrar respuestas frente a tal acusación? ¿Quién puede explicar qué pasa y qué hacer con su vida? Tal es el argumento básico de “El Taxista…”, que nos adentra en los laberintos contemporáneos de la degradación del trabajo asalariado e incita a buscar caminos para la reconstrucción de una cultura del trabajo más allá del sistema salarial.

Lugar: Sede del Instituto Cubano de Antropología (Amargura 203, entre Habana y Aguiar, La Habana Vieja), Sala Fernando Ortiz (3er piso)

Fecha: viernes 15 de julio

Hora: 2 pm.

Los rusos están desilusionados con las reformas

Por Marina Sélina

Ya pasaron los tiempos cuando los rusos estaban dispuestos a afrontar cualquier dificultad para buscar nuevos horizontes. A pesar de cierta mejora de la situación económica los habitantes de Rusia experimentan una profunda desilusión respecto a las reformas postsoviéticas.

Más de la mitad de la población del país desearía buscar una vida mejor en el extranjero o, al menos, ir a trabajar allí una temporada. En una sociedad que se estratifica cada vez más aumentan los sentimientos nacionalistas que pueden tener serias consecuencias. Así lo afirman los expertos del Instituto de Sociología de la Academia Rusa de Ciencias y la Fundación de Friedrich Ebert tras haber realizado, en vísperas del 20 aniversario del inicio de las reformas postsoviéticas, el estudio “20 años de reformas vistos por los rusos”.

En la sociedad de consumo no importa la democracia

Los rusos han cambiado su valoración de las reformas de principios de los años 1990. En los últimos 10 años se redujo del 59% al 43% el número de los que están descontentos con las reformas realizadas. Mientras el porcentaje de los que las valoran positivamente aumentó desde el 28% hasta el 43%. A la vez, la mayoría de los habitantes del país se muestran escépticos con respecto a los objetivos marcados por los reformadores.

Según arrojan los resultados del estudio, el 69% de los entrevistados consideran que el objetivo real de las reformas fue el reparto del poder y de la propiedad. Aunque entre los que creen que los reformadores actuaron exclusivamente en interés propio, hay algunos que califican las reformas de beneficiosas también para el país.

Además, hoy en día los ciudadanos rusos no aprueban que las reformas hubieran sido orientadas, en primer lugar, a implantar la democracia en Rusia. Una cuarta parte de los entrevistados están seguros de que había que lleverlas a cabo sin realizar cambios políticos. Desde 2005 aumentaron de 17% a 29% los que creen que había que desarrollar la economía de mercado manteniendo el régimen socialista.

“En los últimos 10 años se ha registrado claramente la consolidación de la sociedad de consumo. Las conquistas democráticas son menos importantes para la gente”, – señaló durante la presentación del informe el 22 de junio, Mijaíl Gorshkov, director del Instituto de Sociología de la Academia rusa de las Ciencias. Respondiendo a las preguntas relativas a las conquistas más relevantes del período reformatorio, los rusos mencionaron la saturación del mercado con los productos, la libertad de salir al extranjero y la posibilidad de ganar sin limitaciones. La libertad de expresión, por la que se luchó en los años 90, del segundo lugar que ocupó hace 10 años pasó al sexto.

La dolorosa “resaca”

Los autores del informe constatan que los rusos empiezan a olvidar qué es la escasez de los productos y ya no la temen. Pero más de la mitad de ellos creen que una de las más grandes pérdidas que sufrió la población del país a consecuencia de las reformas es el descenso del nivel de vida de la mayoría de los rusos. En los últimos años en la sociedad prevalecen sentimientos pesimistas. “Es probable que esto se deba a la crisis”, – supone Mijaíl Gorshkov.

Desde el año 2008 incrementó casi el doble (de 24% a 44%) el número de personas que consideran alarmante el nivel existente de corrupción y burocracia. También empeoraron notablemente las valoraciones de los rusos de sus propias conquistas y resultados de las reformas. Antes de la crisis los sueldos crecían muy rápido y la gente empezó a acostumbrarse a esto olvidando la escasez de los años anteriores. Ahora llegó la dolorosa “resaca”.

Según los autores del informe, la distancia mental entre la realidad y la idea de cómo tiene que ser esta realidad va aumentando. Tan sólo una cuarta parte de la población está contenta con la situación que tiene, mientras uno de cada diez rusos lo valora negativamente.

Dejarlo todo y marchar

A pesar de que, tras la crisis, la situación en los países desarrollados deja mucho que desear, cada vez son más los ciudadanos rusos que se plantean la posibilidad de emigrar. No les asusta el desempleo masivo en EE.UU. ni el posible colapso económico de la Unión Europea.

En los años 90 al extranjero querían marchar, generalmente, las personas que nunca habían salido fuera del país. Sin embargo, ahora, según señala Mijaíl Gorshkov, desean abandonar Rusia los que ya conocen cómo es la vida en el extranjero y son conscientes de las dificultades que tendrán que afrontar.

Los expertos aseguran que esto significa que los rusos viven un período de desilusión. De acuerdo con los resultados del sondeo, la mayor parte de la población ahora tiende a pensar que las reformas sí brindaron las posibilidades de éxito pero sólo un reducido círculo de personas tiene acceso a ellas.
“Se ha quedado atrás el tiempo cuando la gente estaba dispuesta a aguantarlo todo porque pensaba que era un período transitorio”, – comenta Natalia Tíjonova, vicedirectora del Instituto de Sociología de la Academia de las Ciencias. Hoy el 13% de rusos quisieran emigrar, el 9% sueñan con estudiar o hacer prácticas en el extranjero y el 29% desearían ir a trabajar fuera. Sin embargo, dentro del territorio nacional la movilidad migratoria entre gente joven disminuyó. Es que para la mayoría de los jóvenes el traslado dentro de Rusia no es económicamente interesante, señala Tíjonova.

Se pide moral y orden

¿Cómo es el estado ideal para los rusos?

Los expertos constatan que, aun defendiendo ideologías opuestas, los ciudadanos coinciden en algunas cosas fundamentales. Se trata, sobre todo, de los valores morales. Los autores del informe suponen que en la sociedad rusa, por una parte, germina la llamada multimoralidad. “La persona puede tener unos valores morales muy arraigados, pero acepta que otros son libres de tener otros principios”, – explica Mijaíl Gorshkov.

En la época cuando todo vino a ser permitido, los rusos optaron por renunciar a la moral porque esto les beneficiaba económica y socialmente. Al mismo tiempo, la sociedad rusa es propensa a las ideas tradicionales y ahora los ciudadanos empiezan a preocuparse por el estado de la moral. El 76% de los entrevistados están de acuerdo con que los valores morales de la sociedad actual se ven quebrantados.

También la mayoría de los rusos comparte la demanda de más control estatal de la economía. Los autores del informe afirman que la población no acepta el modelo de la economía de libre mercado. El 41% apoya el modelo económico fundado en la propiedad estatal, y el 28% está a favor de la economía planificada, regulada por el estado. “Esto significa que los rusos quieren que las autoridades pongan orden y hagan funcionar todos los mecanismos estatales”, – cree Vladimir Petujov, sociólogo de la Academia rusa de las Ciencias.

Las perspectivas alarmantes

No obstante, el afán común por el orden y la moral no hace que en el país haya concordia. El informe constata que en la sociedad rusa va aumentando la división. Los rusos discrepan en la valoración de las perspectivas que tiene el país. El 60% de los entrevistados creen que el camino elegido es el justo y, tarde o temprano, dará resultados positivos. Mientras el 39% están seguros de que Rusia marcha hacia un callejón sin salida.

Pero el principal problema consiste en que continúa ampliándose la brecha entre los ricos y los pobres. Esto, a su vez, provoca el aumento de agresión y sentimientos nacionalistas, señalan los expertos. Si en 1995 el 65% de los rusos pensaban que todos los pueblos de Rusia tienen que tener los derechos iguales, ahora son sólo el 47% de los ciudadanos que piensan así.

Los autores del informe no descartan que en un futuro son posibles unas serias confrontaciones interétnicas.

Sin embargo, quedan algunas razones para el optimismo. Vladimir Petujov está seguro de que Rusia es encuentra ante los grandes cambios. Y esto permite esperar que dentro de algunos años los rusos vean el futuro con más seguridad.

Fuente: RIA Novosti (LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI)